La mayor parte de ellas, voluntarias

CaixaBank prepara 8.000 salidas con más peso en Bankia por la elevada edad

El ajuste de plantilla tras la fusión no respetará el equilibrio entre ambas plantillas e inclinará la balanza del lado de la antigua Caja Madrid. La catalana apenas cuenta con 200 empleados de más de 59 años.

Gortázar y Goirigolzarri
Gortázar y Goirigolzarri, consejero delegado y presidente de CaixaBank.
Agencia EFE

CaixaBank y Bankia ya son un solo banco. Hace poco más de dos semanas se inscribía en el Registro Mercantil de Valencia la primera fusión de la nueva ola de operaciones de concentración y se daba el pistoletazo de salida a la integración 'real' de ambas entidades. Tras los primeros pasos como una única entidad, se abre ahora uno de los grandes melones de este movimiento financiero: la negociación del ajuste de plantilla que se llevará a cabo en los próximos meses y que se colocaría en el umbral de las 8.000 salidas, según señalan a La Información fuentes del sector. Pese a que aún se desconoce el número exacto de trabajadores de cada entidad que saldrán en este plan, diferentes fuentes apuntan a que serán los empleados de Bankia los que, en relación con el número total de trabajadores, tengan mayor peso. 

Justo antes de Semana Santa, la nueva CaixaBank celebró su primer consejo de administración tras la fusión. En él se nombró oficialmente al hasta ahora presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, como presidente de CaixaBank. En la misma reunión, se sentaron las bases para la primera conversación con los sindicatos que se celebrará este mismo martes y que dará paso al mayor ajuste de la historia financiera de España, superando incluso al que la propia Bankia llevó a cabo en 2012 tras ser rescatada y que terminó con una reducción de plantilla de 7.000 personas.

En la reunión de este martes 13, más allá de las condiciones económicas y el momento en que se producirán las salidas, los sindicatos y el banco se sentarán a negociar el número final de afectados del expediente de regulación de empleo. Los datos de las entidades a cierre de 2020, últimos disponibles, arrojan una plantilla total que supera los 46.000 empleados, de los que dos tercios corresponden a CaixaBank y el tercio restante a Bankia. Este esquema haría pensar que las salidas podrían repartirse en unos porcentajes similares, pero nada más lejos de la realidad. La pirámide de edad de los trabajadores de  ambos bancos decantará la balanza, según diversas fuentes, hacia el lado de la antigua Caja Madrid, dejando en cifras muy similares las salidas de ambos bandos. 

Del total de empleados de CaixaBank SA, 4.542 trabajadores son mayores de 50 años mientras que en el caso de Bankia esta cifra es de 5.100 trabajadores. En cambio, si el corte de edad se pone en los 59 años, las cifras son aún más dispares. Mientras que la entidad catalana solo cuenta con 238 empleados que superen esta edad en todo el grupo, la antigua caja madrileña rondaría los 950, según cálculos de los sindicatos. La razón de esta diferencia radica en los últimos ERE que se han llevado a cabo en el banco que encabeza Gonzalo Gortázar y que dieron salida a más de 2.000 trabajadores hace poco más de un año. 

Esta división de edad de la plantilla hace que muchos de los profesionales de las entidades piensen ya en las prejubilaciones como las que han llevado a cabo en los últimos meses otras entidades como Sabadell o Santander. En cambio, el propio Gortázar no quiso dar pistas sobre el instrumento jurídico que ser utilizará para llevar a cabo el ERE -si será a través de prejubilaciones o también con bajas incentivadas como en el caso del de El Corte Inglés- y ha rechazado enviar ningún mensaje concreto a los mayores de 50 años que trabajan actualmente en ambos bancos. "No he hablado de la edad", señaló el consejero delegado. 

El objetivo de CaixaBank es llevar a cabo el mayor número de salidas voluntarias posibles pero no descartan las forzosas

Las cifras totales de salida se sitúan, para muchos en el entorno de los 8.000 trabajadores, si bien existen otras fuentes que elevan aún más estos números. Más allá del instrumento a través del que se estructuren, los sindicatos pidieron en la junta de accionistas que Bankia celebró hace unas semanas que las salidas fueran voluntarias y no traumáticas, algo que el propio Goirigolzarri afirmó que se respetaría, haciendo primar la meritocracia por encima de cualquier otro criterio. En la presentación del cierre de la operación, el CEO del banco, Gortázar, señaló que el objetivo es realizar este ajuste buscando "siempre que sea posible la voluntariedad y la meritocracia", dejando la puerta abierta a un pequeño número de salidas forzosas.

En este sentido, son varias las fuentes que apuntan a que de las 8.000 personas afectadas por el ERE, unas 7.500 salidas serían voluntarias y únicamente una pequeña parte de ellas se convertirán en forzosas. Lo que sí han querido dejar claro es que, pese a su magnitud, el ajuste de plantilla se realizará en una sola fase, llevando a cabo las salidas de los centros corporativos y la red de oficinas al mismo tiempo y evitando que el proceso se alargue en el tiempo. El objetivo es cerrar las negociaciones durante el segundo trimestre del año. 

El resto de incógnitas de la operación

A partir de ahora, más allá del ajuste de plantilla, quedan otras incógnitas por resolver que tienen que ver, sobre todo, con la integración tecnológica de la entidad -que se realizará en la última parte de este ejercicio- y la ruptura del acuerdo de bancaseguros que tenía Bankia con Mapfre. En este sentido, la propia aseguradora emitió ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) una información privilegiada en la que señalaba que el banco deberá abonar hasta el 120% del valor de mercado de la sociedad conjunta, una cifra que algunas fuentes ya colocan en el umbral de los mil millones de euros mientras otras la rebajan hasta los 750 millones.

Otras incógnitas ya se han despejado. Entre ellas destaca el sueldo del presidente, José Ignacio Goirigolzarri, que hasta ahora estaba topado por las medidas tomadas por el rescate de Bankia en un fijo de 500.000 euros anuales. El nuevo presidente de CaixaBank recibirá una remuneración fija anual de 1,65 millones de euros, a la que puede sumar una retribución variable de hasta 200.000 euros en caso de cumplir objetivos, tal y como se recoge en la política de remuneraciones que se votará en la junta del próximo mes de mayo.

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