De la eurodeuda a los aranceles

'Wonderleyen', la mujer que soluciona todos los problemas de la nueva Europa

El plan de rescate y su financiación vía deuda o el acuerdo con EEUU para sellar una paz en el contencioso Boeing-Airbus han sido algunos de los logros más visibles de la presidencia de Úrsula von der Leyen.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von Der Leyen
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von Der Leyen
EFE

Dicen que los comienzos nunca son fáciles. El suyo tampoco lo ha sido. A la primera mujer en ocupar la presidencia de la Comisión Europea le ha tocado lidiar con la crisis más profunda en décadas para los Veintisiete y con un desafío sanitario y social sin precedentes cercanos. En todo este tiempo, pero muy especialmente en sus primeros meses en el cargo, la sombra de su antecesor, Jean Claude Juncker, fue demasiado alargada y las comparaciones con un peso pesado de tal calibre le hicieron poca justicia. Sin embargo, Úrsula von der Leyen ha sabido sobreponerse a las críticas y a las dificultades, sacando adelante acuerdos que hasta hace no mucho habrían parecido del todo imposibles. 

La Covid, que pareciera haber truncado sus planes de impulsar la transformación digital y verde a nivel europeo, ha dado finalmente un empujón a esa estrategia, que constituye una parte esencial de los fondos del programa 'Next Generation', dotado con 750.000 millones de euros. El plan de rescate y su financiación vía deuda o el acuerdo con Estados Unidos para sellar una paz en el contencioso Boeing-Airbus han sido algunos de los logros más visibles (hasta la fecha) de la presidencia de Von der Leyen. 

El camino ha estado plagado de baches. Su método de trabajo generó bastantes recelos a su llegada a Bruselas: se la acusó de querer centralizarlo todo, de delegar poco y de rodearse de los mismos asesores alemanes en los que se apoyó en su etapa en el Gobierno de Merkel -ocupó los cargos de ministra de Familia, Trabajo y Asuntos Sociales, y Defensa-. Un desembarco a la berlinesa en la capital comunitaria que generó bastantes suspicacias en el entorno europeo. Para ella suponía, además de muchas otras cosas, el regreso a la ciudad que la vio nacer.

La reciente crisis de las vacunas también ha sido uno de los 'patinazos' de la actual Comisión. Y eso que fue la propia presidenta quien consiguió el pasado verano centralizar la compra de vacunas contra el virus. El fiasco con AstraZeneca, los retrasos en las entregas pactadas o la falta de una respuesta contundente por parte de las autoridades comunitarias en un primer momento se convirtieron en un torpedo en la línea de flotación del ejecutivo comunitario del que Von der Leyen ha salido prácticamente ilesa en lo político. En buena medida ha sido gracias a su capacidad para dialogar y tender puentes con los representantes de los distintos grupos parlamentarios, con los que la relación es muy fluida. 

Esa actitud ha sido esencial para trazar la red de seguridad económica contra la pandemia, su gran baza y la que le ha granjeado el calificativo de arquitecta del "momento hamiltoniano" de la Unión (en 1790, Hamilton, primer secretario del Tesoro de EEUU, defendía que el gobierno federal asumiese las deudas en que incurrieron los estados para financiar su rebelión contra los británicos). No ha sido solo el paquete de rescate comunitario, Von der Leyen ha logrado sacar adelante un presupuesto plurianual suficientemente ambicioso para atajar el despegue europeo: está dotado con 1,074 billones de euros y junto al programa de rescate permitirá movilizar en total 1,8 billones de euros hasta 2027

El hito de las emisiones de deuda conjuntas

Esta misma semana la Comisión captó 20.000 millones de euros, casi el doble de lo previsto, en la primera emisión de bonos a 10 años con la que empezará a financiar el montante del rescate. La demanda alcanzó los 142.000 millones -fue siete veces superior a la oferta-, dando idea de las expectativas que ha generado esta euroemisión. Lo anterior garantiza unas condiciones muy favorables con un tipo de interés inferior al 0,1%. Puede parecer sencillo. No lo es.

Que los conocidos como países frugales hayan aceptado emitir deuda de forma conjunta -aunque ésta no implique una mutualización como tal- es todo un hito que tiene detrás al tándem de 'negociadores' constituido por Von der Leyen y por Charles Michel, presidente del Consejo Europeo. Dinamarca, Suecia, Austria, Países Bajos y Finlandia presionaron hasta el final para dar menos ayudas a fondo perdido -finalmente son 390.000 millones-. Sin embargo, el resultado ya era un éxito en sí mismo. 

El pacto final lo firmaron en julio os líderes de la UE y fue aprobado en diciembre, esquivando el bloqueo de Hungría y Polonia. Los dos países se negaban a vincular fondos y Estado de Derecho. Ese acuerdo fijó que los países más golpeados por la crisis generada por la Covid serían los más beneficiados, con Italia y España a la cabeza. 

La mujer que desafió el sistema de los 'Spitzenkandidaten' o cabezas de lista por el que se elige al presidente de la Comisión (fue una apuesta personal de Merkel que recibió el apoyo de Macron) ha sacado soluciones de un Parlamento muy fragmentado, en el que el bipartidismo ha hecho aguas, y en mitad de una amalgama de crisis políticas con la complicada relación con el Gobierno de Trump, el desenlace del Brexit o e problema de los refugiados, que han tocado profundamente a las instituciones europeas.

La recuperación de una normalidad que no volverá a ser normal

Lo que viene por delante no es una recuperación de la antigua normalidad, tal y como explica a 'La Información' María Cruz Arcos Vargas, profesora titular de Derecho Internacional Público y relaciones internacionales en la Universidad de Sevilla y coordinadora del Máster Universitario en Estudios Europeos. Desde su punto de vista la recuperación europea va a estar ligada finalmente a las directrices que Úrsula von der Leyen se fijó a su llegada a la Comisión, antes incluso de que estallase la crisis sanitaria: una recuperación verde, digital, justa, que refuerce la posición en el mundo de los Veintisiste y que apueste por la democracia y el modelo social europeo. Esto también es un tanto que puede apuntarse la mandataria.

La jefa del Ejecutivo comunitario ha redoblado su apuesta por la descarbonización de la economía, elevando el objetivo de reducción de gases de efecto invernadero hasta "al menos" un 55% para 2030 en relación a los niveles existentes en los años 90. No es la única medida en este sentido. Úrsula von der Leyen ha incidido en varias ocasiones en que el 30% de la deuda que emita la Comisión Europea para captar los 750.000 millones de euros del plan de recuperación se articulará a través de bonos verdes, es decir, que Bruselas se compromete a destinar los fondos que reciba a financiar proyectos con un impacto positivo sobre el medio ambiente. 

Su año y medio al frente de la institución ha traído además el acuerdo con EEUU en el contencioso que las partes habían mantenido durante 17 años por las ayudas directas a Airbus y Boeing. Este pacto sirve para eliminar, a lo largo de los próximos cinco años los aranceles a numerosos productos europeos (como el aceite, la aceituna, el queso o el vino español). Han sido los momentos dulces de un mandato en el que también ha sido víctima del machismo. El episodio de la silla en Ankara durante la reunión con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y el propio Charles Michel, ha levantado ampollas en Bruselas. "Me sentí sola", reconoció días después en la reunión de la Conferencia de Presidentes del Parlamento Europeo.

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