Cellnex y los fondos codician la red fija y las torres de telecos ante su gran deuda

  • Vodafone, Euskaltel o Telefónica analizan posibles operaciones para vender parte de sus infraestructuras con la que reducir su pasivo antes del 5G.
5G Necotium
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EFE

Una nueva oleada de fuertes inversiones de las telecos. Están a las puertas de la explosión del 5G. Y en su balance pesa como una losa la abultada deuda que han acumulado durante los últimos años. Una parte de ese 'milmillonario' pasivo ha sido generado para levantar una infraestructura que ahora están tratando de rentabilizar. Fondos especializados y gestores como la española Cellnex acechan a la espera de cerrar nuevos acuerdos. Telefónica, Euskaltel, Vodafone o Másmóvil tienen sobre la mesa operaciones que sumarán miles de millones de ingresos para sus arcas.

En esta ecuación hay un primer factor: el crecimiento de las deudas de los principales grupos de este sector. Telefónica lleva años luchando para rebajarla y pese a haberlo conseguido, alcanza los 40.230 millones de euros. El resto también acumula grandes cantidades, aún con los recortes logrados: Vodafone, algo más de 27.000 millones; Orange, 26.700, y Másmóvil, 1.240 millones. Todos ellos se han concentrado en los últimos trimestres en mejorar el retorno del capital empleado y vender los activos no estratégicos para recortar esas cifras. Ahora tratan de pisar el acelerador.

El otro gran factor es la existencia de grandes gestores de infraestructuras del sector, como Cellnex, y fondos de inversión especializados que se están rearmando en los últimos años. Estos últimos no dejan de levantar ingentes cantidades de capital para invertir y comprar esos activos: se esperaba que levantaran a nivel global más de 85.000 millones de dólares de dinero fresco. KKR, socio de la propia Telefónica en la filial de torres Telxius, levantó 7.400 millones en 2018, mientras que Blackstone hizo lo propio y sumó otros 5.000 millones. Otros acaban de anunciar más vehículos en los últimos meses. La española Cellnex no va a tener especiales problemas para cerrar la ampliación de 2.500 millones para comprar las torres de la británica Arqiva.

La rentabilidad de este tipo de activos no es muy alta, pero sí que es segura y estable, pues la demanda de alquiler de estos activos se mantendrá con el crecimiento de la industria del móvil y de la conectividad de coches, hogares.... Y, sobre todo, el flujo de ingresos está al margen del consumidor final y protegida ante posibles guerras de precios, como está sucediendo no sólo en España sino en otros mercados como Italia.

Euskaltel, la última en mover ficha

En este contexto, la última en mover ficha ha sido la operadora vasca Euskaltel. Su máximo accionista, el fondo británico Zegona, anunció esta semana que su objetivo es poner en valor su red fija de cable y fibra que hoy tienen desplegada, principalmente, en el norte de España. Es un plan que no es nuevo para la compañía y que había estado sobre la mesa en los últimos trimestres. Ahora, el nuevo accionista, que necesita dinero también para su ambicioso plan de expansión, lo está estudiando con mucho más detenimiento.

La que dio el primer paso en este sentido en España fue Telefónica. Primero en 2016 con la venta del 40% de Telxius a KKR por 1.275 millones de euros. Después el pasado año con la colocación de otro 10% a Pontegadea (brazo inversor del fundador de Inditex, Amancio Ortega) por 378 millones de euros de esta filial que concentra una parte de las mejores torres de telecomunicaciones que tiene repartidas por los mercados en los que opera. Ahora quiere avanzar en este sentido. Y en el consejo del pasado mes de septiembre se comprometió a vender una parte de las 50.000 torres disponibles en su portfolio.

Másmóvil también ha movido ficha. Cerró un acuerdo con un fondo internacional, cuya identidad no desveló, por el que le vendió unas 900.000 unidades inmobiliarias -hogares pasados con red de fibra- por 217 millones de euros. Toda esta red es, principalmente, la que adquirió a Orange tras las imposiciones de la comisión Europea por la adquisición de Jazztel en 2015. ¿Habrá más? Desde la operadora descartan que se vayan a producir más movimientos de este tipo. De todas formas, hoy su red fija es muy limitada, tras el acuerdo de alquiler de la infraestructura de Orange, que recientemente ha sido renovado.

Vodafone también ha hecho sus pinitos. Y el pasado mes de julio, el grupo anunció lo que todo el sector esperaba: creará una división de torres, como hizo Telefónica con Telxius, y completará una venta parcial o una salida a bolsa -en España tiene la red de torres móviles más extensa y valorada-. Tendría un valor de entre 10.000 y 20.000 millones, una cantidad superior al estar separada y no dentro de la estructura del grupo. La agencia de noticias Bloomberg hacía la comparativa tras el movimiento de la operadora británica: American Tower Corp, uno de los gigantes, tiene un valor 25 veces su Ebitda. La mayoría de telecos cotiza a por debajo de una quinta parte de ese múltiplo.

La inversión en 5G por delante

Todos estos movimientos se producen con un mismo horizonte para todas las operadoras: un periodo de un nuevo acelerón en las inversiones. Sólo en China, gastarán en los próximos cinco años más de 400.000 millones de dólares en desembolsos vinculados al 5G, según las diferentes previsiones. En Europa también habrá grandes esfuerzos y costes, pese a que ya se están llegando a acuerdos de compartición entre algunos de los grandes operadores en diferentes países. En España, Orange y Vodafone ya lo han hecho.

La cuenta atrás para ese fuerte despliegue ha comenzado. Y los grandes grupos ya se están poniendo la venda para afrontarlo con una deuda mucho menos pesada. La red fija -fibra, principalmente- y las torres de telefonía son sus dos grandes armas. Y las van a utilizar.

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