Puso en contacto a personas clave del espionaje

El marido de Cospedal maniobró para captar al chófer de Bárcenas como topo

Los mensajes de Francisco Martínez incriminan en el operativo a Rajoy y a Fernández Díaz: "Va diciendo que no sabía nada cuando es el origen de los líos".

María Dolores de Cospedal e Ignacio López del Hierro en la Plaza de Toros de Las Ventas
Cospedal y su marido ya se habían reunido con Villarejo en la sede del PP en 2009. 
EFE

La connivencia para espiar de manera ilegal a Luis Bárcenas no era únicamente entre la entonces cúpula policial y altos mandos del Partido Popular. En este operativo que se costeó con fondos reservados del Estado tuvo un importante papel Ignacio López del Hierro. El empresario y marido de María Dolores de Cospedal fue la persona que intermedió para lograr que José Manuel Villarejo se reuniera con el entonces jefe de seguridad de su mujer (Andrés Gómez Gordo) con una clara finalidad: conseguir que el chófer de Bárcenas se convirtiera en el topo y se hiciera con todo el material sobre una presunta caja 'b' del partido. 

En plena investigación judicial en la Audiencia Nacional por los papeles de Bárcenas en el año 2013, otro operativo encubierto se puso en marcha: el de captar al chófer del extesorero para conseguir documentos sensibles del PP requeridos entonces por Jorge Fernández Díaz y Cospedal. Entonces se acercó a él sin éxito otro de los principales imputados en el caso Tándem: Enrique García Castaño. Sus esfuerzos no vieron fruto y entonces Villarejo decidió apostar por un plan 'b'. Sabía que Sergio Ríos Esgueva había sido conductor de Francisco Granados y que conocía a Andrés Gómez Gordo, inspector y jefe de seguridad de Cospedal. Por ese motivo, se reunió con este último (al que apoda como 'Cospedín') y le pidió que le acercara a Ríos Esgueva.

Se trató de un encuentro clave para impulsar el operativo Kitchen y que se produjo gracias a la mediación de López del Hierro. De este modo consiguieron que Ríos Esgueva, también imputado en esta pieza séptima del caso Tándem, lograra cumplir con éxito esta misión que se prolongó hasta el año 2015. Así lo acredita la Fiscalía Anticorrupción en el escrito por el cual solicita la imputación de Fernández Díaz, Cospedal y López del Hierro y que acompaña de una serie de mensajes intercambiados entre el exministro del Interior con su entonces número 'dos' Francisco Martínez, como prueba del conocimiento que tenían del asunto. En ellos el exministro le informa de la identidad del chófer, le habla de contactos cecilios (con el CNI) y hasta le informa del triunfo del espionaje."La operación se hizo con éxito. Se ha volcado todo. Mañana tendremos informe".

"Soy un pringado utilizado"

Aunque Fernández Díaz siempre negó conocer el operativo Kitchen -en referencia al chófer, apodado 'cocinero'- los avances de la causa han terminado por dejarle al borde de la imputación. Una de las claves del progreso de las pesquisas las tiene el exjefe de la UCAO, Enrique García Castaño. 'El Gordo', que colabora con la Justicia, fue el que destapó en la Audiencia Nacional "la directa participación" de Francisco Martínez. En concreto, dijo que el volcado de los pendrives de Bárcenas se lo dio al exnúmero dos de Interior y que lo hizo a través de un ordenador que se compró también con fondos reservados del Estado y que ocultó en la Comisaría General de Información de la Policía en Canillas.

Las revelaciones de García Castaño fueron más allá destapando una cadena de mensajes que se había intercambiado con Martínez. En ellos, éste último le pedía hablar para llegar a un acuerdo judicial y evitar más imputaciones.  "Necesariamente conllevará la citación de Jorge y probablemente de Rajoy. Desde luego, nada más lejos de mi deseo", dijo para añadir en la última de las comunicaciones intercambiadas, en enero de este año, que se defendería "con todos los argumentos". Esa defensa a la que alude Martínez y de la que ha tenido conocimiento Asuntos Internos se refiere a que meses antes, en los meses de junio y octubre de 2019, depositó ante notario todas las interlocuciones que mantuvo con Fernández Díaz ante la sospecha de que podría terminar imputado en la causa, como así ocurrió a comienzos de año. 

"Soy un pringado utilizado (...) pero eso me exonera (...) es evidente que no valoré bien los riesgos lo que quise es ser leal y eficaz... tal vez demasiado leal", se lamenta el exsecretario de Estado el cual incluso llegó a pedir a Rajoy que no le dejaran "tirado" en esta investigación. De ahí que su tono cordial mantenido con el exjefe de la UCAO se endureciera conforme se acercaba su imputación. "La estrategia es hacer un sándwich entre Cosidó que no sabía nada y el hijo puta del Jorge, que no solo va diciendo que no sabía nada cuando obviamente es el origen de todos los líos", apuntilló en conversación con un periodista. 

Ocultaron la fortuna de Bárcenas

Todo esto lleva a los fiscales Anticorrupción a sentenciar que hay pruebas "concluyentes" contra el exministro popular a quien acusan además de saber que desde la Dirección Adjunta de la Policía se pagó un sueldo mensual al chófer de Bárcenas e incluso se le compró una pistola de 700 euros con partidas de los fondos reservados no justificadas. El Ministerio Público, que muestra su malestar porque el departamento que ahora dirige Fernando Grande-Marlaska no le haya remitido información sobre este asunto, también denuncia que los inculpados sabían que Bárcenas poseía dinero oculto en el extranjero, más allá de la fortuna ilícita que amasó en Suiza.  

"Bárcenas quiere que no le toquen lo que le queda de su dinero que tiene en Cracovia y Canadá", trasladó El Gordo a Francisco Martínez. Anticorrupción denuncia que ni Interior ni la Policía pusiera estos hechos en conocimiento del magistrado de la Audiencia Nacional José de la Mata que investiga la famosa caja 'b' del Partido Popular. Un reproche más que apuntala su acusación contra los exaltos cargos del PP cuya imputación por los delitos de prevaricación, revelación de secretos y malversación, decidirá de forma inminente el magistrado al frente del caso Tándem, Manuel García Castellón.

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