Objetivo: frenar el auge de Vox

PSOE y UP presionan a Díaz para lanzar su proyecto ante la caída de la izquierda

Las formaciones que sustentan el Gobierno de coalición urgen a la vicepresidenta a que defina ya su "frente amplio" de cara a abonar futuros terrenos electorales tras el resultado en Castilla y León.

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, en la presentación del acto 'Baleares es futuro: el nuevo turismo que liderará la postpandemia', en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, a 17 de enero de 2022, en Madrid, (España). Durante el evento, celebrado dos días antes de la inauguración de Fitur, la presidenta del Govern de Baleares ha presentado una nueva Ley turística en el archipiélago. Con esto, el Govern busca una nuevo marco legal del sector turismo que permita caminar hacia la circularidad. Asimismo, incluirá un cambio profundo en la clasificación hotelera, que es el sistema por el que los hoteles obtienen o mantienen estrellas. 17 ENERO 2022;BALEARES;MADRID;REINA SOFIA;LEY;TURISMO Alejandro Martínez Vélez / Europa Press 17/1/2022
PSOE y UP presionan a Díaz para lanzar su proyecto ante la caída de la izquierda
Europa Press

La indefinición de Yolanda Díaz está perjudicando al espectro político de la izquierda, porque desmoviliza el voto a ese lado y favorece el auge de la extrema derecha como muleta del PP. Es la reflexión que hacen en los partidos que sustentan el Gobierno de coalición tras analizar los resultados de las elecciones en Castilla y León. Tanto el PSOE como Unidas Podemos respetan los tiempos de la vicepresidenta, pero en ambas formaciones coinciden en señalar la necesidad de que defina ya su "frente amplio" de cara a abonar futuros terrenos electorales y movilizar al votante de izquierdas.

Yolanda Díaz no se pronunció sobre el 13-F hasta la tarde del lunes. Después de horas de intensa reflexión interna sobre resultado de las primeras elecciones con ella a los mandos del espacio confederal tras la salida de Pablo Iglesias del Gobierno, la vicepresidenta rompía su silencio con un triple mensaje en el que cargaba contra Vox, pedía una reflexión profunda e insistía en la necesidad de poner en marcha un nuevo proyecto de país. Pero Díaz, que está dando los primeros pasos de lo que ha bautizado como un "proceso de escucha" de la sociedad civil de todo el territorio, no termina de definir en qué va a consistir su candidatura y esa indefinición está poniendo nerviosa a la izquierda y, en particular, a socialistas y morados.

Tanto en el PSOE como en Unidas Podemos respetan que es la vicepresidenta la que debe marcar los tiempos de su proyecto político propio, pero también admiten que cuanto antes despeje las incógnitas sobre su futuro y descifre las claves del cuándo, el cómo y el quién es quién, mejor para el conjunto de la izquierda. Los socialistas consideran que ellos han cumplido en Castilla y León, que han retenido el voto y que se han quedado incluso a 15.000 votos de ganar las elecciones, pero el problema es que el hundimiento de Unidas Podemos deja el espectro sin alternativa clara y desmoviliza a los votantes de izquierdas. En definitiva, aspiran a que ese voto no se quede en casa con una eventual candidatura de Yolanda Díaz que permita coser a la izquierda.

En UP hacen autocrítica. Saben que el resultado del 13-F es malo (el batacazo en los últimos siete años es sonoro, pues se han quedado con un solo procurador, frente a los 10 que tuvieron en 2015) y que su futuro pasa por la actual vicepresidenta sí o sí. Los morados están preocupados por que la excelente imagen de Yolanda Díaz en los sondeos no se transforme en votos para Unidas Podemos, más si cabe tras la aprobación de la subida del salario mínimo en plena campaña y de la reforma laboral, que salió por error del PP, pero quedó aprobada. Aunque es sabido que Díaz no tiene el carné de Podemos, esperaban que sus logros ayudaran, pero los resultados demuestran que no ha sido así y esto preocupa de cara a futuros procesos electorales como las andaluzas o las próximas municipales y autonómicas, donde aspiran a recuperar el peso territorial perdido.

La foto finish de las elecciones en Castilla y León ha encendido las alarmas en Unidas Podemos, porque esperaban que la vicepresidenta tuviera un mayor tirón en la primera cita con las urnas del espacio confederal tras la sucesión en el área morada del Gobierno. Pero la escasa presencia de Díaz en la campaña podría haber jugado en su contra. Al respecto, el coportavoz estatal de Podemos y candidato a los comicios, Pablo Fernández, justificaba este lunes de resaca electoral el hecho de que la vicepresidenta solo participase en un acto de campaña por haber estado concentrada en lograr avances de "enorme importancia", como aprobar la reforma laboral y propiciar la subida del salario mínimo interprofesional y descartaba entrar en conjeturas sobre qué hubiera pasado si Díaz hubiera protagonizado más actos.

El análisis que hizo la vicepresidenta de los resultados electorales en sus redes sociales apuntaba en varias direcciones. Primero, tachaba de "pésima noticia" que la sanidad, la educación, los derechos de las mujeres, el trabajo, el bienestar social dependan de Vox en Castilla y León". Después continuaba afirmando que "hay un debate entre la España que crece y la España que mengua: la despoblación, la emergencia climática, las infraestructuras y los servicios básicos son problemas reales y deben ser abordados en un nuevo proyecto de país". Y concluía: "Toca una reflexión profunda. La ciudadanía que quiere cambios y exige ambición de transformación está ahí esperando. Solamente tenemos que mirar al lugar correcto y estar a su altura".

Las palabras de Díaz no hicieron más que azuzar la incertidumbre entre la izquierda. Esa "reflexión profunda" para "mirar al lugar correcto y estar a su altura" generó un mar de dudas y mucha confusión. En algunos flancos interpretaron que la vicepresidenta estaba cuestionando el foco de la campaña de UP en Castilla y León. Otros apuntaron a la complejidad de sumar respaldos en los distintos territorios y a la posibilidad de que esa estrategia pudiera acabar por dividir el voto sin una implantación territorial clara. Todo, mientras los socios habituales de Díaz a nivel nacional, en especial ERC, ha venido lanzando advertencias veladas a la vicepresidenta sobre la eventualidad de retirarle apoyos clave a su futuro proyecto político si sacaba adelante la reforma laboral con Ciudadanos, como así sucedió, tras oponerse a respaldar lo que consideran "proyectos personales".

Díaz también se enfrenta a la presión que ejerce Pablo Iglesias desde fuera del Gobierno. En su análisis sobre los resultados de los comicios en Castilla y León, ha sido contundente: "Son muy malos". Tras explicar que la formación morada tenía un buen candidato y que en la última semana se aprobó la subida del SMI a 1.000 euros y la reforma laboral, el ex vicepresidente del Gobierno lamentaba que "con eso, hemos llegado a un escasísimo 5% de los votos". En este punto, Iglesias advertía de la necesidad de conformar un "frente amplio", de "recomposición" y de "un liderazgo como el de Yolanda Díaz" para hacer frente al auge de la extrema derecha y una hipotética suma con el PP que le llevaría a gobernar juntos, no sólo en autonomías, también a nivel nacional, pero ante este escenario advertía de que, debido a "la aspereza de la batalla ideológica", un liderazgo como el de Díaz "no va a bastar". "Hay razones para estar muy preocupados", concluía.

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