Contraataca a las acusaciones

Saracho aporta más de 30 correos al juez para probar que no dinamitó el Popular

El banquero niega filtrar información negativa del banco, desmiente que su única alternativa fuera venderlo y dice que no negó el proyecto estrella de Ron. 

Emilio Saracho
La defensa de Saracho descarta también ser el único que conocía la salida de Pedro Larena
efe

Emilio Saracho no quiere que se le siga señalando como una de las personas responsables del fin del Banco Popular a mediados de 2017. El último presidente de la entidad ha remitido un denso escrito a la Audiencia Nacional en el que recoge más de una treintena de correos electrónicos intercambiados con el entonces responsable de comunicación del banco, Carlos Balado, y otros cargos. Su objetivo es desligarse por completo de la filtración a prensa de informaciones muy nocivas para el Popular en un momento especialmente crítico. Además, también trata de probar que su principal objetivo no fue venderlo, sino que barajó durante un tiempo la opción de ampliar el capital. 

De este modo hace alusión a la existencia de lo que se bautizó como Plan de Comunicación Fénix, para abordar la estrategia a seguir en prensa tras la emisión del hecho relevante del 3 de abril de 2017 en el que se anunciaba la reexpresión de las cuentas del ejercicio anterior. El objetivo sería frenar la sangría de noticias que apuntaban al estado crítico de la entidad y que algunos imputados en la causa han atribuido directamente a Saracho. El que fuera director ejecutivo de JP Morgan también recuerda el episodio de salida de Pedro Larena y niega que fuera el único que conociera su marcha de la entidad. De hecho, recurre al interrogatorio que prestó el exCEO del Popular para desmentir este extremo.  

"¿Quien conocía dentro del banco su decisión de marcharse?", le preguntó el magistrado José Luis Calama Teixeira durante el interrogatorio de diciembre del año pasado, a lo que Larena respondió: "Por mí Emilio Saracho. Creo que lo conocía también en algún momento Ángel, pero eso fue dos semanas antes (...). Emilio se lo contó al Consejo, según me dijo, a todo el Consejo, a todos los consejeros", explicó. Con todo, Balado en su turno como testigo achacó esta filtración a Saracho asegurando que solo él sabía de su partida. Uno de los correos aportados por Saracho es el que envió la exconsejera Reyes Calderón a finales de marzo, antes de la emisión del hecho relevante, en el que explicaba a Saracho que en Deutsche Bank sabían de la salida de 'Pedro'. "Si lo lees, no te pille de sorpresa", le dijo. 

La venta del banco

Balado también mantuvo que Saracho no barajó otra idea desde su llegada al Popular que no fuera "estampar el avión en la boca de Danièle Nouy", entonces presidenta del Consejo de Supervisión del BCE. De hecho, el entonces dircom aseguró que su salida de la entidad se produjo precisamente porque quiso desde siempre vender el Popular. "A fecha de 8 de febrero las indicaciones de mi mandante eran que desde el banco se contemplaban todas las opciones para abordar el futuro de la entidad", reza el escrito entregado al Juzgado Central de Instrucción número 4 y recogido por este diario. Se refiere a la respuesta que le dio a un correo de Balado en el que le trasladaba que se había hecho un reportaje sobre todas las "posibilidades" que tenía entonces el Popular. 

"A medida que se acerque la Junta nosotros mantenemos la posición de dejar todas las posibilidades abiertas", dijo el jefe de comunicación. "Gracias, me parece bien que hay que dejarlas todas", respondió Saracho. "De motu propio, el que fuera dircom del Popular -siguiendo la posición del Sr. Ron Gümil, aún presente de hecho en la entidad, pero de salida- trasladó a los medios de comunicación que la entidad no estaba contemplando como opción posible una ampliación de capital cuando, de facto, sí era una de las alternativas sobre la mesa", recoge el escrito. El mismo aclara que, entre todo ese abanico de posibilidades para hacer frente a la fuga de depósitos, se encontraba el proyecto Sunrise que su antecesor en el cargo diseñó para deshacerse del ladrillo. En su intervención en sede judicial, Ángel Ron sacó pecho de esta iniciativa que no llegó a materializarse e incluso dijo que el BCE le trasladó la idea de cogerlo como modelo para otras entidades de la Unión Europea.  

"Sunrise seguirá vivo"

"Dile (al periodista) que Sunrise seguirá vivo porque es un concepto innovador y valioso al que aún no le ha llegado su tiempo, lo que se está haciendo en Italia apunta a que Sunrise puede estar más cerca de lo que yo mismo pensaba", expuso en uno de los 'mails' remitidos al dircom. No obstante, deja entrever que la propuesta del anterior equipo directivo para desprenderse de unos 15.000 millones de euros en activos vinculados al ladrillo afrontaba "muchos riesgos financieros y dificultades" que terminaron haciéndolo inviable. De nuevo señala a Balado en lo que respecta a la redacción del 'speech' que pronunció Saracho en la Junta General del 10 de abril de ese año. En el acto dijo que el banco no tenía más salidas que una ampliación de capital o una fusión.

En lo que respecta a la información publicada por El Confidencial el 11 de mayo en la que señalaba que se encargaba la venta urgente del Popular para evitar la quiebra, Saracho trata de demostrar, apoyándose en las declaraciones practicadas en la causa penal, que se movilizó para tratar que el digital rectificara su información. De este modo el banquero arremete contra las voces que le señalan a él como uno de los máximos responsables la pérdida de su valor hasta provocar su resolución y posterior venta al Santander por un euro. El caso que arrancó la Audiencia Nacional hace ahora tres años se centra, por un lado, en indagar presuntas irregularidades en la ampliación de capital de 2016, y, en otro, en esclarecer si hubo filtraciones negativas que provocaron el hundimiento del banco. En esta última línea de investigación se trata de dilucidar también si el heredero del Popular contó con información privilegiada para hacerse con la entidad. 

Mostrar comentarios