Quiere hablar ante el juez 

El chófer de Bárcenas pide declarar para aportar claves del encargo de espionaje

Ríos Esgueva ha pedido comparecer apenas semanas después de que Asuntos Internos se incautara de material sobre la 'Kitchen' en un registro en su casa. 

Declara el chófer de Luis Bárcenas por el robo de papeles del PP por encargo de
Declara el chófer de Luis Bárcenas por el robo de papeles del PP por encargo de
Óscar J. Barroso - Europa Press

Sergio Ríos Esgueva quiere hablar ante el juez del caso Villarejo. El que fuera chófer de Luis Bárcenas ha solicitado comparecer de manera voluntaria en sede judicial para dar más detalles acerca del operativo que se habría puesto en marcha desde el Ministerio del Interior para espiar al exgerente del Partido Popular. Ríos Esgueva, que acabó siendo captado como topo policial para este cometido, ya fue interrogado por el juez en enero de 2019. Sin embargo, ahora quiere volver a declarar para desentrañar aspectos determinantes de este cometido que Villarejo bautizó como 'operación Kitchen'. La petición, además, se produce en plena crisis por la trama política que ha llevado al juez a acordar un careo para este viernes entre el exministro Jorge Fernández Díaz y su exnúmero dos, Francisco Martínez. 

Según confirman fuentes jurídicas a La Información, el ofrecimiento de Esgueva se produjo después de que los dos altos cargos de Interior fueran interrogados en el marco de esta pieza séptima de la macrocausa Tándem. Las intervenciones de los dos políticos fueron las últimas diligencias que se acordaron en el procedimiento que se encamina a esclarecer desde donde salieron las órdenes para espiar a Bárcenas con el fin de sustraerle documentación relativa a una presunta caja 'b' del PP. Ríos Esgueva fue señalado en un primer momento como la cara visible de este encargo si bien las incriminaciones de Enrique García Castaño al exsecretario de Estado de Seguridad abrieron la veda hacia la implicación de mandos políticos en este encargo que se costeó con fondos reservados del Estado.

Además, su declaración cobra especial interés puesto que se produce apenas semanas después de que la Unidad de Asuntos Internos (UAI) registrara su domicilio en busca de nuevas pruebas que arrojen más luz sobre la documental que se le sustrajo a Bárcenas. En concreto, y según adelantó el diario Nius, los agentes se incautaron de varios pendrives y de documentación sobre la cual se pronunciaría en su nueva citación en sede judicial. El que fuera chófer de Bárcenas ya declaró ante el instructor hace ahora cerca de dos años. Lo hizo tras su imputación por su implicación en este cometido del que fue cobrando una media de 2.000 euros entre los años que estuvo vigente (2013-2015). En aquel interrogatorio explicó al magistrado cómo la llamada policía patriótica le captó bajo el argumento de que tenía que colaborar con una causa judicial.

La excusa de Gürtel

Se referían Villarejo y su entorno más cercano de policías a la trama Gürtel. De hecho, le explicaron que tenía que trasladarles todo lo que hiciera la familia Bárcenas-Iglesias para poder controlar sus movimientos de cerca. Sin embargo, el avance de las pesquisas ha puesto de manifiesto que la documentación que sustrajeron al exresponsable de finanzas del Partido Popular nunca llegó al Juzgado Central de Instrucción Número 5. Más bien al contrario, se trataron de indagaciones que se hicieron a "extramuros" del caso, como denunció el propio José De la Mata. "(Villarejo me dijo que) había una investigación abierta judicialmente por parte de la Policía en búsqueda y recuperación de los famosos millones", apuntó en su cita ante el juez de acuerdo con los audios a los que ha tenido acceso este diario. 

El 'topo', relató con todo tipo de detalle que comenzó a trabajar como chófer del responsable de finanzas del PP en 2013. En aquel entonces el político estaba en el punto de mira por los famosos papeles en los que reflejaba una contabilidad opaca del PP. Por ese motivo pidió a Ríos Esgueva que extremara las precauciones en los desplazamientos. Sin embargo, éste detectó que a los pocos meses de empezar a trabajar para él comenzó a detectar seguimientos no solo durante su jornada laboral sino también fuera de su servicio. Al alertar sobre esta situación, descubrió que eran policías. Así fue como García Castaño -alias 'El Gordo'- trató de acercarse a él mientras llevaba el coche a un taller en las afueras de la capital. Ese primer encuentro no prosperó de la forma en que esperaban y, por ese motivo, entró en escena José Manuel Villarejo. 

Los audios del sumario demuestran que el agente encubierto, que figura como principal investigado de esta presunta red criminal, se jactó de haberle captado como informador policial, cometido que llevó a cabo gracias a la mediación del también imputado Andrés Gómez Gordo. Este comisario, que fue jefe de seguridad de María Dolores de Cospedal en Castilla-La Mancha, le conocía de haber coincidido con él mientras fue conductor de Francisco Granados. Tanto es así que Gómez Gordo fue uno de los que firmó los pagarés de este operativo ilegal. Ríos Esgueva, que acabó sacándose la plaza de funcionario de la Policía Nacional, recabó por este asunto un total de 53.266 euros, de acuerdo con la documental entregada al juzgado por la Dirección Adjunta Operativa (DAO).

Aunque en su primera cita judicial no aportó detalles relevantes sobre este operativo que estaría dirigido por el entonces número dos policial, Eugenio Pino, sí que dejó entrever que el asunto podría haber contado con más colaboradores pagados por Interior, extremo que ha quedado acreditado con la investigación. El conocimiento que pueda tener de este asunto junto con el resultado que arroje el análisis del material incautado hace que su declaración cobre trascendencia en un momento especialmente clave por lo que pueda dar de sí el careo ordenado por el juez entre los principales mandos políticos del  Ministerio del Interior. El testimonio de Francisco Martínez chocó de lleno con el prestado por el exministro hasta el punto de que éste último no reconoció los mensajes que le habría enviado al exsecretario de Estado con los detalles del operativo. 

En uno de ellos hizo alusión expresa al exchófer de Bárcenas. Tanto es así que Martínez explicó al juez que la persona que le dio este nombre fue el entonces ministro del Interior. Éste, por su parte, insistió en negar la mayor asegurando que desconocía por completo la existencia de la trama Kitchen. Ambos desligaron del caso a la plana mayor del PP, con Mariano Rajoy a la cabeza, y ello pese a que Martínez había amenazado con tirar de la manta ante el magistrado si finalmente llegaba a ser imputado por el espionaje ilegal. Sin embargo, ambos hicieron de cortafuegos con la excúpula del PP y ello pese a que Anticorrupción pidió la imputación en la causa de María Dolores de Cospedal y su marido Ignacio López del Hierro precisamente por el conocimiento que tuvieron de esta operación parapolicial.

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