"Era evidente que algo iba mal"

Del "faltan manos" a la intervención: el duro brote de la residencia de Tarragona

En apenas dos semanas, el centro de mayores de Les Vinyes pasó de reportar poco más de diez casos a superar el centenar. Con media plantilla de baja por Covid, el Govern ya ha cogido el timón.

Residencia de mayores Les Vinyes de Falset (Tarragona)
Del "faltan manos" a la intervención: el duro brote de la residencia de Tarragona
Grupo Bastón de Oro

"Si de 57 trabajadores se contagian 22... algo falla". La Generalitat se ha puesto al volante de la residencia de mayores Les Vinyes, en la la localidad de Falset (Tarragona). El brote entre sus muros ha dejado 16 muertes, 11 dentro del propio centro. El Departamento de Salud lleva días sin perder de vista sus instalaciones. Los contagios se dispararon en cuestión de días: de 17 a más de cien en dos semanas. La autoridad sanitaria del Govern lleva días planeando la maniobra que, este lunes, arrebató las riendas a los actuales gestores. El Ayuntamiento de Falset hizo saltar las alarmas: "Pusimos el caso en conocimiento de la Generalitat. Faltaban manos y era evidente que la cosa iba mal".

La alerta sobre Les Vinyes ponto traspasó las conversaciones de despacho. "Muchos de sus residentes y trabajadores son de la zona, la escena empezó a angustiar a los vecinos", explican fuentes del Ayuntamiento en una llamada con La Información. El 'bicho' empezó a causar estragos en septiembre. El 21 de septiembre, "cuando sometieron a una PCR a los trabajadores y usuarios del centro", el consistorio lanzó un comunicado: los test diagnosticaron 17 positivos de Covid-19 en el centro. Once eran ancianos, seis afloraron de entre la plantilla.

Un caso, un brote. España trató de blindar sus residencias de ancianos tras la tragedia de la primavera. Desde este verano, un solo contagio puede poner a un centro de mayores en el radar de las autoridades sanitarias. "En apenas dos semanas, la transmisión se disparó y el centro empezó a demandar más manos". El siguiente comunicado -una semana después-, disparó los positivos a 68 (56 residentes y 12 empleados). "La comunicación con el Departamento de Salud es constante", afirman desde el Ayuntamiento. Aquel 5 de octubre, el comunicado del consistorio recogía que las autoridades sanitarias, "insisten en que el brote está bajo control". Dos semanas después, el Govern anunció su intervención.

Más del 80% de los residentes y cerca de la mitad de la plantilla ya han contraído la enfermedad. Desde el Ayuntamiento aseguran que la falta de personal fue clave. Desde Les Vinyes se niegan a soltar prenda al otro lado del teléfono. "Un brote en un centro no implica, necesariamente, que este tenga que ser intervenido", traslada el Departamento de Salud catalán a este diario. El Ministerio de Salvador Illa tampoco llegó a definir los límites que el virus no podría sobrepasar en estos centros sin conducir a una intervención pública. Así lo confirman en conversaciones con este medio, donde remiten a un plan de respuesta temprana tan amplio como impreciso. Cada Comunidad marca el límite sobre cuánto deja avanzar al bicho antes de intervenir.

¿Cuánto puede avanzar el virus antes de que Sanidad actúe?

Desde finales de septiembre, cada día asomaba a Les Vinyes a la debacle. El 14 de octubre, el virus se había cruzado en el camino de 109 residentes (de los 118 usuarios del centro), y 22 trabajadores (de una plantilla de 57). Aquel miércoles, el Ayuntamiento pedía a la empresa gestora "un esfuerzo para reforzar la información a los familiares".  No fue hasta cinco días después, cuando la Generalitat acordonó la zona. ¿Qué tiene que pasar para que las autoridades tomen cartas en el asunto? "Ocurre, sobre todo, cuando se comprueba que la residencia no puede cumplir con lo que marca la ley".

La Orden SND / 265/2020, de 19 de marzo puso sobre la mesa los compromisos que el centro sociosanitario debía adquirir en tiempos de pandemia. "La ausencia de medios personales, materiales u otras causas" son ahora motivo de intervención. En este caso, el control de la Generalitat entró en vigor desde su mismo anuncio. Como ha podido saber La Información, ayer mismo se afinaron los detalles del plan. Los gestores relegados por el Govern se encontraron con el equipo que, desde ahora, tomará las riendas, arbitrados por las autoridades sanitarias y con el Ayuntamiento, atento tras la puerta. 

Desde el Govern insisten en que una maniobra como esta lleva tiempo. "La Generalitat no cuenta con un batallón de profesionales a los que enviar en estos casos". La función de la autoridad sanitaria es pasar el bastón de mando de una empresa a otra. "Siempre provisionalmente, hasta que la gestora original esté en condiciones de garantizar el servicio tal y como lo recoge la ley". El departamento se ha inclinado por STS, Gestió de Serveis Sociosanitaris, para atajar la crisis desde las trincheras. Los responsables de Corfalin, desde ahora verán los toros desde la barrera, podrían recibir un expediente. "Ya se han iniciado los trámites para investigar si la actuación de la residencia es constitutiva de sanción o no", afirman desde la Generalitat, que rehúsan hablar de multas.

El equipo de STS, que ya gestiona numerosos centros en la región, deberá arremangarse y hacer frente a un centenar de casos, aunando sus esfuerzos con los de los trabajadores de Ayer mismo, "Puede durar unas semanas o varios meses... pero siempre es temporal", trasladan las autoridades sanitarias, "Las dotaciones de personal que sean necesarios en el centro residencial las aportará la nueva gestora y el personal actual del centro quedará bajo su dirección".

"Te mantienes a la expectativa hasta que no te queda otra que intervenir", comparten desde el consistorio, "Era evidente que algo iba mal, pero, como institución, te pilla en medio, no tienes un papel claro porque no es tu competencia intervenir... pero está en juego el bienestar de tus vecinos". El Ayuntamiento cuenta que fue el viernes pasado cuando se convocó una reunión entre el mismo consistorio, la Generalitat y el centro. "La residencia siempre defendió su gestión, que estaban trabajando lo mejor posible". 

El coronavirus sigue dejando a los mayores en la cuerda floja. "La evolución de la pandemia somete al sistema a una enorme presión. Se ha observado un aumento de la incidencia en mayores de 80 años y, sobre todo, de 90 años". Las palabras de Fernando Simón sirven de aviso. Los centros de ancianos colapsaron en los meses más duros... y podrían volver al disparadero en otoño. En la segunda ola, como en primavera, cuando el virus se cuela en la residencia es como acercar la cerilla a la paja.

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