En máximos desde 2012

ACS planta cara a las embestidas bajistas de Ako y Marshall con más autocartera

Florentino Pérez, en el palco del estadio de Yeda.
Florentino Pérez, en el palco del estadio de Yeda.
EFE

ACS, la segunda mayor constructora española por valor en bolsa, vuelve a echar mano de la autocartera en el arranque de año. El grupo que preside Florentino Pérez ha comunicado a la CNMV el incremento de su posición en acciones propias desde el 2,82% que mantenía hasta diciembre al 3,86% de su capital social, su nivel más alto desde noviembre de 2012, según consta en los registros del supervisor. Se trata de un incremento de la autocartera valorado en 111 millones de euros a los precios actuales.

El esfuerzo financiero de la compañía ha supuesto la adquisición de 3,26 millones de acciones de la constructora en el último mes y elevan el valor de su autocartera a 415 millones de euros, una de las mayores autocarteras del Ibex 35. Las fuertes compras de títulos propios en bolsa han coincidido con el incremento de la presión por parte de dos grandes 'hedge funds' bajistas que está operando sobre ACS. Se trata de Ako Capital, fundado y dirigido por el gestor noruego Nicolai Tangen, y Marshall Wace, el fondo participado por el gigante KKR.

Ambos fondos de inversión controlan en este momento sendos paquetes del 0,8% de la constructora en posición bajista, es decir, que obtienen beneficios si cae la cotización de ACS en bolsa. En total, la apuesta de Nicolai Tangen, Paul Marshall e Ian Wace se eleva hasta los 175 millones de euros y viene desplegándose desde el pasado verano. Hace doce meses, el 'hedge' Carlson Capital se convirtió en el primero en más de un año en apostar a la baja en ACS. Hasta el momento, no han tenido demasiado éxito y han tenido que enfrentarse a la potencia compradora de ACS, que recompra sus acciones con la intención de amortizarlas más adelante.

El movimiento se ha producido a la vez que la CNMV ha comunicado a las cotizadas de la bolsa española la prohibición para hacer uso de 'manera discrecional' (sin preaviso o justificación) de su autocartera para evitar casos de manipulación de mercado y recomendarles, bajo amenaza de sanción, que compren acciones propias con un plan y dentro de los supuestos permitidos como pueden ser los programas de recompra para su amortización y reducir capital; o la adquisición ligada a la entrega de acciones de los planes de incentivos de empleados.

A por la duodécima… amortización

El objetivo final de ACS es amortizar parte de la cartera para neutralizar el efecto dilutivo del ‘scrip dividend’ o pago en especie que tan de moda ha estado en la bolsa española desde la crisis de 2008. Se trata de una manera de remunerar al accionista mediante ampliaciones de capital y entregando acciones sin tener que sacar el dinero de la caja de la compañía. Banco Santander fue el pionero y la cotizada que más ha usado esta fórmula que, a los bancos, les permite generar un colchón de capital y reforzar su solvencia. ACS y otras empresas como Repsol o Ferrovial comenzaron a recomprar acciones y amortizarlas (destruirlas) para evitar la dilución de este tipo de dividendos.

Según los datos recopilados por ‘La Información’, ACS procederá en 2020 a destruir acciones por duodécima vez desde 2013. En las once operaciones anteriores ha comprado y sacado de la circulación 46,26 millones de títulos propios con una gasto estimado de 1.377 millones de euros en seis años. El cambio de política de ACS se produjo a partir de 2012 cuando la constructora se vio obligada a vender con fuertes pérdidas cerca del 6% del capital que mantenía en autocartera por la crisis que vivió con su inversión en Iberdrola entre 2006 y 2019.

La recompra y amortización e trata de una forma alternativa de remunerar al accionista, ya que al eliminar parte de las acciones, los títulos que quedan son beneficiarios de una mayor porción de las ganancias y, por tanto, son más valiosos. Su valoración tiende a subir en bolsa por un efecto positivo colateral de los programas de recompra: hay una 'mano fuerte' en el mercado quedándose con parte de las acciones que se negocian en bolsa.... y la cotización suele subir.

Al contrario, el pago de dividendos contrae las cotizaciones debido a que el pago debe descontarse del valor de una empresa porque tiene menos dinero en caja. En Wall Street, los planes de recompra de acciones han vivido un auge sin precedentes debido al dominio de las grandes tecnológicas como Apple. En España, sin embargo, las empresas se mantienen fieles a los pagos de dividendo en efectivo pese a la moda de los 'scrips' y las valoraciones de las compañías son más bajas.

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