Más deuda para la Sepi

El Estado dobla apuesta en Telefónica para fijar el núcleo duro ante la presión de STC

La Sepi pretende llegar al 10% y convertirse en el máximo accionista después de haber intentado crear un equipo de accionistas españoles y hacer que los saudíes aplacaran sus planes y no adquirieran el 5% extra.

Álvarez-Pallete
El presidente ejecutivo de Telefónica, José María Álvarez-Pallete.
EFE

Primero avisó con la compra de un 5% de Telefónica. Después intentó convencer a accionistas para crear un núcleo duro que aligerara la factura a pagar y mantuviera el control de la operadora. Y ahora dobla la apuesta y tiene luz verde para llegar hasta el 10% en una compra de títulos en el mercado que supondrá en cualquier caso un desembolso histórico de dinero público y que implicará un endeudamiento muy relevante para la Sepi. El Estado, a través de ese holding empresarial, busca construir esa mayoría que haga frente a los saudíes de STC que no estarían por la labor de rebajar sus planes. Esto no implica una negativa a autorizar la transacción a través del escudo 'antiopas' pero sí acarrea una suerte de contrapeso en futuras decisiones de un consejo con presencia árabe. Desde el grupo presidido por José María Álvarez-Pallete aseguran que se mantienen "enfocados en la ejecución del plan estratégico 2023-2026 recientemente aprobado".

La sorpresiva irrupción a principios de septiembre de Saudí Telecom Company, controlada por el fondo soberano PIF, obligaba al Gobierno a elegir: autorizar para pasar del 4,9% al 9,9% y compensar con la presencia de un núcleo de socios relevante para defender el "carácter estratégico" o bloquearlo, con consecuencias corporativas o geopolíticas. Se habría optado por la primera alternativa con el incremento de posiciones de BBVA y Caixabank o la entrada de socios españoles. Los primeros ya advirtieron públicamente a finales de octubre, en boca de sus primeros ejecutivos, que no iban a invertir más. Los segundos no respondieron. 

Eso llevaba, según explican fuentes conocedoras a La Información, a sacar la chequera y hacerse al menos con ese 5% -en torno a 1.000 millones de euros de inversión-, pero con una condición: que STC no elevara su posición más allá de lo que ya tenía adquirido (un 4,9%) y mantuviera un cierto 'statu quo'. De esta manera, el Estado (Sepi) y los dos accionistas 'históricos' (BBVA y Caixa) contarían con el triple de títulos respecto a los saudíes. Sin embargo, los planes han cambiado 'in extremis' ante la actitud del nuevo accionista, con el que se han mantenido diversos contactos en las últimas semanas desde diferentes frentes.

La consecuencia ha sido que, pese al fuerte impacto que supondrá para las arcas de la Sepi, tiene bula para superar ese 9,9% de STC. Este martes el Consejo de Ministros ha autorizado llegar al 10% en un mensaje aún más claro de cara a los saudíes. Y si se toma como ejemplo lo sucedido en Indra hace un año y medio, la realidad es que ese tope se va a convertir en la posición final. En el caso de la empresa de defensa y tecnología, la Sepi anunció que llegaría hasta el 28% para tomar el control del consejo. Y hoy se sitúa en ese nivel, después de llevar a cabo toda una renovación del consejo con ceses y dimisiones de independientes.

La teleco trata de tranquilizar a los mercados al defender que la presencia de  Sepi como máximo accionista no supondrá cambios en el plan estratégico

Si se suma ese 10% del Estado junto con las posiciones de BBVA y Caixabank en la operadora se duplicaría el previsible 9,9% de STC. Esto compensaría el poder de los saudíes en el futuro consejo de administración, pues la sociedad pública podría contar con hasta dos sillones. Pero la clave, si finalmente se autoriza bajar el escudo antiopas, residirá en cómo se vetará al grupo asiático en cuestiones relevantes vinculadas a la Seguridad Nacional. Ese era uno de los debates en el Gobierno y aún no se ha solventado.

Desde la teleco han querido tranquilizar a los mercados y advertir que la presencia de la Sepi no va a suponer cambios en la estrategia marcada en la hoja de ruta 2023-2026 recientemente aprobada y comunicada en el Capital Markets Day del pasado 8 de noviembre, "para seguir creando valor para sus accionistas y procurar el mejor servicio a sus clientes". Avisa que esto no cambiará ante potenciales temores de una influencia política mayor en la compañía. Hay que tener en cuenta que esta propuesta prometía un blindaje del dividendo y de la generación de caja y un paquete de ahorros en costes de 600 millones de euros.

Mucha más deuda

Para llegar a esa composición accionarial, el esfuerzo económico de la Sepi con la inyección de dinero público será muy relevante. Y además lo tiene que abordar en una situación financiera delicada después de varios años de un crecimiento significativo de la deuda con los diferentes rescates y otras operaciones. Los pasivos bancarios superaron los 3.000 millones de euros tras multiplicarse en los últimos años. y además con una advertencia del Tribunal de Cuentas por no contar con un "procedimiento escrito regulador" de las operaciones. 

La irrupción de la Sepi se produce ahora, pero este no es un plan nuevo para el Ejecutivo. Ya en el año 2020 también sobrevoló en el Gobierno la posibilidad de tomar una posición accionarial relevante de hasta el 5%. En aquellas fechas no hubo presencia de ninguna compañía saudí, pero sí que había una amenaza ante la devaluación de las compañías en el periodo post-pandemia y una necesidad de respaldar a compañías que iban a resultar claves en la nueva ola de digitalización y en la gestión de los fondos europeos de recuperación.

El contexto en el que llega esta sacudida accionarial es delicado para la operadora de telecomunicaciones española. Se produce en mitad de la negociación de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) -tras varios planes de bajas voluntarios- que afectaría a un máximo de 3.900 personas en España y cuyas condiciones han sido, al menos por ahora, rechazadas por las organizaciones sindicales por la ausencia de voluntariedad y peores condiciones. También está en el horizonte la celebración del centenario del grupo, donde se han puesto muchos esfuerzos y para el que se había buscado la mayor estabilidad corporativa.

Sepi tendrá que hacer un esfuerzo  relevante para abordar la compra después de elevar el pasivo bancario hasta superar los 3.000 millones

Las reacciones

Las reacciones de partidos y del Gobierno no se hicieron esperar este martes. Desde el Ejecutivo, la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, volvió a insistir en que Telefónica es "la empresa más estratégica" del país y que este movimiento va en línea con lo que sucede en otros mercados como el francés o el alemán -donde el estado cuenta con posiciones significativas en los antiguos monopolios de telecomunicaciones-. Por su parte, el PP cree que no hay "motivo justificado" para la entrada del holding público y cree que se trata de un acto de "populismo" que amenaza con "romper" el mercado. Cree que sería suficiente con las protecciones del escudo antiopas.

En la bolsa española no ha habido reacción, pues el hecho relevante se ha comunicado justo tras el cierre del mercado en la tarde del martes. Sin embargo, los títulos que cotizan en el parqué de Nueva York subían un 6%. La capitalización del grupo se ha mantenido estancada con apenas un 3% de subida en lo que va de año. Desde el estallido de la pandemia prácticamente se ha dejado la mitad de valor hasta situarlo en el entorno de los 20.000 millones de euros.

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