Desde 2020

Endesa acumula una factura de 375 millones en Cataluña por la tasa ambiental

El Impuesto sobre las instalaciones que inciden en el medio ambiente ha ido en aumento para la compañía y tan solo el año pasado pagó 140 millones. Este grava la producción, almacenaje y transformación de energía eléctrica.

Central Nuclear de Ascó I y II en Tarragona.
Endesa acumula una factura de 375 millones en Cataluña por la tasa ambiental.
Europa Press

Endesa continúa sufriendo el impuesto medioambiental catalán. La eléctrica acumula una factura de 375 millones de euros desde que se implementara la tasa en 2020. De hecho, el Impuesto sobre las instalaciones que inciden en el medio ambiente ha ido en aumento para la compañía y tan solo el año pasado pagó 140 millones de euros, lo que supone un incremento del 28% en comparación con el ejercicio precedente.

En concreto, este grava la producción, almacenaje y transformación de energía eléctrica. La tasa general es de 0,0050 euros por kilovatio hora (0,0010 euros para los ciclos combinados). Deja fuera la generación hidráulica y eólica, así como con el resto de renovables. Tampoco afecta a las centrales que utilizan como combustible principal la biomasa o el biogás ni a las instalaciones de cogeneración de alta eficiencia. 

Además, también afecta al transporte de electricidad, quedando exentas las instalaciones de tensión inferior a 30 kV y las de evacuación de producción renovable. El tipo de gravamen es de 400 euros por cada kilómetro de longitud en tensión igual o superior a 30 kV e inferior a 110 kV; 700 euros por cada kilómetro en tensión igual o superior a 110 kV e inferior o igual a 220 kV, y 1.200 euros por cada kilómetro en tensión superior a 220 kV. 

El impuesto entró en vigor el 1 de mayo de 2020

En caso de que una misma línea de transporte de energía eléctrica disponga de varios circuitos con niveles de tensión diferentes, la cuota tributaria será la correspondiente al nivel de tensión superior. Así lo establece la Ley 5/2020, de 29 de abril, de medidas fiscales, financieras, administrativas y del sector público y de creación del impuesto sobre las instalaciones que inciden en el medio ambiente.

El impuesto entró en vigor el 1 de mayo de 2020 y ese año Endesa abonó 54 millones de euros por este concepto. Un año más tarde, con el gravamen ya aplicado durante un ejercicio completo, desembolsó 109 millones de euros. En 2022 el recibo se elevó hasta 140 millones de euros y en el primer semestre del curso actual acumula un pago de 72 millones de euros, según el informe de resultados semestrales. 

Según la Generalitat de Cataluña, "grava la incidencia, la alteración o el riesgo de deterioro que ocasiona la realización de las actividades gravadas por el impuesto, mediante las instalaciones y otros elementos patrimoniales afectos a las mismas, con el fin de contribuir a compensar la sociedad del coste que soporta y frenar el deterioro del entorno natural".  

Además de dicho tributo, Endesa recoge en su informe financiero del primer semestre otros impuestos medioambientales como el nuclear, que se sitúa en 58 millones de euros, un 9,4% más que en la primera mitad del año pasado, y la Tasa por Tratamiento de Residuos Radiactivos, que baja un 7,3% interanual, hasta 102 millones de euros. Asimismo, destacan los 208 millones de euros por el impuesto energético del Gobierno. En total, cerró el semestre con un epígrafe de tributos y tasas por importe de 667 millones de euros, lo que se traduce en un incremento del 59% frente al mismo periodo del año pasado. 

La contribución tributaria de Endesa aumentó un 28% en 2022

La contribución tributaria de Endesa aumentó el pasado año un 28% respecto al ejercicio anterior, hasta alcanzar los 3.843 millones de euros. Según la empresa, aportó 10,5 millones de euros al día a las arcas públicas. Del importe total, el 43% correspondió a impuestos soportados por la eléctrica y el 57% restante, a tributos recaudados como resultado de su actividad. Los impuestos sobre beneficios representaron el 34% del total y los impuestos medioambientales (nacionales y autonómicos), el 33%.

Endesa tiene planificadas inversiones por 700 millones de euros para implantar nuevas renovables en Cataluña en los próximos cuatro años. De los 700 MW que ya tiene aproximadamente en desarrollo, 500 son eólicos en fase de tramitación y se encuentran repartidos por las cuatro provincias. Uno de los más importantes es el Parque Galatea del Alt Empordà (Girona), con 49 MW de potencia, que podría estar operativo en 2025. Las personas interesadas en formar parte del proyecto pueden hacerlo vía préstamo a la empresa promotora y propietaria del proyecto, Enel Green Power España (filial 'verde' de Endesa).

Hay otros otros tres parques eólicos avanzados en la Terra Alta (Tarragona) que suman 150 MW y evacuarán en la subestación de la nuclear de Ascó (Ribera del Ebro); otro en la Anoia (Barcelona) con 85 MW; y tres más en Les Garrigues (Lleida) con 150 MW. La mayoría de los proyectos están en tramitación y la compañía estima que entrarán en servicio entre 2025y 2026. La fase de tramitación para adaptar un proyecto al entorno y tener permiso de la Administración suele tardar unos 2 años, y después la construcción puede durar entre 9 y 15 meses.

La hibridación fotovoltaica también jugará un papel importante e instalará placas solares en la Central Hidráulica de Canelles (Lleida), en el sistema hidráulico del río Noguera Pallaresa y en sus parques eólicos de Cataluña central. A través de Enel Green Power España, Endesa gestiona 2.000 MW hidráulicos con más de 50 centrales a lo largo de las cuencas de Cataluña y dos parques eólicos que adquirió ya en servicio de 44 MW y 30 MW (Montargull y Les Forques, entre las provincias de Lleida y Tarragona).

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