Claves de la operación

BBVA y Sabadell chocan con el enigma de su fusión: el Brexit y el futuro de TSB

El anuncio del proyecto de fusión entre los dos bancos, con sendas ‘due diligences’ en ambas direcciones, sorprende al mercado cuando todavía digería la venta de BBVA USA. 

Carlos Torres se hace un selfie en la Fundación Cecotec tras el anuncio de la venta de BBVA USA.
Carlos Torres se hace un selfie en la Fundación Cecotec tras el anuncio de la venta de BBVA USA.
EFE

Ni ecuación de canje, ni organigrama u hoja de ruta. El tercer gran anuncio de boda bancaria de 2020, entre BBVA y Banco Sabadell, confirmó un secreto a voces, pero sorprendió a los inversores cuando todavía estaban rumiando la operación del año: la venta del BBVA USA por 9.700 millones de euros. Parte de esa montaña de capital irá a sufragar las necesidades de capital de la fusión, evitando la temida ampliación de capital dineraria con la valoración actual con un amplio descuento de 0,5 veces valor en libros de BBVA o de 0,18 veces en el caso de Sabadell.

Pero conforme los equipos de Deloitte (para BBVA) y PWC (para Sabadell) siguen trabajando en las ‘due diligences’ de activos y la propuesta de ecuación de canje, las incógnitas comienzan a aflorar como el papel que ocupará el británico TSB, filial de Sabadell. La incertidumbre sobre el desenlace del Brexit pone en cuarentena un activo que no está en los ‘mercados core’ definidos por BBVA tras la salida de EEUU, según explican fuentes financieras a ‘La Información’. El banco que preside Carlos Torres ha recalcado esta semana que buscan oportunidades allí donde han demostrado que saben hacerlo bien (España, México) en términos de rentabilidad, y Reino Unido no aparece, a priori, en su mapa.

La presencia de BBVA en UK es marginal más allá de los servicios de banca institucional y corporativa. En el caso de Sabadell, el negocio británico ha menguado en 2020 el 25,8% de su margen de intereses hasta septiembre, un punto menos que en 2019. Son 659 millones de euros de enero a septiembre, un 9,3% menos que el año anterior. En la misma línea se sitúa el margen bruto del periodo. Pero la peor foto aparece al final: las pérdidas se han multiplicado por 31 veces, desde 5 a 155 millones de euros, como consecuencia de las mayores provisiones, la caída de tipos y en comisiones.

TSB, en pérdidas

La venta potencial del TSB implicaría asumir amplias pérdidas frente a los 1.700 millones de libras (2.300 millones de euros) que pagó Sabadell hace cinco años. Hoy es el valor del 100% del grupo que preside Josep Oliu en bolsa, aunque su venta ayudaría a equilibrar el canje de la fusión con BBVA. “Me gustaría destacar que con la aceleración de su reestructuración, TSB está en camino de volver a la rentabilidad subyacente y alcanzará el punto de equilibrio en 2021”, recordó el consejero delegado, Jaime Guardiola, el pasado 31 de octubre. El director financiero, Tomás Varela, subrayó que el mercado está esperan a que la franquicia británica muestre que es rentable y eso cambiará su valoración. ¿Una venta? "Por supuesto, no revelaremos nuestras opiniones sobre si vender o no el TSB, pero como siempre hemos dicho, cuando tengamos la opcionalidad, tendremos en cuenta la mejor opción en términos de valor”, aclaró Varela ante los analistas.

La fusión de BBVA con Sabadell es una operación defensiva que aporta tiempo para ambos bancos a la hora de decidir su futuro. Al primero para hacer números sobre sus próximos movimientos con su nueva capacidad financiera. Al segundo para contener la presión del mercado ante la crisis del Covid-19 y su mayor exposición a pymes y turismo en el arco Mediterráneo, el área más afectada por la recesión. Guardiola orientó la toma de decisiones a una cuestión de “semanas”. Este periodo que coincide con la reunión clavel del Banco Central Europeo (BCE) del 10 de diciembre en la que se recalibrarán los instrumentos de compra de compra de activos (PEPP) y las subastas de liquidez ilimitadas a la banca (TLTRO) de las que dependen no solo la fusión, sino todas las hojas de ruta bancarias para 2021.

Ese mismo día, o poco después, está previsto que el consejo de supervisión del BCE se pronuncie sobre el veto a los dividendos y recompra de acciones que vence en enero. Fuentes del mercado apuntan a este diario que el BCE baraja elevar los requisitos de capital en, al menos, 0,25 puntos en los ratios de referencia CET1, ante la incipiente ola de morosidad embalsada durante la pandemia del Covid-19, aunque puede abrir la puerta a que los bancos puedan volver a remunerar a sus accionistas.

Ecuación de canje

La integración de BBVA y Sabadell está pendiente además de las aprobaciones regulatorias a la venta de su filial en EEUU al PNC Financial, una operación que reducirá la competencia bancaria en el país y puede ir en contra de las tesis defendidas por el presidente electo Joe Biden durante la campaña a las presidenciales. En cualquier caso, el importe de la venta (9.700 millones de euros) no llegará a La Vela hasta abril o junio, según el consejero delegado, Onur Genç. Este fleco no debería afectar a la fusión española porque está previsto que se realice un canje de acciones.

Por el momento, los inversores han comenzado a ajustar su valoración en favor del Sabadell tras la primera sesión bursátil completa en la que ha cotizado la operación. Al precio actual, este canje quedaría situado a cierre del martes en una proporción próxima a 1 acción de BBVA por cada 8 títulos del Sabadell. En términos de activos, la diferencia de tamaño del primero solo triplica a su compañero de fusión. Sin embargo, la posición de capital extra con la que cuenta el banco de Torres y Genç marca las diferencias en la operación amistosa, de ahí la revisión de activos recíproca que van a realizarse ambas entidades. En esa fase de estudio se sitúa también el cierre de estructura y los despidos. Barclays estima la duplicidad en 1.200 oficinas, lo que podría redundar en una reducción de 5.000 a 7.000 empleos.

La operación corporativa se une a las que están realizando Caixabank y Bankia, por un lado; y Unicaja con Liberbank, por otro. El 'BBVASabadell' se convertirá de largo en la segunda mayor franquicia bancaria por detrás del superbanco de La Caixa y el Estado, aunque por delante del Santander España que integró Banco Popular en 2017. “Esto deja una clara brecha entre los tres principales prestamistas nacionales y el resto del mercado (...) Creemos que la ola de consolidación fue provocada por la fusión entre CaixaBank y Bankia confirmada en septiembre y refleja la necesidad de los bancos de compensar las presiones de rentabilidad exacerbadas por la pandemia de coronavirus”, apuntan los analistas de Fitch en un informe en el que destacan la inmadurez del proceso.

“Es probable que esperemos hasta que se conozcan los términos de un posible acuerdo de fusión y las expectativas de despliegue de capital excedente antes de evaluar si debe tomar medidas de calificación sobre BBVA o Sabadell”, advierte la agencia. Ponen el foco en el excedente de capital del banco tras su salida de EEUU y en la decisión del BCE de renovar o no el veto a los dividendos bancarios. Será en la segunda semana de diciembre cuando se decida esta cuestión, como también si BBVA y Sabadell pasan de los preliminares y el estudio a firmar el acuerdo de fusión.

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