Dos años después de la moción de censura

El momento más débil de Sánchez: ERC revive el 'fantasma' de los Presupuestos

Gabriel Rufián, el pasado martes en el Congreso
Gabriel Rufián, el pasado martes en el Congreso
EFE

Ni cuatro meses ha durado el 'idilio' entre Pedro Sánchez y Oriol Junqueras. O, para ser más precisos, entre el PSOE y ERC. Los republicanos acaban de volver a romper el bloque de la moción de censura de 2018, que quedó aún más unido si cabe tras la formación del Gobierno de coalición, y van a votar 'no' a la cuarta prórroga del estado de alarma. Con esta decisión los independentistas colocan al presidente en su posición más débil desde que ganó las elecciones, teniendo que hacer frente a una situación límite en minoría parlamentaria. En el gabinete de Presidencia empiezan a mover hilos para evitar lo que ocurrió a principios de 2019 cuando Sánchez tuvo que convocar elecciones al no poder aprobar los Presupuestos.

No ha sido una decisión fácil para Esquerra pero la ha consumado en uno de los momentos clave en la lucha contra el coronavirus, en plena puesta en marcha del plan de desescalada. Los independentistas estaban divididos. El histórico Joan Tardà, a quien en la sede de la calle Calabria todavía siguen escuchando, se posicionó a favor de la abstención. Pero la postura final fue categórica: "No es no". El comunicado no dejaba lugar a dudas: piden que la Generalitat tome a partir de ahora las decisiones, que se ponga punto y final al estado de alarma y que desmilitarice la situación. Son unas condiciones inasumibles en este momento para el Gobierno central.

El voto negativo de ERC no pone en peligro la votación de la cuarta prórroga, aunque el PP se sume a este bloque. Sánchez solo perdería la votación si Cs y el PNV se van al 'no'. El presidente habló ayer con Inés Arrimadas y acordaron abrir una negociación. Sabin Etxea, de momento, no se ha pronunciado. El Gobierno conseguiría el 'sí' de PSOE, UP, Más País, BNG, PRC y Teruel Existe, sumando 161 votos. En el 'no' ya están ERC, JxCAT y la CUP. EH Bildú aún no ha manifestado su voto.

ERC, eso sí, ha calculado bien su decisión. Rufián ha dejado claro que aunque el decreto no salga adelante en el Congreso el estado de alarma no decaería ya que el Gobierno podría provocarlo vía decreto. Con su particular estilo el portavoz del grupo ha explicado que "entre repartir bocatas de calamares en el cierre de Ifema mientras criticas el 8M y recibir cualquier decisión del Gobierno complacientemente, hay un término medio. El de la política. Y ahí seguimos. Horizontalidad y corresponsabilidad. Pd: nada cae si el Estado de Alarma cae". 

A Moncloa le quedan a partir de ahora dos opciones: PP o el bloque de la moción y la investidura. Sobre todo pensando en la siguiente prórroga del estado de alarma, la que debería llegar en quince días. Fuentes socialistas ya destacan que el grupo de partidos que consiguió con su voto que Sánchez llegara a La Moncloa en junio de 2018 es la prioridad teniendo en cuenta, además, que hay mesa negociadora (en 'stand by') de por medio.

Entre los socialistas no pasa desapercibido que ERC también está actuando en clave electoral. Quim Torra puede convocar los comicios autonómicos en Cataluña en cualquier momento, por eso la decisión la enmarcan en ese contexto. Estas fuentes consideran, por tanto, que el 'no' anunciado previamente por el partido de Carles Puigdemont ha condicionado la decisión de los republicanos.

Esta debilidad de Sánchez es solo parlamentaria. La coalición con Unidas Podemos está engrasada y va avanzando en la desescalada. De hecho este mismo lunes se ha vuelto a celebrar en La Moncloa una nueva reunión del comité técnico donde están presentes tres cargos de Unidas Podemos: el vicepresidente Pablo Iglesias, su jefe de gabinete, Julio Rodríguez y la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

Las duras condiciones de ERC

ERC ha explicado en un comunicado cuáles son sus razones para votar 'no' este miércoles: "El estado de alarma no es el mecanismo adecuado", considera el partido tras la ejecutiva celebrada este lunes. "Se ha demostrado que no lo era durante toda esta crisis y así lo hemos denunciado. La centralización ha sido un error", añade. "Nos abstuvimos por responsabilidad y para dar un voto de confianza al gobierno español. Y pedimos rectificación en la retirada de competencias y espacios de soberanía. No lo han hecho. No han escuchado. No podemos seguir dando nuestros votos para facilitar este estado de alarma", concluyen en un tono duro con el Gobierno.

Esquerra Republicana considera que "Cataluña debe poder decidir con las plenas competencias cómo se aborda la nueva fase de desconfinamiento en la que entramos, porque las decisiones y su aplicación son mucho más efectivas desde la proximidad y con el máximo conocimiento de la realidad social". Los republicanos consideran que "debe acabar la militarización y la restricción de derechos, libertades y competencias que impone el estado de alarma".

Y piden a Sánchez que deje de usar términos bélicos y lanzan un dardo hacia Margarita Robles: "Esto no es una guerra, no necesitamos un mando único del Ministerio de Defensa, esta situación debe gestionarse con criterios médicos y políticos como hemos defendido desde el principio. Se deben prorrogar las medidas excepcionales, no el estado de alarma".

"Entramos en un cambio de fase, entramos en la fase del desconfinamiento, y no podemos permitir que se vuelvan a repetir los errores que se han dado en la primera fase. Esta segunda fase requiere de la asunción de las competencias de gestión propias del Govern de la Generalitat", piden desde el partido dirigido por Oriol Junqueras.

ERC defiende la labor del Ejecutivo de Torra: "Durante casi toda la crisis sanitaria, el Govern catalán se ha anticipado y ha marcado el camino y los escenarios futuros, haciendo incluso rectificar a menudo al Gobierno español. No queremos que rectifiquen, queremos poder tomar las decisiones en función de la opinión de los expertos y conociendo plenamente la realidad social de nuestro país, no con decisiones tomadas a 600 km".

"Debemos poder gestionar esta segunda fase desde Cataluña, sin tener que esperar autorizaciones ni rectificaciones, sin duplicidades de trabajo y sin pedir permiso para hacer aquello por lo que la ciudadanía nos ha elegido. Corresponsabilidad, empoderamiento ciudadano y decisiones basadas en datos. Esto es lo que toca a partir de ahora y creemos que sólo se puede hacer con las plenas competencias de Cataluña recuperadas", concluyen.

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