Ibex y CEOE presionan al Gobierno para retener a Calviño y capear mejor la crisis

La ministra de Economía, Nadia Calviño (c), conversa con el vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos (i), y el director gerente del Mecanismo Europeo de Estabilidad, Klaus Regling (d), antes del comienzo del Consejo de Ministros
La ministra de Economía, Nadia Calviño (c), conversa con el vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos (i), y el director gerente del Mecanismo Europeo de Estabilidad, Klaus Regling (d), antes del comienzo del Consejo de Ministros
EFE

La inclusión de la ministra de Economía, Nadia Calviño, en todas las quinielas para convertirse en comisaria europea u ocupar un cargo relevante en las instituciones comunitarias que se van a conformar ahora, ha levantado la voz de alarma en el sector empresarial español, que prefiere tener a la titular de Economía en España para afrontar el ciclo a la baja que se avecina. Tanto desde las principales empresas del Ibex 35 como en el seno de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) han hecho llegar al Ejecutivo mensajes sobre la conveniencia de seguir contando con Calviño para negociar en Bruselas las medidas que sirvan para paliar la crisis económica internacional que, todo indica, se avecina.

La ministra, ahora en funciones, mantiene todos los frentes abiertos y ha dado orden a sus colaboradores más cercanos de tener listas las medidas que están pendientes desde que se convocaron elecciones con el objetivo de sacarlas adelante en cuanto haya un nuevo Gobierno. Esta decisión ha contribuido a frenar las especulaciones sobre su salida hacia el nuevo Ejecutivo que se conforme en la Unión Europea. Pero fuentes cercanas a su entorno advierten que si tiene una buena propuesta como comisaria europea -e incluso un cargo con más importancia- será muy difícil que pueda abstraerse de volver a Bruselas. Es más, desde el ámbito socialista se asegura que Calviño puede defender  los intereses de España ante la crisis tanto en la Comisión como desde el Ministerio.

Entre los responsables de las grandes empresas españolas se confía en el buen hacer de la ministra y el prestigio que tiene en las instituciones europeas como el mejor aval para que defienda la economía española ante esa contracción mundial que se avecina, pero advierten que su figura será muy difícil de reemplazar dentro de las filas de Pedro Sánchez. La situación se complica más si las previsiones se cumplen y, junto a Calviño, algún otro miembro destacado del equipo del presidente salta a Europa, como puede ser el caso de José Borrell (que ya se da por descontado) o el de la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, cuyas políticas para el cambio de modelo energético han causado impacto en los principales ejecutivos comunitarios.

Mientras en España se deshoja la margarita de la investidura de Sánchez y de la formación del nuevo Gobierno, con más sombras que luces por el momento, los empresarios más vinculados al sector exterior temen que se cumplan las previsiones que los principales analistas mundiales hacen sobre una caída del comercio internacional a partir de finales de este año, provocada por las tensiones internacionales entre Estados Unidos y China, por un lado, y por las tensiones con Irán, por otro. Ese escenario ya está generado subidas del precio del petróleo y amenazas de medidas arancelarias y proteccionistas sobre las grandes exportaciones industriales, que tocarán de lleno a las empresas globales. El temor a una recesión se ve con claridad en economías netamente exportadoras, como la alemana, que ha rozado la recesión en el último trimestre, y llega en un momento de inestabilidad política en la UE de la mano del Brexit duro y la incertidumbre política italiana.

En los ocho meses que ha estado al frente de Economía, la ministra Calviño ha destacado siempre la fortaleza de la economía española, con un crecimiento por encima de la media comunitaria, fruto de unas empresas que han apostado por la exportación en los años de la crisis y han sabido quitarse el endeudamiento que arrastraban. Esa situación, que no se había dado antes en España, mantiene el vigor de la economía por el momento, pero las amenazas que sobrevuelan sobre sectores como la banca, la automoción o la gran industria de bienes de equipo, vinculados al comercio internacional, han levantado la voz de muchos analistas que ven en ello una contracción del crecimiento mundial.

Desde el Ministerio de Economía, que de momento es responsabilidad de Nadia Calviño, se vigilan de cerca todos los indicadores económicos que pueden apuntar hacia un retroceso en la actividad industrial y se ha puesto en marcha la nueva Autoridad Macroprudencial, con más poderes de supervisión para la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el Banco de España, para evitar que la crisis vuelva a entrar en la economía desde el ámbito financiero, como ocurrió en 2008,  algo que se consigue sobre todo con la coordinación con el resto de la UE que se logra con esta herramienta, advierten fuentes cercanas al Ministerio.

Sin embargo, asuntos como la prolongación de los tipos bajos que decidió el Banco Central Europeo (BCE) la semana pasada hasta mediados de 2020 ha levantado todas las alertas de nuevo, aseguran estas fuentes. Junto a esto, el presidente del organismo, Mario Draghi, también ha advertido que los riesgos siguen creciendo, desde el Brexit a la guerra comercial, pasando por las incertidumbres políticas. Por estas razones, la entidad ya ha rebajado ligeramente las previsiones de crecimiento para éste y el próximo año. Así, en 2018, el BCE contempla que el PIB del área del euro avance al 1,9% -una décima por debajo de lo que preveía previamente-. Reduce en la misma medida el crecimiento estimado para 2019 hasta el 1,7%. 

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