Una duda común en las herencias

Las diferencias entre herencia y legado: así afectan al dinero y bienes heredados

El patrimonio, la aceptación y la entrega de la herencia se ven afectados por la existencia o no de legado.

Herencia.
Herencia.
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Aunque el término se preste a infinitas interpretaciones, la ley define el legado como una disposición según la cual el titular puede dejar en su testamento un bien o derecho a una persona o a varias. Para la mayoría de la gente, esta explicación puede parecerse bastante a la que describe las herencias como la totalidad de bienes, derechos y obligaciones que deja una persona cuando muere a sus herederos, independientemente de la existencia de un testamento. Sin embargo, existen diferencias clave que pueden ayudar a los interesados a aclarar cualquier duda al respecto.

En primer lugar, la herencia corresponde, como se dijo anteriormente, a las posesiones y compromisos inextinguibles del difunto. Por eso, la herencia siempre va a tener que repartirse, independientemente de lo que haya dispuesto el titular antes de fallecer. Incluso si todos los herederos renuncian a la herencia, terminará recibiéndola el Estado en última instancia. 

En cambio, el legado necesita estar especificado en el testamento para que pueda existir y llevarse a cabo. En este caso, se habla de herencias testadas, en las que el titular tiene derecho a escoger cómo se repartirá siempre y cuando se respete la legítima que corresponde a los herederos forzosos, y legatarios, que no pueden darse en herencias intestadas, es decir, cuando no hay testamento. Esto significa que el legado procede únicamente de la voluntad del titular.

Bienes, aceptación y entrega del legado

Los herederos suelen adquirir las obligaciones del difunto junto con sus bienes, lo cual suele apuntar a deudas que todavía tenía en el momento de su muerte, como lo sería la hipoteca de una vivienda que no se hubiera terminado de pagar. El heredero que recibiera el inmueble tendría que pagar la susodicha hipoteca. Pero en el caso de los legados, la adquisición de los bienes no comporta las mismas obligaciones que en las herencias al no responder de su pasivo.

Otra diferencia interesante apunta a la aceptación. Los legatarios tienen derecho a recibir el legado sin necesidad de aceptarlo formalmente y pueden rechazarlo posteriormente. En cambio, los herederos deben aceptar la herencia en su totalidad antes de poder aceptarla, motivo por el cual muchas personas deciden renunciar a su herencia.

En cuanto a la entrega del legado, esta es responsabilidad de los herederos o del albacea. Si bien las autoridades legales tienen un rol más activo cuando se trata de la herencia, los legatarios dependen de los responsables del testamento para enterarse de su rol como tal si no lo conocía anteriormente. Si se trata de dinero, las entidades financieras dispondrán de las cuantías que corresponden al legado cuando reciban instrucciones de los herederos o el albacea.

En todos los casos, los legados deben respetar la legítima, que reserva aproximadamente un tercio de la herencia para los herederos forzosos. Si bien el legado se trata de manera separada de la herencia, una cuantía excesiva puede someterlo a revisión para no perjudicar la legítima, de manera parecida a las donaciones en vida que se consideren inoficiosas por el mismo motivo. 

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