La inflación afloja a nivel global, pero se mantiene por encima del doble dígito en lo más básico, como son los alimentos, incluso tras la hiperactividad de los bancos centrales elevando los tipos de interés. De acuerdo con los datos avanzados este jueves por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), aunque el encarecimiento de los precios de estos productos se moderó del 10,9% al 10,1% entre mayo y junio, se mantuvo en junio por encima del 10% en 26 de los países de la organización al cierre del primer semestre. El IPC general se redujo del 6,5 al 5,7%, con España entre los países con menor tasa -el 1,9%-, aunque si se confirman los datos del índice adelantado de julio, será algo más alta en julio por los carburantes.
La energía fue el componente que más colaboró a la caída de los precios en la OCDE. Este componente se habría abaratado hasta un 9,6% en tasa interanual, lo que permitió tirar a la baja de la tasa de inflación global. La caída en España fue notablemente más amplia que en la media, con los precios energéticos retrocediendo un 24,9% respecto al mismo periodo del año anterior; donde este componente acumulaba fuertes subidas alimentado por la guerra en Ucrania.
Sin embargo, el diferencial español con la OCDE en el caso del precio de los alimentos es menos positivo. De hecho, la tasa de inflación habría sido ligeramente superior a la media durante el mes de junio, al quedarse en el 10,3%; dos décimas por encima, aunque registrando una moderación superior. En mayo, el incremento del precio de los alimentos en España fue del 12%.
En cuanto a la subyacente, se redujo al 6,6% desde el 6,9% de mayo y "fue ligeramente más pronunciada que en meses anteriores", valora la OCDE en un comunicado. España se quedó por debajo de la media; en el 4,3%.
Un escenario complicado
Las expectativas de la OCDE es que la moderación de la inflación continúe a nivel global en lo que queda de año. Las previsiones del organismo son que en el conjunto de los países que conforman la organización la tasa se reduzca al 5% y que la caída sea más pronunciada en el caso de la zona euro y que el nivel de crecimiento de los precios se quede en el 3,5%. Al cierre de junio, el IPC de los 17 era del 5,5%, aunque según los últimos datos adelantados habría retrocedido al 5,3%.
Sin embargo, la reactivación del componente de los precios energéticos que se ha percibido en julio abre algunas incógnitas sobre si el factor que está ayudando a reducir más la tasa de expansión continuará a lo largo de los próximos meses. Los movimientos aprobados por la OPEP+, en la que está incluida Rusia, ya han logrado relanzar el precio del petróleo y los carburantes, mientras que el precio de los alimentos mira hacia el grano ucraniano.
Los bancos centrales, que no se reúnen en el mes de agosto, tendrán que valorar si continúan o no con los ascensos en septiembre.
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