Mandan los analistas

Oráculos de la pandemia: así se descifra el PIB cuando todo es incertidumbre

El 'shock' sin precedentes ocasionado por la Covid ha obligado a los analistas a cambiar su libreto y ensayar nuevos métodos para afinar sus previsiones. Algunos clavaron en mayo lo que luego sucedió con el PIB.

Fotografía Nadia Calviño con cuadro macro / EFE
La vicepresidenta de Asuntos Económica, Nadia Calviño, presentando el cuadro macro.
EFE

"Los modelos tradicionales de previsión económica funcionan cuando el pasado reciente te sirve para prever lo que va a suceder en el futuro inmediato. En el actual contexto no eran suficientes". Gregorio Izquierdo, director general del Instituto de Estudios Económicos (IEE), y el equipo de cinco analistas de la institución auguraron allá por el mes de mayo, cuando se vislumbraba el fin del confinamiento domiciliario y ya se hablaba de 'nueva normalidad', que la economía española iba a experimentar un desplome del 11%. Su previsión se alejaba del consenso en aquellos días, que apuntaba a una caída más suave del 9,5%, y también de la previsión oficial del Gobierno, que días antes había estimado el retroceso de la economía para 2020 en un 9,2%. Un puñado de meses más tarde se ha revelado como la más precisa de las que se formularon por aquel entonces y así se le ha reconocido en la Diana Esade, el ejercicio que anualmente realiza la escuela de negocios para medir el mayor  o menor acierto de las instituciones públicas y privadas a la hora de formular sus previsiones sobre la evolución de la economía.

El Instituto de Estudios Económicos clavó con siete meses de antelación la evolución que iba a tener la economía en 2020, en un momento en que la evolución de la pandemia era imprevisible, todo estaba rodeado de incertidumbre y las previsiones de los organismos oscilaban entre anticipar una caída del 6,6% o vaticinar un desplome superior al 13%, cuando lo habitual es que no varíen más que unas décimas. Carlos Victoria, economista investigador de Esade EcPol y coordinador de la 'Diana Esade' justifica esta horquilla. "Hablamos de un contexto de elevadísima incertidumbre. El tratamiento de la variable 'pandemia' era absolutamente incierto, la incorporación de los efectos sobre las previsiones de las medidas de política económica aumentaba la complejidad y hasta incluso el INE advertía de que sus datos de avance podían variar por las dificultades para recoger la información". Con el suelo moviéndose bajo los pies de los analistas, ¿qué factores determinaron que unos institutos aproximaran el comportamiento a medio plazo de la economía más que otros?

"Hay un factor de azar en no habernos desviado ni una décima", concede Gregorio Izquierdo, principal responsable de la única previsión publicada en primavera que dio en la diana y uno de los 'coyunturalistas' más experimentados del país. "Pero también hay un método. En nuestro caso fue conciliar tres metodologías. Realizamos un primer ejercicio de previsión según el modelo tradicional, sobre la base de las series históricas y viendo la correlación con los últimos datos disponibles. Ahí ya vimos que ese modelo no nos diría mucho de lo que estaba ocurriendo. Luego construimos un modelo de escenarios a partir de una serie de hipótesis diferentes en función de la duración del problema epidemiológico. Por último, realizamos un ejercicio 'input-output' para estimar la duración del shock económico y el vigor de la recuperación. Pusimos en relación los datos de las tres metodologías y nos salió el escenario central de caída del 11%"

No fue un proceso mecánico de mero contraste de metodologías. Izquierdo, que es director general del IEE pero también analista jefe de CEOE, admite que la información cualitativa de primera mano recibida de los representantes de las organizaciones sectoriales y territoriales de la confederación empresarial en las primeras semanas de la pandemia le sirvió para ponderar la especial relevancia del comportamiento del turismo en la crisis y también para seguir con especial interés los datos de movilidad de población para aproximar el comportamiento a futuro de la economía. 

Antonio Madera, responsable de rating soberanos e instituciones financieras de Axesor, que apenas se separó dos décimas en su previsión de primavera del dato final de caída de la economía española de 2020, atribuye del mismo modo parte de la responsabilidad en la precisión de su predicción a la información disponible en las bases de datos de la firma respecto de los comportamientos de pago de las empresas y sus cifras de venta diaria. "Lo que hicimos también fue buscar la referencia de un acontecimiento similar y para ello observamos la incidencia sobre la economía que la epidemia del Sars-1 tuvo sobre los países asiáticos más afectados para aproximar el impacto que podría tener en España", explica.

