Decorativas y eficientes

Qué es una termochimenea y dónde instalarla para ahorrar en calefacción

El gran valor de una termochimenea de leña o de pellets es que, además de climatizar la vivienda hasta 3 o 4 veces más que una tradicional, también sirve para generar agua caliente sanitaria.

Termochimenea de leña
Termochimenea de leña
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El gas se ha convertido, al menos este invierno, casi en un artículo de lujo para todos aquellos que no se han cambiado a la Tarifa de Último Recurso. Los primeros recibos del año 2023 han multiplicado su coste respecto a años anteriores y en muchas casas se han tenido que pagar cuantías de 400, 600 y hasta 900 euros. Porque las calderas de gas son las más utilizas en España como sistema de climatización. Pero cada vez hay más familias que buscan otras alternativas para ahorrar en calefacción. Una opción, que no está entre las más conocidas, son las termochimeneas de leña o pellets.

Si bien no hay tantas casas con termochimeneas instaladas en España como con otros sistemas, como pueden ser las estufas de pellets en sus diferentes tipos (aire forzado, canalizables...), bombas de calor o suelo radiante, no son una alternativa a desechar desde el primer momento. Especialmente, porque son decorativas ( estilo rústico, tradicional, moderno, vanguardista...), quedan bien en cualquier salón y crean un ambiente especialmente acogedor.

¿Qué es una termochimenea?

Lo primero que debemos conocer sobre las termochimeneas es que funcionan con leña o pellets y producen calor, principalmente, de forma radiante. Gracias a la combustión, la temperatura aumenta en la sala principal  en la que esté situada), pero también por reflejo de la base y las paredes. Los materiales refractarios almacenan parte del calor y lo devuelven al ambiente incluso cuando el fuego está apagado. Además, pueden ser de circulación natural o de circulación forzada, n la que un ventilador aumenta la cantidad del aire caliente que sale de la chimenea.

Pero además, las termochimeneas tienen una gran ventaja respecto a las estufas tradicionales. Porque se pueden conectar a los circuitos de calefacción de la vivienda para que el calor que se genera caliente el agua que llega hasta los radiadores. De esta forma se pueden climatizar en invierno todas las estancias, incluso en casas grandes o que cuenten con diferentes alturas.

De forma similar a las hidroestufa de pellets, el calor sirve también para generar agua caliente sanitaria para todas la casa. De esta forma, el ahorro energético se hace notar en el recibo de la luz, además del gas o el gasoil, necesarios para calentar el agua cuando la termochimenea no está encendida. También se pueden adecuarse a una instación de las placas solares.

Otra de las diferencias respecto a las estufas de leña más tradicionales es la seguridad. Aunque estén encendidas y expulsando calor no queman. Las modelos más actuales están dotados de un serpentín enfriador en acero inoxidable que permite la instalación de una válvula de descarga de seguridad térmica. Esto es un plus de seguridad en familias con niños, personas mayores o mascotas en casa, por ejemplo.

¿Se puede instalar una termochimenea en un piso?

Aunque no es lo más habitual instalar una chimena en un edificio, esto es posible en el caso de una termochimenea siempre y cuando exista una salida de humos. También es importante un correcto aislmiento de las paredes y tener una buena ventilación en el hogar, ya que el calor y la combustión continuada pueden generar un ambiente cargado. Además, se pueden instalar en el espacio de chimeneas abiertas ya existentes. 

Uno de los inconvenientes, además, es que es necesario un espacio amplio para acumular la leña o los sacos de pellets, algo que no siempre  es posible en un piso. De cualquier forma, antes de comenzar la instalación es necesario ponerse en contacto con un especialista. Por todo esto es más recomendable hacerlo en viviendas unifamiliares o en chalets, aunque siempre cumpliendo con la normativa.

¿Cuál es el precio y el rendimiento de una termochimenea?

El precio de las termochimeneas es muy variable. Las más económicos cuestan en torno a los 1.000 euros, aunque las hay mucho más caras, que sirven especialmente para calentar casas grandes con radiadores en las habitaciones y llevar el agua caliente sanitaria a todos los aseos.

Además, su rendimiento puede llegar a ser hasta tres o cuatro veces superior que una chimenea tradicional, por lo que el consumo de leña es mucho menor. El número de horas que esté encendida y el precio al que se compre el recurso natural, marcarán el gasto para mantener la casa caliente en invierno.

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