España, Alemania y Francia aceleran para lograr un acuerdo sobre la reforma de las reglas fiscales a las puertas de que la Unión Europea desactive, el próximo 1 de enero, la cláusula de salvaguarda del Pacto de Estabilidad y Crecimiento y los estados deban ceñirse de nuevo a los límites de déficit y deuda, interrumpidos para hacer frente a la pandemia, la crisis energética, la inflación y la guerra en Ucrania. El secretario de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, Gonzalo García Andrés, ha asegurado que desde el ministerio siguen trabajando para que los países de la Unión Europea alcancen ese pacto "en los próximos días".
Actualmente, la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, y su equipo trabajan en la elaboración del texto del acuerdo y deberán presentar el documento final por ostentar la presidencia rotatoria. El objetivo de las nuevas normas será compatibilizar la estabilidad fiscal necesaria con inversiones que garanticen el crecimiento, ha apuntado García Andrés durante su participación este lunes en una sesión sobre la Adenda al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que recoge la agencia EFE.
La propia Calviño ya reconoció a principios de este mes que podría ser necesaria una reunión extraordinaria para debatir sobre este asunto. Europa Press avanzó la pasada semana que ese encuentro tendría lugar en forma de cena de trabajo y que se celebraría el próximo 7 de diciembre, un día antes de la próxima reunión de ministros de Economía y Finanzas de la UE (Ecofin), prevista para el 8 de diciembre.
Fuentes próximas al departamento confirman a este diario que en la reunión del pasado 9 de noviembre se habían logrado avances importantes que cubrían alrededor del 70% del acuerdo. El principal escollo está en las visiones contrapuestas de Alemania y Francia, que también han intensificado las negociaciones bilaterales. Así, el pacto final debería conjugar la pretensión de Berlín de fijar objetivos numéricos concretos de déficit y deuda (un enfoque más ortodoxo) con las de París que, como otros países del sur de Europa, reclama ese espacio para la inversión que evite errores como los que provocaron las políticas de austeridad impulsadas a raíz de la pasada crisis financiera.
De la última propuesta se sabe que prevé introducir salvaguardas fijando una reducción media de la deuda pública para que los países con un pasivo superior al 60% de su PIB la apliquen en un periodo de tiempo determinado. También solicitaría a quienes tienen un déficit inferior al 3% que incorporen un margen de seguridad adicional por debajo de ese nivel para reaccionar ante crisis futuras.
Para España, sería importante lograr un acuerdo sobre esta reforma dentro de su presidencia, puesto que podría ser otro de los tantos a favor de la 'número dos' del Gobierno, Nadia Calviño, de cara a su designación para la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI), el brazo financiero de la UE, del que se espera un papel destacado en el proceso de desembolso de los fondos europeos Next Generation.