Gasto con tarjetas, consumo eléctrico, movilidad...

La situación generada por la pandemia  ha obligado a los analistas a buscar nuevas fuentes de información para construir sus previsiones: los datos sobre movilidad de población que empezó a publicar Google a principios de abril a partir de la información obtenida de su aplicación Google Maps, los datos de gasto con tarjetas de las entidades financieras, los datos de consumo energético de Red Eléctrica...

La monitorización del comportamiento de la economía ha pasado de ser semanal, mensual o incluso trimestral a ser diaria. Fuentes de la Vicepresidencia de Asuntos Económicos reconocen que se vieron en un aprieto el pasado mes de abril cuando tuvieron que enviar a Bruselas un cuadro macro, para cuya elaboración disponían de información estadística que en su mayor parte hacía referencia al mes de febrero. Lo que hicieron fue recopilar en tiempo récord la mayor cantidad de datos diarios y de alta frecuencia disponible y construir un nuevo modelo de previsión a partir de esos datos. De ahí salió su previsión de caída del 9,2%.

En los meses siguientes el equipo de la Dirección General de Análisis Macro, bajo la batuta de Carlos Cuerpo, el que fuera analista jefe de Airef, fue afinando ese modelo de seguimiento diario de la economía con toda la información oficial disponible en los ministerios de Transporte, Industria, Trabajo, Inclusión y Seguridad Social, Hacienda, etcétera. En octubre, con la mayoría de los institutos de análisis augurando a España caídas por encima del 12% e incluso del 14,4% (OCDE) en 2020, Economía afinó su previsión de primavera y la situó en un -11,2% que muchos tacharon de optimista. Según los datos de avance de Contabilidad Nacional del INE, la previsión oficial apenas se ha separado dos décimas del PIB real.

Fuentes de la Vicepresidencia aseguran que esa monitorización diaria de las nuevas fuentes de información incorporadas a sus análisis económicos le han permitido, tal vez, estimar con mayor precisión que otros institutos de análisis el menor impacto que tendrían sobre la economía las 'restricciones selectivas' aplicadas durante la segunda y tercera olas del virus, respecto de las aplicadas en el primer embate de la Covid; la diferente respuesta de los agentes económicos en esa fase; y como hecho diferencial la mejor evolución comparativa del empleo frente a otras crisis anteriores gracias a la operativa de los ERTE.

¿Por qué hay siempre tanto pesimismo con España?

Mientras los institutos de análisis que publican previsiones sobre la economía española y el propio Gobierno de España se afanaban por afinar sus métodos de análisis por aproximar lo más posible el comportamiento futuro de la economía española, las grandes instituciones internacionales lanzaban previsiones sobre la economía española que dibujaban un escenario de catástrofe con caídas del PIB de hasta el 14,4% y una tasa de paro que podría llegar hasta el 25%, como la publicada por la OCDE en junio. 

"La evolución de la economía ha venido a confirmar el escenario en forma de 'v' asimétrica que el Gobierno ya planteó en junio, descartando escenarios más pesimistas", dijo la vicepresidenta Nadia Calviño el pasado mes de enero en el Congreso, apenas horas después de que el INE hubiera hecho público que la economía española cayó un 11% en 2020. La vicepresidenta acompañó su afirmación de una serie de cuadros que ilustraban como las previsiones de los institutos de análisis privado habían ido progresivamente confluyendo con las previsiones del Gobierno durante los últimos meses, abandonando los territorios más pesimistas en que se situaban.

¿Maltratan los organismos internacionales a España en sus previsiones? Los analistas consultados atribuyen ese supuesto maltrato a España en las previsiones de OCDE, FMI y Comisión Europea más a una cuestión de metodología, que de voluntad. Argumentan que, por una parte, los métodos de predicción económica de los grandes organismos internacionales se aplican de manera uniforme a todos los países y eso puede generar tanto desviaciones al alza como a la baja significativas para según qué países. Por otra, que su aproximación a la realidad económica de los países no deja de ser superficial y que sus análisis no incorporan especificidades que pueden ser muy significativas, especialmente en momentos de convulsión.

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