Llega final de año y toca hacer balance. Red Eléctrica de España (REE) dijo a principios de curso que 2023 sería "clave para la transición ecológica en España" y muchos expertos han coincidido en que sería un gran ejercicio para que el país consolidara su posición como motor renovable de la Unión Europea (UE). Y parece que no se han equivocado y España generará por primera vez en un año más de la mitad de su electricidad mediante fuentes renovables (el 50,8%).
El gran 'boom' verde se produjo entre 2018 y 2022. Se desplegaron alrededor de 27.000 megavatios (MW) de energía eólica, solar fotovoltaica, autoconsumo, solar térmica, hidráulica, biomasa y otras fuentes, según datos del operador del sistema eléctrico y de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (Appa Renovables). Para hacerse una idea, entre 2012 y 2018 se instalaron 4.853 MW.
Pues bien, este año no defrauda y las tecnologías limpias siguen en auge, aunque disminuyen el ritmo por el 'parón' que ha sufrido la eólica. En concreto, las fuentes 'verdes' de generación (hidráulica, hidroeólica, eólica, fotovoltaica, solar térmica, residuos renovables y otras renovables) suman una potencia de 75.746 MW, lo que supone un 7% más en comparación con el ejercicio precedente y el 61% de los 124.514 MW que hay instalados en total en el sistema eléctrico nacional.
La solar fotovoltaica sigue en racha (sin autoconsumo)
Hay que señalar que todavía hay margen para que se sumen algún que otro MW 'verde' al sistema. Red Eléctrica actualiza día a día la potencia con las últimas conexiones a la red, aunque no se producirán grandes cambio de aquí al 1 de enero. Como ocurriera en 2022, el mayor incremento se ha producido en la solar fotovoltaica. Este año se han conectado a la red alrededor de 5.000 MW de nueva potencia de dicha tecnología -sin contar autoconsumo-, hasta alcanzar los 24.422 MW, un 22% más interanual. En cuanto al autoconsumo, el año pasado se superaron los 2.500 MW, pero en este curso habrá que esperar a ver si la mayor apuesta del sector industrial compensa el desplome del residencial.
Por su parte, la eólica ha pinchado y terminará el año con tan solo unos 500 MW de nueva potencia, hasta alcanzar los 30.648 MW. El crecimiento respecto a 2022 es dek 1,6%. Cabe destacar que en 2022 el sector eólico instaló una potencia que se encuentra entre las tres mejores de los últimos diez años, con la puesta en marcha de 1.640 MW, según el Estudio Macroeconómico del Impacto del Sector Eólico en España, elaborado por la Asociación Empresarial Eólica (AEE) en colaboración con Deloitte. Sin embargo, sigue estando muy por debajo de los 2.200 MW anuales que considera necesarios para cumplir con los objetivos del Plan Nacional Integrado de energía y Clima (PNIEC).
En este sentido, desde la patronal alertan de que el ritmo anual de instalación de la eólica es inferior al necesario para cumplir con los objetivos nacionales y europeos de integración de renovables. AEE defiende así que acelerar el 'permitting' eólico debe ser una prioridad, así como ofrecer señales de estabilidad regulatoria para atraer financiación al país y evitar deslocalizaciones industriales a futuro. "Es necesario apostar por la repotenciación de parques eólicos. Aspectos como la declaración de los parques a repotenciar como bienes de interés público prioritario. la evaluación de impacto ambiental adicional y el cumplimiento de los plazos máximos de tramitación establecidos en Europa deben ser implementados en nuestro país", señala.
Desde el sector se aferran así a la implantación en España de la eólica marina. El Gobierno se ha comprometido a lanzar a consulta pública el marco regulatorio antes de que termine el año tras acumular un importante retraso. De hecho, la primera subasta de capacidad que se tendría que haber celebrado en el primer semestre. El 28 de febrero se aprobaron los nuevos Planes de Ordenación del Espacio Marítimo (POEM), que identifican 19 zonas de alto potencial para la eólica marina con hasta 5.000 kilómetros cuadrados de aguas, lo que se traduce en el 0,46% del espacio marítimo español. No obstante, este es 'tan solo' el primer paso.
Unos 7.500 aerogeneradores podrían dejar de funcionar
Según datos facilitados a este medio por AEE, uno de cada tres aerogeneradores que hay en España puede quedar obsoleto en los próximos años y, por tanto, tendría que ser desinstalado. Datos facilitados por la patronal a este medio señalan que en el territorio nacional hay 4.157 aerogeneradores instalados antes de 2001, los cuales podrían ser objeto de repotenciación durante esta década.
Como cada aerogenerador cuenta con tres palas, unos 7.500 aerogeneradores podrían dejar de funcionar. Actualmente, en España hay 1.345 parques eólicos en más de 800 municipios, con más de 22.000 aerogeneradores y más de 66.000 palas instaladas. De los aerogeneradores que están instalados en España, un 36% (unos 7.500) se instalaron antes de 2005 y, por lo tanto, tienen 15 años o más. Esto supone que más de 20.000 palas podrían tener que ser desinstaladas en los próximos años.
Alarma en todo el continente
A principios de año, el sector eólico europeo ya encendió todas las alarmas. La patronal europea WindEurope informó de que los pedidos de aerogeneradores se hundieron un 47% en 2022 frente al ejercicio precedente como consecuencia de los elevados costes por la inflación, lo que se traduce en 19.300 millones de euros menos de inversión. Bajo este contexto, la UE registró tan solo 9 gigavatios de pedidos de turbinas nuevas el curso pasado.
La asociación, en la que se integran las españolas Iberdrola, Repsol, Acciona Energía y Siemens Gamesa, lanzó un mensaje contundente. "Los últimos datos sobre pedidos de turbinas eólicas en Europa en 2022 pintan un panorama extremadamente preocupante", aseveró. Ahora habrá que esperar a los datos de 2023.
