Calviño mete prisa a la carrera por los PGE: hay que tenerlos antes de un mes

El reloj de los Presupuestos Generales del Estado acelera en su tic tac y apenas queda un mes para poner de acuerdo lo que ahora parece tan complicado viendo la falta de apoyos parlamentarios del Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos. La vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ha aprovechado su comparecencia pública tras el Ecofin celebrado desde el viernes en Berlín, para ponerle fecha límite a la carrera emprendida para negociar las cuentas. Para el 15 de octubre, ha puntualizado, el proyecto debe estar en la Comisión Europea, con lo que hay que cerrar antes su elaboración y garantizada su aprobación. 

"Hay una fecha objetivo importante, que es el 15 de octubre, para enviar a CE el plan presupuestario para 2021 y ese es un punto de referencia para todo el trabajo que estamos desarrollando", aseguró a la vez que admitió que está preparando en estos días la "arquitectura básica de ese proyecto de Presupuestos Generales del Estado". Cuando se concluya este primer paso, explicó, se convocará de seguido al Consejo de Política Fiscal y Financiera y "se pondrá en marcha el proceso para la adopción de la senda de estabilidad presupuestaria".

"Debemos tener lo antes posible unos Presupuestos Generales para el año 2021", ha reclamado antes de justificar las tres razones que apuntalan esa convicción: hay que garantizar el crecimiento económico y la creación de empleo tras el parón por la pandemia, hay que reforzar los servicios públicos elementales (con especial atención para la educación y la sanidad) y, finalmente, hay que establecer "un instrumento eficaz para canalizar los nuevos fondos comunitarios".

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Con esa última matización, Calviño respondía y evitaba mayor concreción a una pregunta directa de periodistas en la que le cuestionaban sobre si Bruselas exigía o no tener cuentas para conceder sus ayudas del Fondo especial por la Covid. Mucho más concreta se ha mostrado con otra de las polémicas de la semana que deberán dilucidarse en los próximos PGE: ¿habrá congelación salarial para los funcionarios?

La ministra económica ha dejado claro que este será uno de los grandes debates en la elaboración presupuestaria (no en vano, es una de las grandes partidas de gasto nacionales) y ha admitido que "se está produciendo un análisis de las situaciones", si bien todavía no ha alcanzado el nivel de tema del día en la mesa del Consejo de Ministros. Sin embargo, su Departamento tiene bastante a mano los números en torno a esta polémica y, tras especificar las subidas aplicadas en los tres últimos ejercicios y las que se han registrado en la inflación (por encima del 2% en las primeras y por debajo del 1% las segundas), Calviño concluye con que "ha habido un claro compromiso del Gobierno en la recuperación de la capacidad adquisitiva de los funcionarios".

Ahora, ha continuado, "habrá que tener en cuenta el contexto macroeconómico", bastante tocado por la crisis del coronavirus, y confrontarlo con la "evolución de los sueldos públicos" experimentada. La vicepresidenta tercera tampoco se ha olvidado de destacar "el gran reconocimiento de la labor de los funcionarios" durante este periodo y ha vuelto a hacer un llamamiento a todas las fuerzas políticas para buscar un apoyo y un consenso.

Desde luego, lo que no puede ocurrir con los Presupuestos es lo sucedido esta semana con el decreto sobre el uso de los remanentes de los ayuntamientos, que fue tumbado por el Congreso después de que todos los grupos salvo el socialista y el de Unidas Podemos se situaran en contra. "Lamento que eso haya ocurrido", ha admitido la vicepresidenta antes de recordar que habrá que decidir ahora otra fórmula. 

Calviño hizo estas declaraciones en una rueda de prensa al término de un encuentro informal de ministros de Economía y Finanzas de la UE en Berlín, el primero de carácter físico en seis meses a causa de la pandemia. Esta reunión sirvió para evidenciar el acuerdo general entre los socios sobre la necesidad de mantener por el momento las medidas anticrisis y dejar aún en suspenso las reglas de déficit.