La tensión de los dividendos en la banca no ha terminado y un nuevo 'round' está a la vuelta de la esquina. La presidenta del Banco Central Europeo (BCE). Christine Lagarde, señalaba este jueves que las entidades deben mantener el dividendo por debajo de un umbral conservador debido a un aumento de las vulnerabilidades de los mercados financieros. Esta idea choca frontalmente con los planes de las entidades españolas que, dentro de la prudencia que exige el momento, planean repartir a final de año hasta el 50% de sus beneficios.
Cabe recordar que hasta el próximo mes de septiembre el regulador bancario europeo ha limitado al 15% del beneficio el pago a los accionistas. Esta modificación llegó el pasado diciembre después de que durante meses la recomendación fuese de anular directamente el dividendo. Ya entonces, tanto en marzo como en diciembre, los bancos pusieron pie en pared y pidieron que se diferenciase la situación de solvencia de cada uno a la hora de aplicar las restricciones. Ahora, un año después del primer gesto del regulador, la banca deberá volver a enfrentarse al BCE para poder seguir adelante con sus planes.
Uno de los que más claro ha sido con su política de dividendo es la nueva CaixaBank. En diversas entrevistas, Gonzalo Gortázar, CEO de la entidad, ha señalado que la intención del banco es llegar a un pago de hasta el 50% de los beneficios cosechados, siempre en efectivo, si bien no ha aclarado cuál será el momento exacto en que espera hacerlo. Adicionalmente, con cargo a los resultados de 2020, la nueva entidad fusionada ha anunciado un dividendo de 0,0268 euros brutos por acción, el máximo permitido por el regulador.
Santander también se sitúa en una posición muy similar. Su presidenta, Ana Botín, confirmó en la junta de accionistas celebrada hace dos semanas el pago de un dividendo de 2,75 céntimos de euro por acción con cargo a 2020, cumpliendo los límites establecidos por el Banco Central Europeo (BCE). Del mismo modo, apuntó claramente su intención una vez que el veto del regulador se levante, "retomar una política de remuneración del 40-50%".
En el caso de BBVA el reto es doble. Por un lado, la entidad ha lanzado una recompra de acciones de hasta el 10% de los títulos de la entidad, gesto que se llevará a cabo una vez que se cierre la venta de la filial de Estados Unidos. Adicionalmente, la entidad que capitanea Carlos Torres repartirá un dividendo ordinario de 0,059 euros brutos por acción con cargo a 2020, el máximo permitido por el regulador, y planea un pago contra las cuentas de 2021 con una distribución de entre el 35 y el 40% del 'payout'.
Sabadell es el único banco que decidió no pagar a sus accionistas antes de que el BCE levante el veto a los dividendos
Por su parte, una de las más beligerantes con el café para todos del BCE en el tema del dividendo, la CEO de Bankinter, María Dolores Dancausa, ya dejó claro en la presentación de resultados anuales que no compartía la medida y manifestó su intención de volver a llegar al 50% de beneficios a repartir "en cuanto sea posible". Sea como fuere, aprobará en la junta de este mismo mes el dividendo contra los resultados de 2020 que ya ha pagado, 0,0497 euros brutos por acción.
Sabadell fue el único banco que decidió no pagar a sus accionistas con cargo a 2020, tampoco está clara su hoja de ruta futura, pues no será hasta el próximo mes de mayo, una vez que se presenten los resultados del primer trimestre de 2021, cuando hagan público su nuevo plan estratégico. Fuera del Ibex, Unicaja y Liberbank -inmersas en el proceso de fusión-, buscarán abonar hasta el 50% de su beneficio una vez se complete la fusión y el BCE levante las limitaciones al dividendo. Por ahora, han anunciado que pagarán dos dividendos en dos tramos, una parte antes del fin de la operación y otra a posteriori.
