La banca española aboga por la cadena de bloques o tecnología blockchain, que engloba las divisas virtuales, pero se muestra reacia al bitcoin por su "mala fama" y "peligrosidad", según expertos del sector.
En un reciente encuentro que ha reunido en Madrid a analistas del sector financiero, que han intercambiado sus impresiones sobre el impacto de blockchain, han coincidido que puede aportar "valor" a algunos productos financieros.
No obstante, consideran que la banca no tiene "predisposición" a operar con divisas virtuales como el bitcoin debido a que su uso anónimo permite la financiación de actividades ilegales.
El presidente de la plataforma de pagos Bitnovo, Luis Vaello, apunta que la banca es "reacia" al bitcoin porque el sistema en el que se basa muestra que los particulares pueden realizar préstamos "sin la necesidad de recurrir a ningún intermediario bancario".
Para el fundador de bit2me, una web española dedicada a la compra y venta de bitcoin, Leif Ferreira, esta divisa "no deja de ser un uso más de la tecnología", y añade que el blockchain es una tecnología que aporta "mejoras" en cuestiones de seguridad, debido a su sistema.
En su opinión, los grandes bancos son reacios al bitcoin porque les va a "perjudicar", entre ellos, el propio Banco Central Europeo. En este escenario, Ferreira considera que será la competencia la que "determine" si es posible la convivencia entre el modelo tradicional y el digital.
Sin embargo, para el directivo de gestión de capital para Europa de UBS, Gabriel Castelló, la banca debe abogar por la innovación y apostar por el blockchain.
Por otro lado, fuentes del sector consultor han explicado que la creación del consorcio de blockchain Alastria, que reúne a las entidades "más relevantes" del país -entre otros sectores-, carece de "gran potencial" al no tener una "función clara" en el desarrollo de esta tecnología. A pesar de que creen que es una buena iniciativa, entienden que todavía está en la cocina y que, de momento, se ha demostrado que el gran potencial del"blockchain es individual y sectorial, y citan como ejemplo la industria aseguradora.
Sin embargo, piden "más regulación" en España sobre las empresas financieras tecnológicas o fintech para evitar su fuga a otros países, y advierten de que países como Suiza o Letonia, referentes en regulación tecnológica, han puesto en marcha iniciativas como la
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