Operación clave, en juego

Telefónica se enzarza con Vodafone ante el regulador por la unión O2-Virgin

La operadora, que ha firmado la 'paz' con Sky, advierte que su otro rival británico recibió la luz verde de Competencia a operaciones similares en España (ONO) o en Alemania.

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La fusión de O2 y Virgin se encuentra con la oposición de Vodafone.

Hay mucho en juego. Y los competidores sacan todas sus armas. Telefónica se ha enzarzado con Vodafone en Reino Unido ante el regulador de aquel país a cuenta de la fusión de O2 con Virgin Media. El operador español saca las uñas ante la actitud de su rival frente a esta transacción, al insistir en que en el pasado se dio luz verde a operaciones similares protagonizadas por ellos en Alemania o España, con ONO. En el otro lado está Sky, que también planteó dudas pero que ha pactado con la teleco presidida por José María Álvarez-Pallete para salvar sus “inquietudes”. El organismo de la competencia del país deberá dar una respuesta oficial en el mes de mayo.

La CMA británica, el homólogo de la CNMC en España, asumió a finales del año pasado el estudio de la operación -después de que la Comisión Europea accediera a cederlo- y se comprometió a acelerar los procesos para tener un dictamen listo antes del verano. Hace varias semanas pidió la posición de los principales rivales de la empresa en la fase de alegaciones. Y las dos más destacadas fueron Sky, jugador clave en el segmento fijo y televisión del país, y Vodafone, competidor también el móvil. Ambos son los dos grandes perjudicados de la fusión. Y para tratar de llegar a un ‘entente cordial’, Telefónica ha mantenido negociaciones. Pero con Vodafone, con la que también compite en España, se mantiene el enfrentamiento.

La operadora británica dirigida por Nick Read alega en el documento de 17 páginas presentado ante la CMA que si la fusión se materializa, el mercado del Reino Unido “estará dominado por dos operadores que prestan servicios a un número de clientes fijos y móviles que es más del doble en comparación con su competidor más cercano”. No es la única queja. Pone también el foco en lo que más le preocupa al regulador: el mercado mayorista. “La competitividad se verá afectada si se le permite seguir una estrategia de exclusión”, advierte, insistiendo en que debe centrarse en “garantizar que cualquier solución permita a otros operadores competidores en el mercado competir de manera creíble con ellos”. Es decir, le invita a exigir restricciones a la unión, en caso de aprobarla.

Telefónica se ha defendido pasando al ataque. Al margen de su extenso documento de contestación a la CMA, el consejero delegado de la operadora, Ángel Vilá, se mostró más crítico con su rival, al que recordó que esta transacción es “idéntica” a la que la propia Vodafone ejecutó en Holanda al fusionarse con la teleco local Ziggo en el pasado. No se quedó ahí y le recordó que en el pasado también ha llevado a cabo operaciones de compra de compañías como la de ONO en España por 7.200 millones de euros en 2014 o como KDG en Alemania hace años por 7.700 millones de euros. Con estos últimos dos movimientos se convertía en un operador ‘convergente’ con fijo y móvil -que es la gran utilidad de la unión de O2 y Virgin y el gran temor de sus rivales por la posibilidad de empaquetar con menores costes los servicios de conectividad-.

El otro contendiente en liza es Sky. La operadora de televisión y fijo en Reino Unido tiene un temor evidente: que la fusión de O2 y Virgin desincentive al nuevo grupo resultante a ofrecer contratos mayoristas y sufran problemas de suministro importantes para mantener su oferta completa. Hoy cuenta con servicios móviles a través de su operador virtual basado en la red de O2. “Sky ya ha expresado sus preocupaciones; la entidad fusionaba tendría la capacidad y el incentivo para participar en la exclusión de SkyMobile”, advierte. Vodafone aseguraba en su documento que el 80% del mercado de OMVs por ingresos estará controlada por el nuevo grupo.

Esta oposición es más tibia. Y Telefónica ha aprovechado para tratar de firmar la ‘paz’ con ellos. Vilá asegura que después del día 4 de febrero -fecha en la que se presentaron los documentos que se han hecho públicos por la CMA- se ha llevado a cabo una negociación con Sky. “Hemos alcanzado un acuerdo con Sky para atender a las inquietudes que habían planteado; han quedado completamente satisfechas”, asegura el consejero delegado, sin precisar cuáles son las medidas o los compromisos adquiridos, especialmente, en el mercado mayorista.

Telefónica se juega mucho en esta operación. La operadora tiene previsto recortar en más de 6.200 millones de euros la deuda neta del grupo con los reembolsos que recibirá tras ejecutar la ‘joint venture’. Si se suma lo que recibirá por la venta de Telxius -de la que tiene un 50,01%- y el pago para hacerse con parte de los activos del operador brasileño Oi, la compañía espera recortar en 9.000 millones ‘extra’ el pasivo y así se lo comunicó este jueves al mercado. Por eso, la española se bate el cobre para tratar de despejar todas las dudas y salvar la operación, cinco años después de que la Comisión Europea prohibiera la venta a Hutchison. 

Es una operación pro-competitiva y estamos manteniendo un diálogo muy constructivo con el regulador”, apuntaba Vilá, quien confía que a mitad de año haya una respuesta. El propio presidente, José María Álvarez-Pallete, volvió a esgrimir esta semana el argumento vinculado a la necesaria consolidación del sector de las telecomunicaciones, especialmente castigado por una fuerte competencia en los principales mercados europeos. “No tiene sentido que haya tantas redes y con un nivel de inversión relativamente bajo”, advertía. Y apostillaba: “He buscado en qué parte del tratado de la Unión Europa dice que este sector tiene que ser deflacionario y no existe”.

Un mercado relevante

Reino Unido es un mercado importante para el grupo español. Esta plaza está dentro de sus cuatro mercados prioritarios, junto a España, Alemania y Brasil. Y en volumen de negocio representa un 15% de todo el grupo. En el último año, según las cuentas que presentó este jueves, alcanzó los 6.700 millones de euros de ingresos totales, con una caída del 5,6%. El riesgo principal no está tanto en la prohibición de la operación, como en los ‘remedios’ correctores que imponga la CMA ante este control sobre un porcentaje muy relevante del mercado mayorista para operadores móviles virtuales. Por esa razón insistieron tanto en la firma de la operación como en esta semana desde Telefónica que el último precedente, de la fusión de BT (British Telecom) con EE, se produjo sin ningún tipo de medida restrictiva. En caso de que la hubiera, se reduciría el impacto positivo de las “increíbles” sinergias que esperan de 6.250 millones de euros, al margen de los ahorros vinculados a la fiscalidad o las finanzas.

Esta no es la única transacción relevante que está a expensas de las autorizaciones correspondientes. La otra es la venta de Telxius por 7.700 millones de euros a American Tower. Tal y como adelantaba La Información, la transacción deberá pasar por el estudio del Ejecutivo de Pedro Sánchez en base a la llamada 'ley antiopas'. El propio gigante estadounidense, que presentó cuentas también este jueves, aseguraba en su presentación al regulador de aquel mercado que la adquisición está pendiente de la aprobación por parte del Gobierno, que tendrá que analizar si dar 'luz verde' a la enajenación de estos activos.

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