Recortes de personal

Las grandes telecos europeas lanzan otra ola de despidos a la espera de más fusiones

BT anuncia 55.000 salidas hasta 2030 y 10.000 están relacionadas con la Inteligencia Artificial. Vodafone suma 11.000, mientras que Telecom Italia y otras también se suman. Telefónica ejecutó su PSI a finales de 2021.

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Las grandes telecos europeas lanzan otra ola de despidos a la espera de más fusiones.
EFE

Las operadoras de telecomunicaciones en España y en Europa viven una dieta de adelgazamiento durante la última década. Ahora vuelve una nueva ola de despidos en el Viejo Continente a la espera de que suceda la tan ansiada consolidación del sector. Sólo los recortes anunciados por BT, Vodafone y Telecom Italia suman cerca de 70.000 salidas que se producirán principalmente en el próximo lustro. En España, Telefónica ejecutó su plan de salidas incentivadas a finales de 2021 y las otras dos grandes llevaron a cabo sus ERE en la primera parte del pasado ejercicio. Queda por ver cómo afecta la fusión de Orange y Másmóvil.

El último gran movimiento ha sido British Telecom en Reino Unido. Es el antiguo monopolio británico y, como le ha sucedido a sus homólogos en otros mercados grandes, ha ido reduciendo plantilla conforme sus rivales iban ganando cuota de mercado. Pero el anuncio que llevó a cabo la pasada semana es un paso mucho más allá. Puso sobre la mesa 55.000 salidas hasta el año 2030. Esto representa el 42% de su plantilla global, incluidos los empleados subcontratados. No supuso ninguna sorpresa para los sindicatos, que esperaban una reducción importante de empleados debido a la actualización de la red fija a fibra, la digitalización de los procesos y la menor necesidad de mano de obra para el mantenimiento de las infraestructuras.

Hay más paquetes de despidos en ciernes en las grandes operadoras europeas que, al contrario de lo que sucede con BT (que concentrará la inmensa mayoría de las salidas en su mercado de origen), podrían afectar a España. Es el caso de Vodafone. La compañía anunció a principios de esta semana un plan de “simplificación” de estructura con la reducción de 11.000 puestos en los próximos tres años. “La simplificación incrementará la agilidad en nuestros mercados”, aseguró la consejera delegada, Margherita Della Valle. Fue la misma justificación que utilizó la operadora en el ERE que llevó a cabo en España en 2022. Esa simplificación tiene también detrás el argumento de la rentabilidad: según comunicó a los analistas, tres de sus grandes mercados están por debajo de los niveles marcados por el grupo de rentabilidad en el capital, entre los que estaba España. El recorte arrancará en Alemania, Reino Unido e Italia.

El antiguo monopolio italiano TIM, según avanzó hace unas semanas la agencia de noticias Reuters, estaba negociando con los sindicatos para llevar a cabo al menos 2.000 despidos en Italia en un plan de salidas voluntarias. El objetivo era tratar de “agilizar” sus operaciones nacionales después de años de intensa batalla comercial. La sueca Telia anunció otros 1.500 durante este ejercicio, por encima de lo planeado inicialmente (lleva recortando 1.000 empleos a su plantilla desde 2021). La reducción también se extiende a otras compañías relevantes del sector como el proveedor de red sueco Ericsson, que hizo público en febrero un plan para eliminar 8.500 puestos (un 8% del total) en todo el mundo ante la reducción de la demanda de sus servicios. Ante la ralentización de las inversiones de las telecos, compañías como la nórdica o Nokia se ven seriamente afectadas.

Después de años de fuertes inversiones para los despliegues de redes y la actualización de tecnologías, las compañías anuncian “optimizaciones” para mejorar sus rentabilidades, empujadas a la baja por una dura competencia en los grandes mercados. La Comisión Europea ha promovido con su regulación que existieran al menos cuatro operadores relevantes con infraestructura propia, lo que ha disparado la batalla comercial entre los contendientes. Esto, junto con la progresiva ‘commoditización’ de estos servicios de conectividad, han recortado los márgenes de beneficio de estas compañías.

En España, Telefónica es el incumbente y el antiguo monopolio. Desde mediados de la década de los 2000 ha ido completando ajustes de plantilla conforme crecía la competencia y reducía su cuota de mercado. Primero lo hizo con Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) y luego con planes de salidas incentivadas (conocidos con las siglas PSI). El último de éstos, que suponía el tercero desde el año 2015, se pactó a finales de 2021, aunque se completó definitivamente a mediados de 2022. Implicó 2.300 prejubilaciones en este país lo que dejó la plantilla de las tres principales filiales en el entorno de los 18.000 trabajadores. En la plantilla se preguntan si habrá nuevos ajustes a las puertas de la celebración del centenario del grupo, que tendrá lugar en 2024. Por lo pronto, tras las elecciones sindicales que se celebrarán en unas semanas habrá que abordar la potencial prórroga del convenio colectivo -cuya vigencia acaba en diciembre- o la aprobación de un nuevo.

Después de los ajustes laborales vivido, la comparativa de Telefónica con otros de sus homólogos en Europa señala el esfuerzo laboral vivido en los últimos años. El gigante británico BT cerró el pasado ejercicio fiscal con 20.700 millones de libras esterlinas de ingresos y una plantilla de 100.000 empleados, junto con otros 30.000 subcontratados. Si sólo se tiene en cuenta los trabajadores ‘directos’, se trata de algo más de 200.000 libras por puesto (230.000 euros al cambio). La teleco española cerró el año 2022 con prácticamente 40.000 millones de euros de ingresos y una plantilla global de 103.000 trabajadores. La ratio es de casi 390.000 euros, sensiblemente por encima de los británicos. Vodafone tiene en torno a 100.000 trabajadores y y 45.000 millones de volumen de negocio (más de 400.000 euros por puesto). La comparativa de Orange: se sitúa por encima de los 330.000 euros.

Las miradas en España también se colocan en la fusión entre Orange y Másmóvil. La transacción, que ahora está siendo estudiada a fondo por la Comisión Europea para su potencial aprobación, se va a configurar como una ‘joint venture’ al 50%. Internamente se da por hecho que habrá duplicidades de puestos, pese a que haya una ‘fusión fría’ que es a lo que se a garran desde los principales sindicatos. CCOO hizo un movimiento insólito el pasado mes de marzo: solicitó por carta a las autoridades europeas que pongan como condición para la ‘luz verde’ el mantenimiento del empleo durante al menos ocho años.

Sea como sea, las tres principales operadoras en España aseguraron a finales del pasado ejercicio que no había planes sobre la mesa para ejecutar despidos masivos durante este 2023. Lo comunicaron en un encuentro organizado por UGT en noviembre de 2022. Desde esa fecha, la situación puede cambiar de manera relevante. No sólo por la situación en Vodafone, que ha puesto ‘bajo revisión estratégica’ su división en España, sino también por la del resto. Mientras en España aún no hay movimientos, en Europa la ola continúa agrandándose.

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