Según los audios de sus declaraciones

El testigo clave de Iberdrola no registró su informe 'acusador' en la compañía

Ninguno de sus superiores reconoce el documento quince años después. Del Olmo asegura que tiene miedo por las represalias que Sánchez Galán pueda tomar contra él y su familia.

Ignacio Sánchez Galán preside Iberdrola.
El testigo clave de Iberdrola no registró su informe 'acusador' en la compañía.
L. I.

El exresponsable de Administración y Control de Iberdrola, José Antonio del Olmo, testigo clave del caso que se investiga en la Audiencia Nacional por las relaciones entre la eléctrica y las empresas del comisario Villarejo, aseguró al juez y a los fiscales en dos interrogatorios que el documento que elaboró con sus sospechas sobre los trabajos reales que se realizaron en las facturas que se pagaron a la empresa de seguridad Casesa, nunca estuvo en los archivos de Iberdrola ni pasó a conocimiento oficial de la cúpula directiva de la compañía. Según explica el exdirectivo en los audios de su declaración ante el juez, a los que ha tenido acceso La Información, elaboró ese informe tras una conversación confidencial en el año 2004 con el entonces director de seguridad, Antonio Asenjo, que le hizo sospechar que podían ser pagos irregulares por trabajos realizados que no se podían saber.

Como era su obligación, se lo enseñó a su superior jerárquico, José Luis San Pedro, que le dijo que se olvidara del tema y pagara las facturas. Pero Del Olmo no puede asegurar que San Pedro se quedara con una copia de ese informe y advierte además a los jueces que no se lo dijo nunca al responsable general de la Administración, Pablo Insulza, de forma que su declaración explica que dentro de Iberdrola no se haya encontrado ni rastro de ese papel. "Yo no lo dejé en ningún registro… un documento donde dijo que Sánchez Galán ha hecho cosas de ese tipo, si lo registro dentro de la empresa al día siguiente me despide", señala Del Olmo al fiscal.

Del Olmo cuenta cómo en mayo de 2004 le convocó Asenjo para comentarle un tema confidencial del que solo estaba al tanto la cúpula de la compañía y por unas facturas que había que pagar. Fue tres meses más tarde, en septiembre, y tras haber tramitado y pagado ya siete facturas a Casesa, cuando Asenjo le vuelve a llamar para contarle lo que se estaba haciendo en Arcos de la Frontera en temas de seguridad, con el objetivo de lograr la licencia para una planta de generación a la que se oponía una concejala del ayuntamiento (proyecto Arrow). Según cuenta en el audio de su declaración, Asenjo empezó advirtiéndole que “lo que voy a contar no te lo he dicho nunca”, para relatarle después que, aunque los investigadores contratados no habían logrado nada sobre la concejala, sí descubrieron cosas de tres de sus compañeros que sirvieron para que dimitiera y la licencia se aprobara.

Lejos de generarle confianza tanta confidencialidad, Del Olmo se asustó tras esa conversación y después de que Asenjo le dijera que, a partir de 2005, iban a cambiar de proveedor en temas de seguridad, para pasar de Casesa, que "no eran los que habían hecho la labor" en Arcos de la Frontera, a Cenyt, la empresa de Villarejo. Fue por ello que redactó el documento que ahora es la clave del caso, pero que nunca se registró en el seno de la empresa. Del Olmo consultó al antiguo director de seguridad de la eléctrica y amigo suyo, Marcos Peña, y bajo su consejo y en presencia de otro colaborador, lo depositaron en sobre lacrado en la notaria de Luis Ramallo, con una nota explicativa y ocho facturas de Casesa, por lo que pudiera pasar.

El propio Marcos Peña, que también declaró ante el juez el día en que abrió el sobre lacrado de la notaria, asegura que la intención de Del Olmo, además de intentar cubrirse ante posibles pagos irregulares, era que se lo dijera todo al entonces presidente de la compañía, Iñigo de Oriol, para que hiciera algo, pero sin resultado. Peña admite en el audio ante el juez que se lo llevó al presidente, con el que tenía confianza, pero sobre el resultado "eficacia no hubo. Lo que hizo no lo sé. Supongo que se lo diría al consejero delegado".

Más facturas avaladas desde la cúpula

Del Olmo cuenta ante el juez que en su trabajo no entraba examinar el concepto de las facturas ni sospechar de los proveedores, pero al ser tramitaciones hechas por la vía confidencial (sin pasar por Compras), debían tener el visto bueno de algún superior corporativo. Es por ello que no puede aclarar ante el juez si era Casesa a Cenyt quien hacía los trabajos sospechosos -"a mi me sonaban todas igual", dice-, pero debía cubrirse porque eran cosas que "se pagaban inmediatamente y no se escaneaban", para no dejar huella.

De hecho, a finales de enero de 2005, Asenjo llamó a Del Olmo para advertirle que había que pagar así cuatro facturas mas de Cenyt. Tras consultar con su superior, San Pedro, el entonces responsable del control financiero exigió al director de seguridad la aprobación de su superior corporativo, Fernando Becker, que le fue enviada apenas unos días más tarde. Cuatro años más tarde, en febrero de 2009, Del Olmo vuelve a recibir la llamada de Asenjo, esta vez por un trabajo que solo conocen él y Sánchez Galán, sobre el que había que pagar ya 200.000 euros en dos facturas. Para cubrirse, San Pedro le exige a Del Olmo la firma de Presidencia, y el aval para pagar a Cenyt esa cantidad le llega con la firma en la factura del jefe del Gabinete de Presidencia, Rafael Orbegozo.

El exdirectivo del grupo reconoce que este tema que tanto le preocupó hace quince años –"por eso lo llevé todo al notario"- le está haciendo pasar mucho miedo incluso ahora por las represalias que puedan tomar contra él. Al final de su primera declaración asegura que no tiene nada contra Sánchez Galán, "pero me gustaría que lo pagase, porque no le cae bien a nadie". "Tengo miedo porque no sé de lo que es capaz el señor Galán, tienen muchos recursos y temo que suba de nivel y me quiera chantajear o algo más grave. A mí personalmente no me preocupa mucho, pero tengo una mujer y dos hijas", llega a decir, tras lo que el juez García Castellón y los fiscales le recuerdan que tiene toda la protección y el apoyo de la policía judicial ante cualquier indicio que le haga sospechar algo. 

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