Presupuesta 4.800 millones

Marruecos se arma hasta los dientes con la mayor inversión militar de su historia

El plan armamentístico posiciona al Reino como una potencia militar de primer orden al tiempo que se acerca a EEUU, con quien tiene contratos por 10.000 millones para modernizar sus fuerzas armadas.

Varios militares del Ejército marroquí antes de su despliegue en la zona de conflicto.
Marruecos se arma hasta los dientes con la mayor inversión militar de su historia.
EFE

El nuevo Gobierno de Marruecos comienza a dar sus primeros pasos en materia económica y lo hace con un claro mensaje dirigido a sus vecinos: mantendrá su poder militar a toda costa. En efecto, el Proyecto de Ley de Finanzas 2022 presentado por el nuevo Ejecutivo liberal, y que será sometido a aprobación antes de que termine la semana, prevé un aumento histórico en la partida destinada a la adquisición de armamento y personal al servicio de las fuerzas armadas marroquíes.

Si en 2021 la cifra destinada a gasto militar se incrementó en un 30% con respecto al ejercicio anterior, situándose en los 4.295 millones de euros, para 2022 el total de la inversión dedicada a Defensa será de 4.800 millones, un 11,76% más, y se situará como el mayor presupuesto militar de la historia del reino alauita. En línea con los gobiernos precedentes, el apoyo de las autoridades marroquíes al proceso de escalada armamentística en el norte de África supone la guinda tras una década acelerada de incremento constante de los presupuestos destinados a este departamento. En la actualidad, sobre el total del PIB, el gasto militar alcanza el 4,28% y supone más del 12% del total del gasto público del país en el actual ejercicio.

Desde 2012, Marruecos ha lanzado un ambicioso programa de adquisición de grandes proyectos armamentísticos, que incluyen la compra de 36 helicópteros Apache, la renovación de su flota de F16, la adquisición y modernización de 200 carros de combate Abrams M1A1, la construcción de fragatas, adquisición de misiles contracarro y tierra-aire e incluso los todopoderosos anti-buque Harpoon. Desde el punto de vista estratégico, todas estas compras suponen un gran avance que sitúa a Marruecos como una potencia militar de primer orden en el inestable norte africano.

La apuesta por el incremento del gasto en defensa de Rabat le está llevando a estrechar aun más los históricos lazos que unen a este país con Estados Unidos. No en vano, Marruecos se ha convertido en uno de los mejores clientes de Washington en los dos últimos años, con contratos que superan los 10.000 millones de euros destinados al programa de modernización de las fuerzas armadas marroquíes.

Para entender las razones que llevan a un país con una renta per cápita de 2.500 euros a destinar la ingente suma de 5.000 millones a gasto militar hay que acudir tanto a la política como a la geografía. Marruecos comparte con Argelia una de las fronteras más calientes del norte de África. Su vecino casi duplica el potencial inversor de los marroquíes en materia militar, 9.700 millones de dólares, convirtiéndose en el país que más presupuesto dedica a defensa de todo el continente. A pesar de la crisis económica y de los bajos precios del petróleo de los años precedentes, el ejército argelino ha mantenido su programa de actualización militar, si bien, en su caso, la mayor parte de las importaciones de armamento tienen un origen bien distinto: Rusia, Alemania y China, según el último informe publicado por el centro de estudios para la paz SIPRI.

Rabat, que mantiene un contencioso político con Argelia por la presencia de saharauis en los campos de refugiados de Tinduf, ha protagonizado numerosos incidentes en la extensa frontera argelina, lo que ha llevado al reino a buscar un equilibrio de poder militar en la zona, con independencia de su coste, para contrarrestar la diferencia actual con el ejército de Argel.

