Crisis en el sector industrial

Cumbre de urgencia de la gran industria con Ribera para evitar nuevos cierres

Los anuncios de cierres en el aluminio (Alcoa) y en la industria del automóvil (Nissan) meten presión al Gobierno para que apruebe las ayudas anunciadas.

La delgada línea Alcoa: 43 millones en dos ministerios para apoyar a la industria
Las industrias reclama ayudas inmediatas para mantener la actividad.

La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, mantendrá una reunión con los presidentes de las asociaciones de más peso en la industria antes de que acabe el mes para rebajar la tensión en el sector tras los anuncios de cierres de Alcoa en Galicia y Nissan en Barcelona, según han confirmado fuentes al tanto de la cita. Ribera, vicepresidenta cuarta del Gobierno, ya ha mantenido un encuentro previo con representantes de las asociaciones tras las quejas  por falta de interlocución expuestas en el Congreso por el secretario general de la Alianza por la Competitividad de la Industria Española, Andrés Barceló. Las empresas reclaman apoyo inmediato, sin esperar a los fondos de reconstrucción que puedan llegar de la Unión Europea y, sobre todo, la aprobación del Estatuto del Consumidor Electrointensivo para abaratar la factura energética de las grandes compañías. El Ministerio de Transición no ha confirmado la cita.

La cumbre industrial, prevista con semanas de antelación, facilitará que el encuentro se celebre con los primeros espadas de las asociaciones, según fuentes al tanto del encuentro. Está previsto que asistan los fabricantes de automóviles de Anfac (José Vicente de los Mozos); la industria petrolera - AOP, Luis Aires-; el papel -Aspapel, Jordi Mercader-; las químicas de Feique -Carlos Navarro-;  alimentación y bebida, FIAB- Tomás Pascual Gómez Cuétara-; el cemento -Oficemen, Víctor García Brosa- y Unesid, Bernardo Velázquez.

La industria se impacienta. Los decretos del Gobierno se suceden, pero el Estatuto para abaratar el precio de la electricidad lleva en trámites desde 2018 y no acaba de llegar. La última versión cerrada entre los ministerios de Transición Ecológica y de Industria tampoco satisface a las empresas y menos aún a las más grandes, las que están acogidas a la tarifa 6.4 -conexiones de alta tensión y seis periodos horarios-. Fue uno de los puntos de debate que los representantes de la industria trasladaron en su último encuentro tanto a la ministra Ribera como a la secretaria de Estado de Energía Sara Aagesen.

Heridas abiertas

Con Alcoa y Nissan convertidas en heridas abiertas, el Gobierno sostiene que el retraso en la aprobación del Estatuto que reclaman los grandes consumidores de electricidad no es la causa de los cierres anunciados. En la Comisión de Reconstrucción del Congreso, Ribera explicó que, además del precio de la energía, hay otros factores como son la caída "espectacular" de la demanda de acero y aluminio a nivel mundial y el exceso de ofertas de productores chinos y turcos.

Los representantes de la industria admiten que en la crisis del sector pesan más factores que los precios de la energía, pero siguen apuntando a la responsabilidad del Gobierno. No se trata sólo de las siderúrgicas, las petroleras o las industrias químicas. Otras asociaciones que agrupan a grandes consumidores de energía - Gas Industrial y AEGE- han subrayado durante meses la misma idea: la indefinición regulatoria  complica calcular el gasto en la factura energética y es imposible planificar la actividad.

"Es cierto que este Gobierno se constituyó para llevar adelante un proyecto y se ha encontrado con una crisis en la que nadie pensaba y una realidad muy distinta" admite uno de los asistentes al último encuentro con Ribera "pero urge tomar decisiones para mantener lo que tenemos". Lo que tenemos, según datos del Ministerio de Industria, son tres millones de empleos y más de 300.000 millones de facturación con un futuro complicado.

Diferencia con Europa

Sobre todo el debate penden los informes -como el realizado por Deloitte para la asociación AEGE- que justifican las quejas de la industria por la diferencia de precios energéticos con otros países europeos. El de 2019 sostenía que los precios eléctricos finales en España (promedio de 2017 y 2018) para la industria electrointensiva fueron de 20 a 25 euros MWh más caros que los de sus competidores de Francia y Alemania. Un 50% se debía a la diferencia de precio en los mercados eléctricos y otro 50% a los costes regulados y las compensaciones existentes en cada país.

Las reuniones con empresas e industrias han rebajado el tono de las críticas al Gobierno que, en las últimas semanas, se habían traducido en comunicados públicos de dureza poco habitual, quejas en público y en privado y peticiones reiteradas de audiencia a los Ministerios de Industria y de Transición Ecológica. Todo a cuenta de lo que el director general de la asociación, Fernando Soto, calificó como "shock en la industria".

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