Las condiciones de la CUP complican el pacto del Govern

Mossos en el foco de la batalla política: "Al final tiraremos confeti y no foam"

La escalada de violencia ha puesto en entredicho a la Conselleria de Interior, que ha tardado más de una semana en denunciar los altercados en las manifestaciones por Pablo Hasél.

Mossos d' Esquadra
Los Mossos, en el centro de la batalla política: "Tiraremos confeti y no foam".
Europa Press

La quema del furgón de la Guardia Urbana el sábado por la noche ha sido más que un susto. El suceso, que podría haber acabado en final trágico ya que había un agente dentro del vehículo, ha acabado por desdibujar una línea roja ya invisible y obligar a los actores políticos a posicionarse después de varias semanas de disturbios. Lo que les extraña a los sindicatos de los cuerpos de seguridad es que hayan tardado tanto en dar un golpe sobre la mesa. Finalmente, y después de que políticos como Ada Colau o Pere Aragonés hayan condenado los altercados, los sindicatos exigen más contundencia.

La escalada de violencia en Cataluña ha puesto en entredicho a la Conselleria de Interior, que ha tardado más de una semana en denunciar los altercados en las manifestaciones por Pablo Hasél. Ni siquiera cuando jóvenes radicales, organizados por los CDRs de Vic, destrozaron la comisaria municipal, Miguel Sàmper, su conseller, fue contundente. De hecho, días después, 'JxC'  publicó un comunicado en Twitter que no hacía mención a lo sucedido en la comisaria. Al contrario, mostraba su rechazo hacia la actuación del Área de Brigada Móvil (BRIMO) y el apoyo a la reforma policial: “Junts apuesta por un nuevo modelo de orden público e insta al resto de fuerzas políticas al debate en el Parlamento de Cataluña la reforma del modelo policial catalán”. 

Pero, el domingo siguiente al suceso, el pasado 21 de febrero, el conseller de Interior, Miquel Sàmper, declaraba sentirse solo para calmar las protestas. Tuvieron que pasar seis días más para la condena definitiva. El pasado 27 por la noche, un furgón de la Guardia Urbana ardía en el centro de Barcelona. En ese momento, Sàmper, en coordinación con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, criticaba lo sucedido: "Acabo de hablar desde el Centro de Coordinación Operativo con la alcaldesa Ada Colau. Condeno todos los actos violentos de hoy, especialmente el grave incendio de una furgoneta de la Guardia Urbana. No puede haber nunca un espacio para esta violencia reiterada. Apoyo a la Guardia Urbana, los Mossos, Sistema de Emergencias Médicas y Bomberos", enfatizaba. 

Desde el sindicato mayoritario de los Mossos, el FEPOL, su portavoz, Toni Castejón, notaba un cambio de discurso desde el sábado: "El conseller viene de una línea nefasta hacia las unidades de orden público, y estos primero días también se apuntaba al carro del cambio de modelo. Desde el sábado hemos notado un cambio, diciendo que no se puede disolver la BRIMO. Es lo mínimo, la disolución de la BRIMO es una locura", afirmaba Castejón. Con la quema del furgón, los sindicatos policiales han estallado. Castejón explica que los Mossos se sienten solos, sin apoyo político, y que han estado expuestos a un "estado de máxima alerta". 

Paralelamente y en plena escalada de violencia en las calles catalanas, sobre la mesa de negociación para formar el Govern se encuentra el debate sobre la reforma policial. Algo que está condicionando la formación del Govern, ya que, para sentarse a negociar,  la CUP pide una moratoria en el uso de proyectiles de 'foam' y en la participación de antidisturbios en los desahucios. Ante las idas y venidas de los políticos catalanes, Castejón cree que los puntos más delicados que implican a los Mossos en las negociaciones son un "rollo político". Explica que las balas de 'foam' garantizan una distancia de protección: "Si nos las quitan, tendremos que comprar confeti. O lo que se les ocurra que esté acorde a la CUP", sentenciaba.

En cuando a la disolución de la BRIMO, una premisa 'cupera', Castejón opina que "a la primera de cambio se tendrá que volver a montar. Cuando asedien el Parlament o cuando haya un partido de Champions. Pueden negociar con lo que sea pero no con la estructura de un cuerpo policial", concluía.  A estas alturas, el único partido que sigue siendo indulgente con los manifestantes después de la quema del furgón es la CUP. Aunque ERC y 'JXC' están abiertos a un debate sobre el modelo policial, los últimos acontecimientos han acabado por fortalecer su discurso y declararse en contra de la disolución del cuerpo de antidisturbios. 

Por su parte, desde el Colectivo Autónomo de Trabajadores Mossos de Esquadra, su secretaria general, Mónica Saltor, explica que están "indignados". Argumenta que desde el principio tendría que haber habido una condena firme hacia la violencia por parte de todos lo políticos: "Estamos en democracia, una manifestación es ilegítima en cuanto hay violencia", explica. "Es inevitable que se haga presión porque sino recibirá alguien de manera irreparable, con lo de la furgoneta nos podemos poner en el escenario de que muera un policía o un manifestante", puntualiza, indignada. Por ahora, y a la espera de que se forme gobierno, el Sindicato de Policías de Cataluña (SPC) ya se ha querellado por tentativa de homicidio en el ataque al furgón de la Urbana. Un punto al que asirse tras una línea roja ya desdibujada.

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