Ortega & Torretta: el mayor imperio del 'low cost' sella su unión con las pasarelas

  • El enlace sella la unión de dos apellidos y dos grupos textiles que juegan en distintas bandas, la de la moda asequible y la del lujo. 
Fotografía, remitida por los contrayentes, de Marta Ortega y Carlos Torretta, durante la ceremonia en la que han contraído hoy matrimonio en el domicilio familiar de A Coruña, en Galicia. EFE/Peter Lindberg /SOLO USO EDITORIAL/
Fotografía, remitida por los contrayentes, de Marta Ortega y Carlos Torretta, durante la ceremonia en la que han contraído hoy matrimonio en el domicilio familiar de A Coruña, en Galicia. EFE/Peter Lindberg /SOLO USO EDITORIAL/
EFE/Peter Lindberg /SOLO USO EDITORIAL/

La boda de Marta Ortega y Carlos Torretta sella la unión de dos apellidos y dos imperios textiles que juegan en distintas bandas. El de ella gana la batalla de la moda asequible y el de él juega su partido en la moda de autor. Cuando Marta Ortega y Carlos Torretta nacieron, sus progenitores ya habían construido sus particulares emporios con presencia en balances, en la calle y en las pasarelas y revistas de moda.

Mientras Amancio Ortega, padre de la novia, había puesto la primera piedra de Inditex, que ha logrado un hueco en millones de hogares con firmas como Zara, Oysho o Bershka, los diseños de Roberto Torreta pisaban las pasarelas de moda y se vendían en boutiques de lujo.

Dicen que 'la sucesora' siempre tuvo libertad para elegir su destino y ella optó por la firma que fundó su padre en 1963, en un pequeño taller en el que se cosían vestidos y batas de mujer. El año de su nacimiento, la empresa abría su primer centro de distribución en Arteixo, el centro neurálgico actual de la empresa. Ella ha ido escribiendo su camino desde abajo y siguiendo la máxima de la empresa de que los empleados deben forjarse en los establecimientos de todo el mundo.

Marta estuvo un año cumpliendo con este itinerario personal para después recalar en el departamento creativo de Zara Woman en la localidad gallega. Ahora, a sus 34 años, cuenta con diez años de trayectoria en el negocio familiar. La joven ha experimentado un crecimiento de vértigo tanto en experiencia como en presencia e imagen. 

Formada en gestión empresarial, se ha decantado por la vertiente más creativa. Afirman que cada vez tiene más peso, no tiene cargo ni despacho y desempeña varias funciones, pero sus compañeros la definen como “la mano derecha” de Beatriz Padín, directora de Zara Woman y, a su vez, mano derecha de Amancio Ortega. Aseguran que la sucesión pasa porque ella se convierta en la heredera del negocio textil mientras su hermana Sandra, fruto del primer matrimonio de Amancio, se quede con el inmobiliario. Pero eso solo lo sabe el fundador del imperio y los suyos.

Su evolución también ha sido paulatina en el entramado empresarial familiar. Pese a no ostentar ningún cargo directivo en Inditex, figura como consejera y es accionista de Grilse S.L., la sociedad patrimonial que gestiona el Centro Hípico Casas Novas, que Ortega creó para que Marta diera rienda suelta a otra de sus pasiones: la hípica. El lugar ha logrado un hueco en el circuito internacional y se convierte, dos veces al año, en la sede de campeonatos de salto.

En la sociedad el cargo de presidenta está reservado para Flora Pérez, su madre y segunda mujer de Amancio, que ha desaparecido del organigrama empresarial. No ha sido el único puesto que ha abandonado. Hace casi un año que inició su retirada –tal y como refleja el Registro Mercantil-, dejando su cargo como apoderado, por ejemplo, en sociedades como Zara, Pull & Bear, Massimo Dutti, Oysho o Zara Home, filiales logísticas o las sociedades encargadas de la gestión en España. Mantiene, eso sí, la presidencia de Pontegadea, la matriz del grupo que, a cierre de 2017, consolidaba unos activos de 29.028 millones de euros y un patrimonio neto de 21.006 millones.

