Alinea sus previsiones con las del FMI

La OCDE prevé que España crezca el doble que la Eurozona pese al frenazo mundial

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico mejora una décima su previsión de crecimiento para la economía nacional este año, hasta el 1,5%, y reduce la tasa de inflación media cuatro décimas hasta el 3,3%

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Europa Press

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha mejorado una décima su cálculo de crecimiento para la economía española este año hasta el 1,5% y reduce, además, cuatro décimas la de inflación, que se situaría de media en el 3,3% a lo largo de este ejercicio. El club que engloba a las economías más desarrolladas del planeta ha mejorado sus estimaciones para nuestro país en un contexto muy marcado por las tensiones geopolíticas y el endurecimiento de la política monetaria y en el que, además, ha empeorado las perspectivas para la Eurozona en general, al hacerlo también para sus dos mayores economías, Alemania y Francia, a la vez que mantiene el crecimiento previsto para Italia en el 0,7%.

España crecería este año más del doble que la Eurozona (0,6%), una región que avanzaría ahora tres décimas menos de lo que el 'think tank' había calculado a finales de noviembre. De cara al año que viene, la organización capitaneada por Mathias Cormann mantiene el avance del PIB nacional en el 2% y eleva dos décimas la tasa media de IPC hasta el 2,5%. El país seguirá liderando el avance entre las mayores economías de la región, si bien el margen se estrechará algo más, dado que el PIB del conjunto crecería un 1,3% y ligeramente por encima del 1% el de sus tres mayores economías.

El nuevo escenario que plantea la OCDE está alineado con el que hizo público hace solo unos días el Fondo Monetario Internacional, que también calculó un avance del PIB del 1,5% este año para España. Esa estimación está, Sin embargo, cinco décimas por debajo de la que el Gobierno ha incluido en su último cuadro macroeconómico, que está sirviendo de base para los Presupuestos Generales del Estado de 2024, actualmente en elaboración.

La organización destaca cómo el crecimiento mundial se mostró "resistente" el año pasado, y cómo la inflación se moderó más rápidamente de lo previsto, si bien, la situación varió en función de los países. Así, la fortaleza de las economías estadounidense y emergentes ayudaron a compensar la ralentización que registraron la mayoría de los países europeos.

La economía mundial frena, pendiente de EEUU y China

"Los indicadores recientes apuntan a una cierta moderación del crecimiento, con los efectos del endurecimiento de las condiciones financieras que siguen apareciendo en los mercados crediticio e inmobiliario, y un comercio mundial que se mantiene moderado", sostiene la OCDE en su informe. En el documento señala, además, que los ataques a buques comerciales en el Mar Rojo han elevado bruscamente los costes de transporte y han alargado los plazos de entrega, perturbando los calendarios de producción y aumentando las presiones sobre los precios.

La economía global podría crecer este año un 2,9%, echando el freno en relación al 3,1% al que lo habría hecho en 2023, y se recuperaría ligeramente el año que viene para volver a avanzar de media un 3%, a medida que las condiciones financieras vayan relajándose con las rebajas de los tipos de interés por parte de los principales bancos centrales.

En el caso de la primera economía mundial, Estados Unidos, estima que el gasto de los hogares y la solidez de su mercado laboral le permitirán mantener un crecimiento robusto, aunque algo más moderado: del 2,1% este año y del 1,7% en 2025. La situación seguirá siendo muy distinta a la de la zona euro, donde la actividad se frenará por la restricción del crédito a corto plazo, antes de recuperarse a medida que aumenten los ingresos reales. La OCDE cree que China reduzca su avance al 4,7% este ejercicio y al 4,2% el que viene. El motivo es que los estímulos económicos no podrán compensar el enfriamiento del consumo, el elevado endeudamiento y la debilidad de su mercado inmobiliario.

Escenario con riesgos por la inflación y la tensión en el mar Rojo

Pese a que la OCDE considera que la inflación regresará al objetivo fijado por los bancos centrales en la mayoría de los países del G20 ya a finales de 2025 (prevé que se sitúa de media en el 6,6% en 2024 y en el 3,8% en 2025), advierte de que es "demasiado pronto para asegurar que las presiones subyacentes sobre los precios estén totalmente contenidas". Así y. aunque las condiciones del mercado de trabajo se han equilibrado mejor, el crecimiento de los costes laborales unitarios se mantiene en general por encima de tasas compatibles con los objetivos de inflación a medio plazo.

El escenario que ha puesto sobre la mesa la organización no está exento de riesgos. Menciona sobre todo las tensiones geopolíticas, en particular si el conflicto de Oriente Medio perturbara los mercados energéticos. Además, apunta que la persistencia de las presiones sobre los precios de los servicios también podría generar sorpresas inflacionistas al alza y desencadenar una revalorización de los mercados financieros al modificarse las expectativas actuales de una relajación de la política monetaria en la segunda mitad del año. 

Por otra parte el crecimiento también podría ser más débil de lo previsto si los efectos persistentes de anteriores subidas del precio del dinero fueran más fuertes de lo esperado. Los economistas de la OCDE reclaman, así, prudencia a los principales emisores del planeta. "Existe margen para reducir los tipos de interés oficiales a medida que disminuya la inflación, pero la política monetaria debería seguir siendo restrictiva en la mayoría de las principales economías durante algún tiempo", sostienen.

Por otro lado, inciden en que los gobiernos se enfrentan a crecientes retos fiscales derivados del aumento de la carga de la deuda y de las considerables presiones adicionales sobre el gasto futuro. "Se necesitan mayores esfuerzos a corto plazo para contener el crecimiento del gasto y marcos fiscales a medio plazo bien diseñados para ayudar a garantizar la sostenibilidad y proporcionar flexibilidad para responder a futuras perturbaciones", advierten. Por todo lo anterior, reclaman reformas estructurales y una mayor cooperación internacional para reactivar el comercio mundial, garantizar un avance más rápido y mejor coordinado hacia la descarbonización y aliviar la carga de la deuda en los países de renta baja.

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