Los 700.000 de pico, muy lejos

Los 'robos' de clientes entre telecos caen más de un 20% en dos años pese al low cost

La menor agresividad comercial, especialmente en segmentos más premium, y una mayor estabilidad de los servicios que invitan a los usuarios a moverse menos marcan este enfriamiento que se consolida.

Digi
Digi el principal ganador de la batalla comercial.
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Se confirma el claro enfriamiento comercial en el competido mercado español de las telecomunicaciones. Éste siempre ha estado marcado por una profunda infidelidad de los clientes y un altísimo movimiento entre operadores. La menor intensidad en los descuentos, especialmente en el segmento de medio y alto coste, y una mayor estabilidad de la base de usuarios por una menor tendencia al cambio están modificando las condiciones. Se están registrando en torno a 450.000 'robos' en líneas móviles, el principal termómetro de esa intensidad. En la guerra del fútbol, que tuvo lugar especialmente entre 2018 y 2019, y la época post-bloqueo por la pandemia de la Covid-19 se llegaron a rozar e, incluso, superar los 700.000 cambios de operador en un momento de frenesí que pasó factura a las grandes operadoras. 

Fuentes del sector confirman que esta tendencia a la baja se está manteniendo tras el periodo de la 'Vuelta al Cole' -donde se concentra una parte significativa del negocio con las contrataciones para el nuevo curso-. Y todo ello pese a la fuerte presión en la gama más baja de productos de fibra y móvil con Digi apretando el acelerador. Si se analizan los datos por trimestres, que aportan una foto más amplia y no sólo lo sucedido en un mes, también reflejan este desplome de la actividad. En el periodo entre abril y junio de este año se registraron 1,25 millones de cambios. En ese mismo periodo de 2021 eran en torno a 1,62 millones. Más de un 20% de caída.

Uno de los factores evidentes que las operadoras admiten es la menor presión comercial, especialmente en los productos de conectividad de más valor. Los grandes descuentos, especialmente en productos con fútbol, han ido perdiendo poco a poco fuerza. Una de las pruebas ha sido el inicio de la temporada para Orange y Movistar, con rebajas muy controladas. Éstas y sus rivales llegaban después de haber ejecutado subidas relevantes en tarifas para reflejar la inflación de manera directa o indirecta. Vodafone, que ejerció un papel más agresivo con su primera enseña, también ha reducido la presión. "La reducción de las promociones es muy relevante; el mercado continúa siendo muy racional y el efecto dilutivo que esas promociones tienen en el cálculo del ingreso medio por cliente (Arpu) está desapareciendo", aseguraba el CEO de Telefónica, Ángel Vilá, ante los analistas a principios de este año.

Otro de los factores que las mismas fuentes señalan tienen que ver con una menor tendencia al cambio ante una cierta 'estandarización' en los productos. Tanto Másmóvil como su propio consejero delegado, Meinrad Spenger, han hecho hincapié en esto. En la última memoria no financiera del actual cuarto operador hablaba de que esta caída de cambios se debe, entre otros motivos, "al hecho de que tanto la fibra como el 5G son tecnologías que funcionan, la experiencia de cliente es buena y los consumidores son por tanto menos proclives al cambio de operador". Esa idea también la repitió el ejecutivo austríaco ante los analistas en las últimas presentaciones de resultados.

Pese a la reducción en las grandes cifras de portabilidades, uno de los 'escudos' que están esgrimiendo los grandes grupos es la política de multimarca. Todas las grandes tienen al menos una segunda enseña que ataca al mercado del 'bajo coste': Vodafone con Lowi; Telefónica con O2, y Orange con Simyo (Jazztel está más en medio coste), junto con Másmóvil con varias de ellas. Algunas están utilizando una estrategia de protección: cuando un cliente propio decide irse a otro competidor de sus primeras firmas, deciden tratar de rescatarlos con las segundas.

Digi al acecho

En el último análisis que ha llevado a cabo Barclays del sector de las telecos en Europa, planteaba varios escenarios para el mercado español. Apuntaba a que la fusión entre Orange y Másmóvil, que estaría llamada a reducir la intensidad comercial, iba a estar acompañada de medidas correctivas relevantes de la Comisión Europea lo que "impedirá la reparación del mercado". El último informe elaborado por la consultora estratégica Oliver Wayman habla que el 41% de los españoles que cambiarán de operador móvil en el próximo año acudirán a un grupo 'low cost'. Esta tendencia sigue siendo la segunda más alta sólo por detrás de Italia.

Esos mayores 'remedies'  a la gran fusión mantendrán un cuarto operador fuerte, que en este caso será previsiblemente Digi. Y es precisamente el que más agresivo se ha mantenido en este tiempo. Sin embargo, hay voces en el mercado que apuntan a que la incorporación de activos móviles y la fuerte inversión que tiene por delante para construir su propia red de fibra no se lo pondrá fácil para mantener esos precios de 'ultra bajo coste' con paquetes convergentes desde 20 euros.

Sea como sea las operadoras respiran en cierta manera aliviadas por ese enfriamiento del mercado con la menor cifra de portabilidades. Lo que se conoce como 'churn' -la tasa de abandono- se disparó en los tiempos de una mayor guerra comercial. Y esto supone un agujero importante para sus cuentas, pues el coste de adquisición de los clientes sigue siendo alto y la devolución de esa 'inversión' no se logra en el corto periodo en el que los usuarios se mantienen en sus filas. Queda por ver si la tendencia se mantendrá e incluso se acrecentará tras la fusión.

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