La crisis de la luz abre una lucha interna entre filiales de las grandes eléctricas

Nadie quiere pagar los platos rotos de la crisis eléctrica, ni siquiera entre quienes conviven bajo el mismo techo. La escalada de la luz ha dejado desfasados muchos de los contratos bilaterales (PPAs) firmados con anterioridad a la subida de precios. Un conflicto de intereses que también se ha hecho permeable entre generadoras y comercializadoras del mismo grupo. Esta situación ha elevado la tensión entre filiales bajo el perímetro de las grandes eléctricas del Ibex 35, preocupadas por el impacto que el descontrol de precios pueda acarrear sobre sus cuentas anuales.

De manera individual, los directivos de algunas de estas filiales han acudido a grandes despachos de abogados en busca de asesoramiento para gestionar esa fricción interna entre sendas divisiones, generación y comercialización, según trasladan fuentes jurídicas consultadas por La Información. Con los precios al alza, mantener los términos de los contratos bilaterales intragrupo supone un hachazo para los márgenes de las productoras, que deben asumir la subida de costes sin afectar a sus precios de venta. 

De la misma manera, si estas modifican los contratos al alza, las divisiones de comercialización, que se han comprometido a no subir los precios al cliente final, estarían vendiendo la energía a pérdida. Sea cual sea la decisión interna, una de las dos grandes patas del negocio de estos gigantes sufrirá el golpe, afectando a su aportación al grupo. El dilema afecta a las grandes empresas del sector, las únicas que cuentan con ambos negocios dentro de su perímetro. 

Despejada la incógnita del recorte regulatorio, la duda ahora es qué filial se acabará anotando el agujero de la histórica escalada del precio de la luz

La lista se reduce a Iberdrola, Endesa, Repsol, Naturgy y EDP, que cubren los distintos eslabones de la cadena eléctrica. Los cinco grupos son, además, los únicos que cubren el suministro de luz de los clientes acogidos al mercado regulado o PVPC. Lo hacen a través de sus comercializadoras de referencia Curenergía (Iberdrola), EnergiaXXI (Endesa), Gas & Power (Naturgy), Régsiti (Repsol) y Baser COR (EDP).

Cuando la tensión entre los gigantes del sector y el Gobierno llegó a su cénit, tras la aprobación del mecanismo de minoración a ingresos de las eléctricas, incluido en el Real Decreto-Ley 17/2021 de 14 de septiembre, Iberdrola, Endesa y Naturgy enviaron cartas a sus grandes clientes informando de su intención de renegociar sus contratos a plazo. La noticia soliviantó a la gran industria electrointensiva nacional, que solicitó a la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, que actuase como mediadora, sumándose así al reclamo de las grandes eléctricas para hallar alternativas al polémico hachazo.

La amenaza de una revisión masiva de contratos, que las tres principales eléctricas del país justificaron por la previsión de un 'mordisco' milmillonario a sus cuentas, sirvió como medida de presión para frenar la reforma del Gobierno, que acabó eximiendo a los PPAs del recorte. Una vez encauzada la negociación para una contrarreforma, el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, lanzó un órdago a Ribera comprometiéndose a no subir la luz a la industria si el Ejecutivo retiraba el plan de choque. Por su parte, el consejero delegado de Endesa, José Bogas, ha recalcado en varias ocasiones que el gesto de no romper los contratos con grandes clientes industriales supone un roto para la compañía.

Una vez apagado el incendio con el Gobierno, las eléctricas deberán asumir el enfrentamiento interno con la presentación de resultados anuales como telón de fondo. La inquietud de los equipos directivos de las distintas filiales ha trascendido ya en los grandes bufetes de abogados que han recibido su llamada a un mes del cierre del ejercicio. Despejada la incógnita del recorte regulatorio, la duda ahora es qué división se acabará anotando el agujero de la histórica escalada del precio de la luz.