Debut en bolsa

La historia de Airbnb: de alquilar colchones a valer 35.000 millones

La compañía se estrenará esta semana en una de las OPV tecnológicas más esperadas de la historia reciente.

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La curiosa historia de Airbnb: de alquilar colchones a valer 31.000 millones
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Finales de 2007, San Francisco. Brian Chesky, Joe Gebbia y Nathan Blecharczyk tienen problemas para pagar el alquiler del apartamento que comparten. Cuando la renta les subió un 25%, el último se vio obligado a dejar su habitación. La necesidad de ganar algún dinero extra y una altísima demanda de habitaciones reservadas por la conferencia de diseño que se celebraba en aquella época en la ciudad, llevó a Chesky y a Gebbia a comprar varios colchones de aire que instalaron en la habitación libre para su alquiler. La idea era ofrecer un lugar para dormir y desayunar por la mañana: algo así como... un AirBed and Breakfast (de ahí, Airbnb).

La idea tuvo éxito, aunque comedido, y así comenzaron a llegar los primeros huéspedes que pagaban unos 80 dólares la noche (al cambio, unos 66 euros). Más tarde, Nathan Blecharcyzk volvió a unirse al equipo como cofundador. Decidieron volver a probar suerte en el South by Southwest -evento que congrega varios eventos y conferencias de películas, medios interactivos y música, que tienen lugar cada primavera en Texas-. Pero, entonces, el sitio web solo contaba con dos usuarios registrados... y uno de ellos era Chesky. 

Tras varios cambios en la página web, se pusieron de nuevo en marcha en agosto de 2008, poco antes de la Convención Nacional Demócrata en Denver, a la que asistieron hasta 20.000 invitados. Más de 600 personas se quedaron en un Airbnb. Pero el éxito volvió a ser efímero. Necesitaban más financiación para el lanzamiento, por lo que comenzaron a vender cereales con temas electorales en plena campaña por las elecciones. 

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Consiguieron recaudar más de 20.000 dólares, pero las ganancias de sus fundadores aún eran mínimas: apenas unos 165 euros semanales. Deciden, entonces, trasladarse a Nueva York, donde acumulan mayor mercado, para conocer a sus usuarios. Es aquí cuando se dan cuenta de que la mayoría de imágenes que se suben a la web no son buenas. Para solventar este punto, se hacen con una cámara de fotos y van puerta por puerta para ofrecer mejores instantáneas tanto a sus usuarios como a sus potenciales huéspedes 

Después de cambiar el enfoque, la compañía consigue meter una marcha más. En marzo de 2009, ya contaba con unos 2.500 anuncios y más de 10.000 usuarios registrados. Y bueno... el resto, es historia. Airbnb cuenta ahora con más de 6 millones de anuncios repartidos por unas 81.000 ciudades de todo el mundo. En promedio, dos millones de personas descansan en una propiedad de Airbnb cada noche. Datos que han elevado el valor de la empresa hasta unos 35.000 millones de euros. 

La controversia de su éxito

Sin embargo, el extraordinario éxito de Airbnb no ha sido recibido con los brazos abiertos por todo el mundo. Es más, algunos residentes en áreas donde la compañía tiene gran presencia (Londres, París o Nueva York son algunas de sus piedras angulares), denuncian que el negocio está vaciando las ciudades: hay varios estudios que destacan que los alquileres han subido como consecuencia de una oferta más limitada para aquellos que buscaban arrendamientos a largo plazo. 

Una de las investigaciones más recientes ha sido el informe Fallos de las plataformas de Murray Cox y sostiene que Airbnb incrementa los alquileres, perjudica las comunidades urbanas y devasta los programas de viviendas sociales.

En las redes sociales o en sitios web como airbnbhell.com abundan historias de anfitriones o invitados y vecinos que se quejan de ruidos excesivos, casas destrozadas, fiestas... y un largo etcétera. Eso sí, huelga decir que no todo es negativo y que también hay experiencias muy satisfactorias de usuarios que han utilizado Airnbn. 

La regulación de Airbnb

Otra de las grandes polémicas de Airbnb ha sido la regulación del alquiler vacacional que propone este modelo. De hecho, hay multitud de administraciones que todavía están legislado y definiendo las reglas a las que se debe ajustar. Sin ir más lejos, el pasado martes, Barcelona exigió a Airbnb la retirada de un millar de pisos turísticos ilegales. 

Las ciudades europeas llevan tiempo exigiendo una regulación más estrica para los pisos turísticos. Son un total de 22 urbes las que se unieron el pasado septiembre (Ámsterdam, Barcelona, Berlín, París, Londres, Oporto, Valencia...) para instar a la Unión Europea una normativa que regule estos alquileres. 

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