La competencia fiscal desdibuja el paisaje tributario autonómico. El Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF), perteneciente al Consejo General de Economistas, ha denunciado los 991 impactos fiscales de los tributos cedidos a las comunidades autónomas, ya que "es un galimatías que no tiene ninguna ventaja" e impide la "corresponsabilidad fiscal", indicó el presidente del Consejo General de Economistas, Valentín Pitch. "Difícilmente sabes qué pagas y a quién", concluyó.
Según ha destacado el REAF durante la presentación del Panorama de la Fiscalidad Autonómica y Foral 2024, el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas -IRPF- ha sido el que más impactos ha sufrido con 332, y el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones -ISD- el segundo, ya que ha sufrido 278. Dentro de las autonomías que más han influenciado en los tributos se encuentran Galicia (con 93 impactos), Comunidad Valenciana (89) e Íslas Baleares (82).
En lo que refiere al IRPF, 11 autonomías han venido aminorando impuestos desde 2022, una tendencia que ha acelerado desde que el mapa de los gobiernos autonómicos se tiñó de azul con la victoria del PP en las últimas elecciones autonómicas y municipales de mayo. Las rebajas se han producido en sus diferentes modalidades: mediante deflactaciones, implementando deducciones o incrementando los mínimos personales y familiares. O todo a la vez.
Debido a estos cambios, los cálculos del REAF sitúan la diferencia entre tributar en una autonomía u otra en una horquilla para quienes perciben entre 30.000 y 45.000 euros anuales de entre 404,88 euros y 802,28 euros al año.
En la simulación, un contribuyente que solo obtiene rentas del trabajo, es soltero y menor de 65 años, que gane 30.000 euros anuales podrá pagar en 2024 un 8,71% menos si tributa en Madrid en lugar de en Cataluña -la autonomía de régimen común en el que más paga ese rango de ingresos, con 5.039,55 euros al año-. Si gana hasta 45.000 euros, se ahorrará un 8,2% si en lugar de pagar en Cataluña lo hace en Madrid, donde se pagan 8.886,31 euros anuales.
Esta brecha es superior para las rentas más altas. En los tramos más elevados, la diferencia entre autonomías se eleva al entorno del 15% entre las regiones que más cobran y las que menos. En concreto, un valenciano que gane entre 400.000 y 600.000 o más euros al año pagaría entre 28.246,6 euros y 46.246,6 euros menos si tributase sus rentas en Madrid.
Para los técnicos de REAF la situación de competición autonómica está sobrepasando la barrera de lo normal. "Una cosa es que pueda haber diferencias y otra cosa es que estemos ante tendencias completamente dispares que lleguen a provocar situaciones de discriminación a los ciudadanos por su lugar de residencia", aseguró Agustín Fernández, presidente del REAF-CGE.
Sucesiones y patrimonio, los otros afectados
Otros impuestos que han vivido cambios notables en los últimos años ha sido el Impuesto de Sucesiones y Donaciones y el de Patrimonio, que ha servido de caballo de batalla de muchas autonomías en contra del Impuesto Transitorio Solidario a las Grandes Fortunas.
Sobre sucesiones, los economistas indican "una tendencia a la baja" en lo que se refiere a gravar las herencias a familiares directos. Asturias es la única comunidad que aún aplica una tarifa de hasta 150.000 euros a tipo reducido para hijos de menos de 21 año, pero Baleares, Canarias, Comunidad Valenciana, Aragón, Extremadura o La Rioja ya se han sumado a la Comunidad de Madrid o Andalucía a la hora de bonificar el gravamen. No obstante, el abanico de opciones se abre más al determinar las quitas para otros parientes más lejanos.
Por otro lado, el gravamen al patrimonio ha sido utilizado como forma de bregar contra el impuesto nacional a los ricos. Andalucía y Madrid han dado opciones para poder bonificar ambos impuestos para que el contribuyente elija si el pago se efectúa a la Administración central o a la regional. Extremadura lo bonifica al 100% y Galicia al 50%. Además, Aragón ha incrementado su mínimo exento de 400.000 a 700.000 euros; Baleares ha incrementado el mínimo exento de 700.000 euros a 3 millones; y Cantabria ha introducido una bonificación del 100% para patrimonios inferiores a 3 millones.
Casi 60 impuestos locales para el 2% de los ingresos
María José Portillo, directora de la Cátedra de Hacienda Territorial en la Universidad de Murcia, presentó las conclusiones sobre su análisis de los impuestos propios que las autonomías pueden crear, es decir, las contribuciones que elaboran para gravar el juego, las estancias turísticas, los premios del bingo o sobre el agua. Portillo los estimó en 59 -a los que hay que sumar tres de la Comunidad Valenciana que entrarán en vigor en 2025-, con algunos que no han llegado siquiera a publicarse, como el impuesto a viviendas vacías de grandes tenedores de Extremadura.
Estas contribuciones se suman a la red tributaria nacional y han elevado su recaudación un 10,9% en promedio en todas las autonomías entre 2021 y 2022. No obstante, en términos absolutos la recaudación tributaria total ha caído un 1,1% en el mismo periodo. Portillo explica que, en el global tributario de las administraciones autonómicas, estos ingresos suponen tan solo el 2,2% de los ingresos totales de las administraciones.
