El fuego cruzado entre PP, Cs y PNV por los PGE anticipa un adelanto electoral

  • Los tres partidos que deberían aprobar los Presupuestos Generales del Estado se encuentran en las antípodas y protagonizan una semana de ataques.
Rajoy y Rivera en el Congreso.
Rajoy y Rivera en el Congreso.

Los Presupuestos Generales de 2018 están cada día más lejos de ser una realidad. PP, Ciudadanos y PNV han elevado los ataques cruzados entre sí en las últimas horas y han demostrado la falta total de sintonía entre los teóricos socios que deberían aprobar las llamadas "cuentas de la recuperación". Lo que deberían ser avances entre aliados se ha tornado en reproches, acusaciones y una nueva vuelta de tuerca en la batalla que mantienen las filas populares y naranjas a vueltas con la corrupción y las presuntas irregularidades financieras de la formación liderada por Albert Rivera.

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, es quien tiene la estrategia más clara: él quiere que haya Presupuestos este 2018, un libro amarillo que ya tiene avanzado y que sueña con empezar a tramitar antes de Semana Santa. Pero a partir de abril ya da por descontado que sería imposible sacar adelante las cuentas públicas, de ahí que su intención pase por apurar el mes y medio que queda negociando. El problema para el jienense es que las cúpulas de los tres partidos implicados andan a la gresca.

El fuego cruzado se inició tras las elecciones catalanas. Rajoy y Rivera se vieron en privado en La Moncloa para abordar el periodo postelectoral. Pero esa sintonía saltó por los aires cuando el presidente del Gobierno solo consensuó con el PSOE de Pedro Sánchez el recurso ante el Tribunal Constitucional contra la candidatura de Carles Puigdemont a la Presidencia de la Generalitat. Nadie del Gobierno avisó a Ciudadanos y lo que era colaboración entre populares y naranjas se tornó en desconfianza. Esta semana la tensión subió otro escalón cuando Rivera advirtió a Rajoy, en público, que se les estaba agotando la paciencia y pidió al PP cumplir el pacto de investidura (que supone apartar a la senadora investigada Pilar Barreiro) si quiere mantener la estabilidad.

Cs ha subido el diapasón contra el PP coincidiendo, además, con la fuerte subida que le pronostican las encuestas, tanto las de institutos demoscópicos como Metroscopia, como la del CIS. En Génova aseguran que los dirigentes naranjas "están como locos" por que Rajoy apriete el botón rojo, disuelva las Cortes y convoquen elecciones anticipadas, pero alguno de sus dirigentes, como Cospedal, ya ha advertido a sus rivales de que no quieran comenzar a construir la casa por el tejado. El incremento de la tensión se produje también en plena resaca de las declaraciones en sede judicial de Costa y de Granados contra el partido del que fueron destacados dirigentes.

En la sesión de control al Ejecutivo de este miércoles, el partido de Rivera decidió ampliar su ofensiva contra el que fuera aliado del Gobierno para sacar adelante los Presupuestos de 2017, el PNV. Fue Juan Carlos Girauta quien preguntó a Soraya Sáenz de Santamaría por la opinión de Moncloa sobre el "desafío a la democracia" que habían desplegado los nacionalistas vascos con lo que denominó "plan Ibarretxe II". No se olvidó de citar el "cuponazo", en relación a la extraña aprobación del Cupo vasco por parte del PP a finales del año pasado sin ninguna contrapartida a cambio. En Cs dicen que el PP trata mejor al PNV que a quienes defienden la soberanía nacional. 

La respuesta de los jeltzales no se hizo esperar. La réplica ha venido de la mano de Andoni Ortuzar, presidente del EBB, quien no se ha mordido la lengua: ha afirmado que "el mayor problema" de la política española hoy en día se llama Ciudadanos, partido que ha calificado de "talibán". También ha comparado a Rivera con Silvio Berlusconi por su "populismo atroz". "Intentar hacer política a golpe de encuesta y de titular periodístico no es lo mejor para el país. Tras los resultados de Cataluña, a Rivera le salen escaños en los ojos como al Tío Gilito le salían dólares. Es irresponsable y si la solución a los problemas de España viene de ese proyecto, el pronóstico es malo", ha añadido Ortuzar en una entrevista en Onda Cero.

El PP, por su parte, ha cargado contra sus socios de investidura por sus supuestas irregularidades contables tras la publicación del informe del Tribunal de Cuentas que detectó algunas deficiencias. El número tres de Génova, Fernando Martínez Maíllo, pidió a Cs que no hablara de "pureza"  y añadió: "No vale hablar de errores administrativos, sino dar explicaciones". De forma paralela, este jueves acudieron al Senado varios antiguos afiliados de Cs que denunciaron que algunos candidatos naranjas compraron su puesto en las listas de las municipales de 2015.

PP, Cs y PNV, los tres partidos que deben dar el 'sí' a los Presupuestos de Montoro caminan a día de hoy más lejos que nunca. Y la crisis catalana no parece que vaya a suavizar la tensión. Ante esta situación en el Gobierno ya han comenzado a trabajar con la hipótesis de que se tengan que prorrogar los Presupuestos de 2017 al no haber acuerdos. Fuentes de Moncloa comentan que es una posibilidad y que en ese caso aprobarían algunos asuntos pendientes utilizando la fórmula del Real Decreto-Ley, que luego tendría que ser convalidado en el Congreso. Se referían a la subida de sueldo de los funcionarios, a la rebaja del IRPF a las rentas más bajas o a la equiparación salarial de policías y guardias civiles con cuerpos autonómicos.

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