Más mediática que Amancio Ortega

Si bien empezó como empleada al uso de Inditex, fiel a las pautas de discreción que instauró su padre hace ya muchos años, la presencia de Marta Ortega ha ido calando poco a poco en el ideario empresarial. La hemos visto sentada, como una más, entre el resto de accionistas anónimos en las juntas de la compañía con una imagen sencilla. También en los 'front row' de las pasarelas internacionales de moda junto a otras herederas o estrechando manos de políticos en representación de la Fundación de su padre. En el plano personal, ha pasado de ser la tímida y huidiza hija amazona de Amancio Ortega a ser la modelo más personal o la mejor embajadora de Zara, la marca más conocida del imperio.

Marta también es socia de Pontegadea Inversiones, la sociedad por excelencia del entramado, que en 2017 registró un beneficio de 1.475 millones de euros. Integra la filial inmobiliaria, Pontegadea Inmobiliaria, y Partler 2006 S.L. , que es la que gestiona los dividendos del 'pater' y en la que su hija ocupa el cargo de vicepresidenta. Los 'Ortega' son dueños de edificios emblemáticos en la milla de oro de las principales ciudades del mundo. Como muestra, Torre Cepsa, la Torre Picasso y del edificio de Gran Vía 2 en Madrid o de la sede de ‘The Economist’ en Londres.

Por último, tiene cargo de apoderada en las sucursales de Barcelona y Madrid de Commerzbank, el segundo banco comercial privado de Alemania. En su filiación mercantil ha ostentado puestos en otras sociedades ya extinguidas coma Alazan Inversiones 2001 Sicav S.A., dedicada también a las inversiones patrimoniales. Su papel más 'humano' lo expresa desde 2015 a través de su sillón como vocal en el patronato de la Fundación Amancio Ortega que dona millones de euros a diferentes causas.

Carlos, el agente de modelos 

Carlos Torretta es el otro apellido en esta historia. A otro nivel, ha crecido también en el mundo de la moda. Hijo pequeño de Carmen Echevarría, empresaria de moda, y el diseñador argentino, Roberto Torretta, dueño de la marca con el mismo nombre también consolidada, aunque no con la magnitud de Inditex.

Graduado en Bellas Artes y Publicidad por la Universidad de Pace en Nueva York, sus primeros inicios fueron en publicidad para después convertirse en el agente de modelos. No fue hasta que se afianzó su relación con la ‘Zarina’ –como se llama coloquialmente a Marta-, cuando decidió mudarse a Madrid. Actualmente es el director gerente de Elite Model en España y, desde julio, es administador único de West Village Images, una sociedad cuyo objeto social es la creación, adquisición, tenencia, transmisión, venta, licencia y explotación de imágenes fotográficas con domicilio social muy cerca del ático de casi 500 metros cuadrados que Marta ha adquirido con su madre en la capital, tal y como publicó 'Vanitatis'.

También será uno de los herederos, junto a su hermana, de los negocios de sus padres que se gestionan a través de la empresa Snif S.A., cuyo accionista mayoritario es su padre. Cuentan que Carmen es el cerebro tras la marca Roberto Torretta. Cuando se conocieron, él diseñaba pantalones y ella fue la que le convenció para crear la firma. Primero idearon Snif y, más tarde, lanzaron la compañía de moda. Ella ha tenido una tienda de moda en la zona de la madrileña calle Almirante y hasta un negocio de bisutería con la cantante Massiel, madrina de su hija María.

No es posible comparar ambos negocios. Si Inditex ha logrado hueco en los hogares de medio mundo gracias a una moda asequible y obtiene millones de euros de beneficios, que sitúan a Amancio Ortega como el sexto hombre más rico del mundo, su consuegro firma diseños de autor que pisan las pasarelas de moda más selectas, pero que ha sufrido la crisis en su cuenta de resultados. En 2016 facturó ventas por algo más de 300.000 euros y unos ingresos de explotación por otras actividades de 702.000 euros, según el Registro Mercantil. Quien sabe si no firmarán alguna línea común.

Mostrar comentarios