La indecisión de los VTC sobre el ERE deja en el aire el futuro de cientos de chóferes

  • Dos de los grandes grupos aún no han decidido si será despido colectivo o suspensión a la espera de ver si el decreto catalán se convalida.
Un cohe con licencia VTC -Uber o Cabify- circula por Madrid
Un cohe con licencia VTC -Uber o Cabify- circula por Madrid
RICARDO RUBIO/EUROPA PRESS - Archivo

Primero, el Gobierno catalán aprobó el decreto. Luego, las plataformas anunciaron la paralización de su servicio en Barcelona, segundo mercado más importante en España. Y por último, las grandes empresas propietarias de las licencias VTC ponían sobre la mesa miles de despidos. Ahora, una semana después, el futuro de cientos de esos conductores está en el aire.

La indecisión de dos de los grandes grupos sobre si prescindir de ellos de manera definitiva o suspender su empleo temporalmente ha generado  incertidumbre. ¿La razón? Aún queda un resquicio para volver a la actividad: el decreto debe convalidarse aún en el Parlamento, con una mayoría de votos.

Una "enorme precipitación"

Hasta el pasado jueves no se había tomado ninguna medida definitiva. Vector Ronda Teleport, la compañía liderada por Rosauro Varo y con Cabify como accionista minoritario, sólo envió el lunes una carta a la Consejería de Trabajo de la Generalitat en la que advertía de la extinción de "aproximadamente 1.000 personas". Era una advertencia. Pero no se había abordado una propuesta legal final.

El detonante que aceleró todo fue la publicación del decreto en el boletín oficial. El jueves a media mañana tanto Uber como Cabify decidieron dar el paso tras la publicación oficial del decreto: anunciaban la suspensión de su servicio desde el día siguiente, cuando entraba en vigor la precontratación de 15 minutos de sus servicios, lo que hacía inviable su actividad. Las plataformas cerraban. Quedaba por ver qué hacían los dueños de las licencias que trabajaban para ellas.

"Ha habido una precipitación enorme en todo esto", asegura una fuente con conocimiento sobre las decisiones tomadas en estas compañías, que prefiere mantenerse en el anonimato. Hasta el último momento en el lado de la VTC esperaban (o, más bien, deseaban) que no se aprobara definitivamente el decreto. Prueba de ello es lo que le ha sucedido a Cabify: hasta esta semana no ha iniciado la comunicación oficial a grandes clientes corporativos, entre ellos algunos del Ibex 35, sobre su cese en la ciudad condal.

¿ERE definitivo o temporal?

En este contexto, el primero que ha tomado una decisión ha sido Moove Cars. El gestor de flotas, cuyo máximo accionista es el fondo estadounidense King Street Capital y que trabaja en exclusiva con Uber, presentó ante la Generalitat el pasado lunes un ERE de suspensión de contratos para 730 empleados. Se trata de una fórmula temporal, con la que los empleados cobran su prestación de desempleo durante un tiempo fijado en el acuerdo. ¿La razón? Entienden que en un tiempo regresarán a la actividad y necesitarán esos chóferes.

Ahora, el resto de grupos sigue estudiando qué hacer. Según confirman fuentes conocedoras, tanto Auro New Transport -liderado por el exjefe del taxi madrileño José Antonio Parrondo y con inversores como Félix Ruiz o Zaryn Dentzel- como Vector Ronda Teleport -liderada por el empresario Rosauro Varo y con Cabify como accionista minoritario- estudian qué hacer ahora.

Ambos grupos tenían prevista la extinción de todos sus empleados -así lo comunicó Vector a la Generalitat-. Sin embargo, sus equipos de abogados siguen analizando la mejor opción para sus intereses, dado que aún queda el resquicio de que el Parlamento no acabe por convalidar el decreto ley o éste se tramite como proyecto de ley y puedan incluirse enmiendas para tratar de suavizar los aspectos que más afectan a su actividad. La extinción le obligaría a pagar las indemnizaciones sin la seguridad absoluta de que la puerta para operar se cierra definitivamente.

Incertidumbre entre los empleados

Y por otro lado se encuentran las empresas de trabajo temporal que también emplean a una parte de los chóferes en estos dos grupos. En este caso, se trata de la startup española Jobandtalent, que gestiona varios cientos de contratos eventuales en estos dos grandes gestores.

La consecuencia es que el futuro de estos empleados sigue en el aire. En Vector ya se han empezado a organizar, con la elección de representantes encargados de negociar los términos del ERE, en una plantilla que no cuenta aún con comité de empresa con sindicatos. Una parte muy significativa de estos trabajadores son mayores de 50 años y su empleabilidad no es, precisamente, alta.

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