Una auténtica industria militar

La generación de una industria militar local ha sido uno de los sueños de Mohamed VI. El 6 de julio de 2021, el Consejo de Ministros del Reino aprobó un decreto real relativo a la creación de una industria militar propia. La intención del país es favorecer un ecosistema de empresas locales dedicado a la fabricación de armamento, municiones y equipos de defensa, así como a incentivar a la instalación de empresas extranjeras del sector que estén estudiando invertir en la zona. El texto del decreto real reafirma la intención de "legalizar las actividades de fabricación, comercio, importación, exportación, transporte y tránsito de estos equipos". El Ejecutivo marroquí tiene claro su objetivo de convertir al país en un polo de innovación y desarrollo industrial en este sector. Como segunda derivada estratégica, buscaría alcanzar la autonomía imprescindible para reducir la brecha que aun le separa, hablando en términos militares, de Argelia y que, año tras año, se está reduciendo de forma notable.

Los planes de Marruecos no se quedan en la mera asignación presupuestaria. En la última década Rabat ha ido convirtiéndose en un importante actor estratégico a escala regional, tanto por su potencial humano como por el económico y el de inteligencia sobre el terreno. Además de reforzar el material bélico, los nuevos presupuestos reservan una importante partida para los miembros del ejército real. Esta no es una cuestión menor en un país que dota a sus fuerzas armadas con 175.000 integrantes, más otros 150.000 con la categoría de reservistas dispuestos en cualquier momento a pasar a engrosar sus filas.

Los presupuestos incluyen un nuevo incremento de personal que servirá para que Marruecos cuente con 200.000 efectivos, una cifra que las autoridades alauitas consideran imprescindible para asegurar sus fronteras y proyectar sus fuerzas en el exterior, como ya han demostrado con su participación en la guerra contra Yemen en la que formó parte de la coalición árabe liderada por Arabia Saudí.

Drones israelíes en Marruecos

A tal fin, además de las diferentes partidas presupuestarias y marco jurídico para favorecer el tejido empresarial, Marruecos ha alcanzado un importante acuerdo para impulsar su industria militar gracias a los decretos reales aprobados. Adaptándose a las nuevas capacidades geoestratégicas, ha conseguido firmar con Israel un convenio para coproducir drones de combate que incluiría la construcción y diseño de sistemas de misiles de corto y medio alcance con los que irán equipados en el futuro. Según manifestó el analista militar Mohammad Shkeir en 'Defense News', el material servirá para "utilizarse en cualquier conflicto armado que pueda estallar con Argelia o paralizar cualquier movimiento del Polisario a lo largo del muro del Sahara Occidental".

La colaboración con el país hebreo no es la primera. A comienzos de verano, Marruecos participó en un ejercicio conjunto de fuerzas especiales desarrollado en Israel, lo que motivó un nuevo estrechamiento de las relaciones entre ambos países de la mano de Estados Unidos.

Sin embargo, la jugada realizada por Marruecos no se limita a los acuerdos con Israel. Por el contrario, va dirigida a todo aquel que cuente con una industria militar desarrollada, en especial en el campo de los vehículos aéreos no tripulados (UAVs). Ya en abril, Rabat llegó a un acuerdo con el gobierno de Turquía para adquirir 13 drones 'Bayraktar 12'. Estos artefactos de tipo MALE (altitud media y larga resistencia) van armados con cohetes y misiles antitanque de 70 mm, capaces de eliminar cualquier tipo de amenaza ligera móvil por un muy bajo precio. La adquisición de este material permitirá a los marroquíes reforzar su posición, política y militar, en el Sahara Occidental al poder patrullar e intervenir directamente sobre los ocho muros defensivos de 2.720 kilómetros que delimitan el territorio ocupado por Marruecos en el Sahara Occidental, con el fin de aislar y protegerse de los ataques del Frente Polisario.

De aprobarse los presupuestos, tal y como están diseñados, el nuevo jefe del Ejecutivo, Aziz Akhannouch, mantendrá una línea continuista con el gobierno islamista anterior, protagonizada por guante de seda con Estados Unidos e Israel en el exterior y puño de hierro en las relaciones vecinales que mantiene con Argelia por la hegemonía en el occidente africano. 

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