Tras comprar el banco un 50,1%

Santander y los fondos se dan tres años para sacar a bolsa la 'fintech' Ebury

El 'listing' en Londres, Madrid o Nueva York es la primera opción. En caso de no hacerlo tendrán la posibilidad de vender a un tercero o continuar.

Ana Patricia Botín, presidenta del Grupo Santander.
Ana Patricia Botín, presidenta del Grupo Santander.
La Información

Es la mayor compra de una startup que ha ejecutado el Banco Santander. Y la 'fintech' Ebury, enfocada en el intercambio de divisas y las soluciones financieras para el comercio internacional de las pymes, seguirá estando bajo su paraguas al menos hasta el año 2023. La entidad financiera española presidida por Ana Botín y los fondos de inversión socios de la tecnológica junto con los fundadores han plasmado en el pacto de accionistas un periodo de bloqueo de tres años a partir del cual su opción prioritaria es la salida a bolsa mediante un 'listing' al mercado bursátil de Madrid, Londres (Reino Unido) o Nueva York (Estados Unidos).

A mediados del año pasado, Ebury, fundada en el año 2009 por el ex directivo de Telefónica Juan Manuel Fernández Lobato y el directivo de Rabobank Salvador García, inició la negociación de una potencial ronda de financiación. Hasta ese momento había levantado más de 120 millones de dólares en hasta siete ampliaciones de capital con diferentes fondos internacionales. Banco Santander se cruzó y planteó una inversión diferente. Una adquisición de un porcentaje de control, con una aportación de capital para crecer. En total pagó 350 millones de libras esterlinas (402 millones de euros) por el 50,1% de las acciones. El compromiso de cara a los accionistas de la entidad: una rentabilidad sobre el capital invertido superior al 25% en los próximos cinco años. Botín quiere así acelerar su estrategia digital y de apoyo a las pequeñas empresas para su expansión internacional.

Esta no es una venta sin más. Y no lo es porque Santander no ha comprado la totalidad y porque la primera opción que tienen las dos partes es una salida a bolsa. Así lo reflejan en el pacto de socios, al que ha tenido acceso La Información. En ese documento señalan que en caso de que la entidad financiera o una mayoría de al menos el 60% en el resto de accionistas clave -entre los que se encuentran los fundadores y los principales fondos de inversión- muestren su interés por una salida a bolsa, la otra parte deberá "cooperar y utilizar todos los esfuerzos razonables" para lograrla. Si es el banco quien notifica esa pretensión, el resto de accionistas tendrán derecho prioritario a vender sus acciones en esa colocación bursátil.

El formato elegido sería un 'listing'. Y la bolsa en la que se lanzaría no está aún claro. En el pacto de accionistas se señalan tres: la Bolsa de Madrid, el London Stock Exchange o el New York Stock Exchange. En principio, ambas partes deberían acordar en cuál dar el salto. En caso de que no se llegara a un acuerdo, la última palabra será del banco asesor contratado por la compañía para liderar la operación. Pero eso no ocurrirá hasta dentro de un tiempo porque ambas partes han decidido darse un plazo amplio para hacer crecer el proyecto.

En concreto, según el mismo documento, el periodo de 'lock up' será de tres años desde la formalización del acuerdo. En ese texto no hay una fecha concreta, pues el acuerdo estaba a falta de que las autoridades de la competencia dieran 'luz verde'. Esta última decisión tuvo lugar a finales del pasado mes de abril. Por tanto, no será hasta el primer semestre 2023 cuando una de las dos partes pueda tomar la determinación de sacar a bolsa una parte o la totalidad de las acciones.

El parqué es la opción prioritaria pero, evidentemente, no la única. En caso de que el periodo de bloqueo impuesto finalizara en 2023 y ninguna de las dos partes hubiera solicitado ese estreno en bolsa o no se hubiera iniciado ese proceso, los fondos Vitruvian y 83North tendrían la opción de vender las acciones. Deben ofrecer al banco las condiciones y el precio al que buscan 'colocarlas' y darle la opción prioritaria para adquirirlas. ¿Ese derecho de tanteo es también para las gestoras? No. Si Santander plantea su intención de deshacerse de algunos o todos los títulos lo podrá hacer "sin ningún tipo de restricción".

Múltiplos altos

Al margen de la venta futura, la realidad es que la compra efectuada por Santander fue a una valoración importante y unos múltiplos significativamente atractivos para fundadores y fondos que vendieron parte de sus acciones. Según sus últimas cuentas presentadas en el registro mercantil británico, donde se encuentra la cabecera de la compañía, cerró su ejercicio fiscal concluido en abril de 2019 con unos ingresos de 65 millones de libras (72 millones de euros al cambio actual) y unas pérdidas totales de 30,7 millones de libras (34 millones de euros). Es decir, el precio pagado sería de unas 11 veces el volumen de negocio del año previo. La justificación de esa 'tasación' hay que encontrarla en el crecimiento: un 52% más que el ejercicio anterior.

Ebury se fundó en el año 2009. Sus dos creadores trabajaban en Londres. Lobato emigró a la capital británica después de haber pasado por Telefónica Móviles, para ocupar el puesto de consejero delegado de Beam.tv, una plataforma de distribución de medios digitales que acabó comprando el fondo Carlyle en el año 2008.  García trabajaba como, broker financiero en Rabobank, con especialización en el mercado de divisas. El primero era el profesor en la universidad del segundo. En 2009 ambos decidieron poner en marcha una startup, a la que llamaron con el nombre de esa calle comercial junto a la Catedral de Westminster. Hoy la compañía cuenta con una docena de oficinas, muchas de ellas comerciales, y una plantilla de casi 800 personas.

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