Jorge Fernández Díaz ha cumplido con los pronósticos y ha negado ante el juez del caso Villarejo la existencia de un operativo bautizado como Kitchen. En su cita en la causa que investiga un presunto espionaje ilegal a Luis Bárcenas, el que fuera ministro del Interior ha dicho que se enteró de la operación por "la prensa" y que, si es cierto que existió, fue una "deslealtad" que nadie le contara nada. Estas declaraciones han provocado la reacción del magistrado Manuel García Castellón el cual ha denunciado la existencia de un "reino de taifas" en el antiguo Ministerio y la excúpula policial y le ha espetado: "No se moleste con lo que le voy a decir, pero en este asunto usted no se enteraba de nada".
Fuentes presentes en la declaración explican que el exministro, que ha comparecido durante más de dos horas, ha negado por completo no solo tener conocimiento de un espionaje ilegal a Luis Bárcenas sino que se le dieran órdenes del PP en este sentido. Así pues ha despejado cualquier incógnita en torno a la implicación en la causa de Mariano Rajoy o de María Dolores de Cospedal, en contra de lo defendido por Villarejo, el cual les atribuye un papel activo en este encargo costeado con fondos reservados. Sí ha tenido palabras para su exnúmero dos, Francisco Martínez, el cual declaró por estos mismos hechos el jueves. Ha dicho que faltó a la verdad al apuntar que fue él quien le dio el nombre del confidente clave en todo este asunto puesto que no tenía ni idea del mismo. Martínez reveló que le facilitó la identidad de Sergio Ríos Esgueva, chófer de Bárcenas, cuando le preguntó por la existencia de confidentes.
"Estoy muy dolido", ha respondido Fernández Díaz en referencia a las confesiones de Martínez. Su 'exnúmero dos' llevó ante notario varios mensajes en 2013 -año en que comenzó la operación- en los que el exministro le daría órdenes concretas de la operación tales como el nombre del chófer de Bárcenas o el contacto cecilio, en referencia al CNI. Sobre estos mensajes ya expuso Fernández Díaz en un escrito que no tenía nada que ver y así lo ha vuelto a decir a preguntas del magistrado. El exministro se ha desvinculado de los mismos aunque sí ha reconocido que el número de teléfono desde donde se enviaron es el suyo. Ello ha propiciado que la Fiscalía Anticorrupción haya solicitado al final del interrogatorio incautarse del dispositivo para estudiarlo. Su defensa se ha puesto alegando vulneración de derecho de defensa pero finalmente ha entregado su dispositivo a la Audiencia Nacional. Tras analizarlo, el juez se lo ha devuelto.
"Esto es muy deprimente"
Lo único que sí ha corroborado de la declaración de Martínez ha sido lo relativo a que Juan Cotino fue el que le habló de Villarejo. Sobre este episodio concreto ha explicado que el exdirector general de la Policía, fallecido este mismo año, le dijo que el comisario jubilado era una persona que había hecho muchos trabajos para el Estado; motivo por el cual Fernández Díaz envió a su subordinado a conocerle. De este modo, su negación a todos los hechos que se investigan en esta pieza séptima del caso Tándem ha provocado que el magistrado le confiese que la situación le parece "muy deprimente". En contra de lo expuesto por los imputados en sede judicial, los investigadores sospechan que el objetivo real de este operativo fue extraer a Bárcenas documentación clave que implicaría al partido en una financiación opaca.
Otro de los capítulos clave en esta investigación judicial es que la operativa se costeó con fondos reservados del Estado. De acuerdo con el sumario de la pieza, el exchófer de los Bárcenas-Iglesias cobró más de 53.000 euros por este encargo que se habría gestado desde la Dirección Adjunta Operativa de la Policía. Fernández Díaz ha negado cualquier control en la gestión de los fondos explicando que no es competencia del ministro del Interior sino de la Secretaría de Estado de Seguridad. Las fuentes consultadas explican que ha recurrido a la normativa legal sobre este asunto (Ley 11/1995, de 11 de mayo) y otras circulares internas.
De este modo el exministro, que también ha negado que el cura Silverio fuera su confesor, se ha pronunciado en los mismos términos que en el escrito que envió al magistrado el pasado mes de septiembre para pedir el archivo de su imputación. De acuerdo con dicho documento, adelantado por La Información, él no tuvo constancia de ninguna operación contra Luis Bárcenas. Además explicó que la gestión y autorización del uso de los fondos reservados compete a la Secretaría de Estado de Seguridad y añadió que él ni envió ni recibió los SMS que Martínez le atribuye y que obran el sumario de esta causa.
Martínez, por su parte, sí admitió la existencia de un operativo policial aunque dijo que lo único que hizo la Policía, según le constaba, fue investigar la fortuna de Bárcenas en el extranjero e incluso posibles vínculos con la camorra italiana. Tampoco implicó ni a Mariano Rajoy ni a Dolores de Cospedal, como dijo que haría en un primer momento si le llegaba el turno de declarar ante el juez. De este modo, el exsecretario de Estado acotó la operativa en exaltos mandos policiales, entre ellos José Manuel Villarejo, principal imputado en esta trama, y otros altos mandos policiales como Enrique García Castaño ('El Gordo').
Este último fue el que implicó al Ministerio del Interior en estos hechos y dijo que se compraron un ordenador y más material informático para volcar en ellos los dispositivos sustraídos a Bárcenas y dárselos a Francisco Martínez. Este último negó rotundamente esta versión y dijo que era normal que la Policía efectúe investigaciones no judicializadas que no se reporten a la cúpula del Ministerio y que se apoye en confidentes para las mismas. Con Fernández Díaz el magistrado instructor cierra la ronda de citaciones que acordó el pasado mes de septiembre tras levantar el secreto de sumario de esta pieza séptima del caso Tándem.
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