El comisario jubilado José Manuel Villarejo y el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón vuelven a verse las caras. La última vez fue el pasado mes de marzo, justo un día después de que el agente encubierto saliera del centro penitenciario de Estremera (Madrid), donde pasó más de tres años en prisión provisional. Aquel día, tras declarar por dos piezas separadas de la treintena que componen el caso 'Tándem' -que investiga las presuntas irregularidades de sus actividades como espía estando en servicio activo en la Policía Nacional-, avisó ante los medios de comunicación que iba a tirar de la manta y "desenmascarar a todos". Y esa es la intención que parece llevar este viernes en su declaración por la denominada 'operación Kitchen'.
Villarejo ya ha adelantado las líneas maestras de su comparecencia ante el juez. En un escrito presentado el pasado lunes, al que tuvo acceso La Información, explica que en 2013, una vez iniciada la operación de espionaje al extesorero del PP Luis Bárcenas, le llamaron para que se acercara hasta la Dirección Adjunta Operativa (DAO), donde el entonces director de la Policía Ignacio Cosidó, le informó de que tenía que dejar dos operaciones que tenía en curso en Arabia Saudí y el Líbano para captar “fuente humanas” porque otros no lo habían conseguido. Se trataba del chófer del que llevara las cuentas de los 'populares', Sergio Ríos, quien cobró 2.000 euros mensuales procedentes de fondos reservados por actuar como confidente policial.
Según el relato de Villarejo, su ‘fichaje’ para la ‘Kitchen’ fue a consecuencia del éxito de la denominada 'operación Cataluña', por la que fue "felicitado" por el propio expresidente del Gobierno Mariano Rajoy, de forma "discreta y privadamente a través del teléfono” de la ex secretaria general del PP María Dolores de Cospedal. Asimismo, destaca que las personas que le contactaron le dieron a entender que el entonces jefe del Ejecutivo "volvía a querer estar informado puntualmente, casi a diario" de los avances de la operación policial montada entorno a Bárcenas y que por ello, le proporcionaron "dos teléfonos de contacto", cuyos números ha aportado para ganar credibilidad.
El comisario jubilado ofrecía así algún detalle más de lo que ya había revelado el 27 de mayo en el Congreso de los Diputados, donde subrayó que Rajoy tenía "interés" en sustraer a Bárcenas la documentación que éste guardaba y que podría comprometer al partido y a "altas instituciones del Estado". Lo dijo en la comisión de investigación sobre la operación parapolicial, en la que develó esa 'línea directa' con el expresidente del Gobierno, ya que, a través de SMS, resolvía sus "inquietudes" cuando así se lo pedían Cospedal o el ex 'número dos' del Ministerio del Interior Francisco Martínez, ambos imputados por esta operación parapolicial.
Citado a declarar un día después de comparecer en el Congreso
Tan sólo veinticuatro horas después de estas revelaciones, el titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 decidió volver a interrogar al agente encubierto para conocer todos los detalles de este nuevo acontecimiento del que no había tenido conocimiento hasta ese momento. No obstante, dado que parte del sumario de la investigación sobre 'Kitchen' ha estado bajo secreto hasta el pasado 16 de junio, acordó aplazar la comparecencia un mes. De este modo, el comisario jubilado ha tenido tiempo para revisar todas las nuevas actuaciones que se han ido incorporando a esta séptima pieza de la macrocausa 'Tándem', como las 13 agendas que se le requisaron el pasado mes de octubre.
Debido al carácter sensible y reservado que tienen las anotaciones de dichos cuadernos, el magistrado instructor ha limitado a los abogados de las acusaciones y defensas el acceso a su contenido, dejándoles solo ir a consultarlas a la Audiencia Nacional por turnos establecidos. Incluso el propio Villarejo está sujeto a esta 'norma', quien ha acudido varios días a la sede judicial para repasar sus propias notas, coincidiendo allí con los representantes legales de algunos de los investigados.
Precisamente por el contenido de estos diarios, que el comisario jubilado ha pedido en varias ocasiones que le devuelvan, ha sido imputada Cospedal y su marido, el empresario Ignacio López del Hierro. Ambos salen referenciados en relación a posibles intentos de boicotear la investigación que la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional estaba llevando a cabo sobre los denominados 'papeles de Bárcenas', o como posibles enlaces para captar al que fuera chófer del extesorero.
Varias versiones del número de reuniones
Tanto Cospedal como su marido han admitido que se reunieron con el comisario jubilado. La que fuera mano derecha de Rajoy en el PP precisó que tan solo se vieron "tres o cuatro" veces y que sus conversaciones nada tuvieron que ver con Bárcenas, sino con averiguar quien estaba detrás de una campaña mediática abierta contra ella y contra el partido. Sin embargo, el que fuera jefe de Gabinete de ésta, José Luis Ortiz, elevó los encuentros a "ocho a diez" y explicó cómo introdujo a Villarejo en la sede del partido a través del garaje, y en coche oficial, para que no quedara registrada su entrada. López del Hierro puntualizó que era el comisario jubilado quien no quería que se supiera que se estaba reuniendo con la dirigente de un partido que entonces estaba en la oposición, según indicaron fuentes jurídicas presentes en la declaración.
Además, Cospedal, que salió en defensa del partido liderado entonces por Mariano Rajoy, y López del Hierro negaron haber hecho encargo y pago alguno a Villarejo, escudándose así del presunto delito de cohecho del que se les investiga, entre otros. Del mismo modo, se desvincularon por completo de los supuestos intentos de torpedear las investigaciones judiciales como Gürtel o sobre la presunta caja ‘b’, así como de intermediar para que la ‘Kitchen’ llegara hasta el chófer de Bárcenas. Es más, la ex secretaria general del PP descargó toda la responsabilidad de la operación parapolicial en la cúpula policial de la época.
Así las cosas, con el interrogatorio a Villarejo, que tendrá lugar justo tres días después de la declaración como imputada de la exsecretaria general del PP, el juez García Castellón tratará de aclarar cuántas reuniones mantuvieron el comisario jubilado y la exresponsable del PP, cuál era el objeto de esos encuentros y si en 2013, ya con Rajoy al frente del Gobierno, le dieron la orden de espiar a Bárcenas y su familia.
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