Para fijar valoraciones

Las telecos aguardan al 'fallo' de Bruselas sobre la fusión para relanzar operaciones

La Comisión no da fecha final pero el sector espera que haya un veredicto en los dos últimos meses del año. La venta de activos (o del negocio español) de Vodafone o la consolidación de las empresas de fibra están a la espera.

vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea, Margrethe Vestager
Las telecos aguardan al 'fallo' de Bruselas sobre la fusión para reactivar operaciones.
DPA vía Europa Press

Todos los ojos en el sector de las telecomunicaciones en España están puestos en los despachos nobles de Bruselas. Su veredicto sobre la gran fusión con una ‘joint venture’ entre Orange y Másmóvil aún sigue en el aire y no tiene aún fecha definitiva tras la última ‘parada de reloj’ ejecutada por el organismo de la competencia en el mes de julio. El sector da por hecho que será en los dos últimos meses del año. Pero muchos movimientos corporativos, desde las desinversiones de Vodafone hasta una potencial consolidación de las grades compañías de fibra, siguen pendientes de esa autorización y los potenciales ‘remedios’ exigidos. La dureza de éstos últimos tendrá el poder de modificar valoraciones y condiciones.

No ha habido ningún incumplimiento sobre las previsiones. Las dos operadoras, y el resto de competidores, admitían que el proceso de autorización podría alargarse hasta la parte final de este ejercicio. La Comisión lo confirmó justo a finales de julio. ‘Paraba el reloj’ y pedía más tiempo para analizarla al reclamar más información a todas las partes. Este lunes era la fecha final inicial. Ahora no existe un plazo límite, pues el organismo dirigido por Margrethe Vestager ha decidido no establecer uno nuevo. La comisaria, al igual que el resto del sector, ha asumido este caso como el verdadero termómetro para el resto de consolidación de las operadoras europeas. Todo apunta a que habrá condiciones para la ‘luz verde’. Pero de las exigencias dependerá lo que suceda después.

Hoy existen varias operaciones corporativas muy relevantes en el sector en España que siguen a la espera de lo que suceda en Bruselas. Una de ellas es el futuro de Vodafone y sus activos en España. La compañía inició hace meses un proceso de “revisión estratégica” de todo su negocio en el país, contemplando desde la venta de activos como su red fija hasta una potencial salida total del mercado. Respecto a esa posible transacción con el cable, algunas piezas siguen moviéndose y la prueba es que Telefónica mantiene la ‘presión’ para tratar de evitar que esta infraestructura pase a manos de un operador mayorista -a finales de julio el consejero delegado, Ángel Vilá, admitió a Bloomberg que se ha acercado a los británicos para plantear diferentes opciones-. Pero los actores miran a Bruselas, pues el resultado podría trastocar mucho los ingredientes.

Los movimientos alrededor del que hoy es el tercer operador por ingresos en España no son los únicos que siguen al ralentí. Hay otros como la potencial consolidación de las operadoras neutras de fibra. La mayoría de analistas dan por hecho que habrá fusiones entre varias de las firmas que se han ido consolidando en este sector. Pero es que además existe una transacción que sigue aún a la espera: se trata de la compra de Lyntia Access, empresa especializada en la explotación de redes de fibra óptica en poblaciones pequeñas y rurales. Avatel, la compradora de la mano de Apollo, dejó en suspenso la transacción hace meses ante el endurecimiento de las condiciones de crédito. Fuentes del sector admiten que la valoración de estos y otros activos no sería la misma en caso de que, por ejemplo, Bruselas exigiera la entrega de cientos de miles de unidades inmobiliarias de fibra a uno de los operadores aspirantes.

La propia Avatel y Finetwork tampoco han consumado la entrada de un socio financiero dentro de su accionariado, algo que intentaron entre 2021 y 2022. La primera lo lanzó en 2021, pero no se ha firmado aún ninguna transacción. La segunda anunció el pasado mes de abril que frenaba el intento hasta que no se decidieran en Bruselas los ‘remedios’ a los que aspiran claramente como uno de los operadores pequeños con más crecimiento. Ellos aspiraban a una valoración de unos 500 millones de euros, pero no se llegó a convencer a los diferentes fondos especializados en infraestructuras que se acercaron.

La consolidación de las operadoras de fibra o las entradas de socios en Avatel o Finetwork siguen pendientes de lo que suceda en Bruselas

Los equipos legales y corporativos de Orange y Másmóvil siguen trabajando en Bruselas para tratar de disuadir a la Comisión Europea de imponer condiciones muy duras a la fusión en su intento por mantener un cuarto operador fuerte en el mercado. Hasta finales de julio siempre se ha defendido que la transacción debe ser autorizada sin ninguna medida paliativa. Ahora se analiza la posibilidad de presentar de manera voluntaria los ‘remedies’ para evitar que sea el organismo de competencia el que los ponga encima de la mesa. Entre las posibilidades está la venta de redes de banda ancha fija o la obligatoriedad de ofrecer en el mercado mayorista la infraestructura fija y móvil de los franceses a sus rivales.

Digi, el 'coco'

Digi, Avatel y Finetwork son los tres principales candidatos. Todos ellos han expresado su interés en adquirir esos activos y convertirse así en ese ‘Maverick’. Si se le pregunta a directivos tanto de los protagonistas de la fusión como de sus rivales, preferirían excluir de la ecuación a la rumana. La clave es su tamaño y, sobre todo, su agresividad comercial con una propuesta ‘ultra low cost’. El año pasado superó la barrera de los 500 millones de euros de ingresos -con un despliegue acelerado de sus propia fibra tras levantar deuda bancaria y con fondos de infraestructuras globales como Aberdeen- y su crecimiento no ha dado muestras de agotamiento.

Los que también aguardan a lo que suceda en Bruselas son los sindicatos en Orange y Másmóvil. Existe cierta preocupación sobre lo que puede suceder tras la fusión y si los ‘remedios’ más exigentes podrían acabar con medidas de ajuste más duras de las que cabría esperar en una fusión de este calibre. Miembros de la sección sindical de CCOO se reunieron en junio con miembros de la Comisión para trasladarles la preocupación ante los efectos en el empleo. La organización pidió tener en cuenta a los empleados. Solicitaron incluir garantías de empleo como mantenimiento de las condiciones económicas de sendas plantillas.

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