Descarta subir las tasas

El Banco de Japón mantiene los tipos en el -0,1% pese a que le preocupa el yen

El país asiático se queda solo entre las grandes economías del mundo en su política monetaria expansiva y en territorio negativo pese al incremento de la inflación al 3% y la debilidad de su divisa.

Exposición sobre el yen del Banco de Japón.
Exposición sobre el yen del Banco de Japón.
L. I.

El gobernador del Banco de Japón (BoJ), Haruhiko Kuroda, dijo hoy que si bien la entidad está preocupada por la reciente aceleración de la caída del yen y la subida de la inflación, no contemplan una subida de tipos en un futuro cercano. "No vamos a cambiar por ahora nuestra guía prospectiva y 'por ahora' no significa un par de meses, sino dos o tres años", explicó con contundencia Kuroda en su comparecencia al término este jueves de la reunión mensual sobre política monetaria del banco central japonés, que decidió mantener inalterada su estrategia de tipos ultrabajos.

La política del BoJ, que incluye tipos de interés de referencia negativos (-0,1 %), contrasta con el endurecimiento por el que están apostando el resto de los bancos centrales más influyentes, como el de Estados Unidos o el europeo, y esta divergencia está llevando al yen a depreciarse a niveles de hace 24 años con respecto al dólar. El billete verde rebasó hoy los 145 yenes y llevó a tocar los 145,90 yenes durante la comparecencia de Kuroda. Esto supone una caída de más de 31 unidades con respecto al dólar desde marzo, cuando el billete verde se cambiaba a 114 yenes.

El gobernador del banco central japonés se mostró preocupado por los movimientos "unilaterales" y "especulativos" recientes de la moneda japonesa, pero señaló que "la política monetaria no tiene el objetivo de controlar la divisa, sino la inflación". Kuroda indicó que "hay muchos factores que influyen al movimiento de las divisas" y dijo ser consciente de lo mucho que está "llamando la atención la diferencia reciente del tipo de interés entre EE.UU. y Japón", que afecta al tipo de cambio.

Pero se mostró reticente a llevar a cabo un cambio de rumbo de la política monetaria nacional "teniendo sólo en cuenta la diferencia de los tipos de interés". El máximo responsable del BoJ señaló que la reciente subida de la inflación en Japón se debe a la debilidad del yen, que incrementa el coste de las importaciones y genera incertidumbre entre las empresas, pero no contempla un cambio de tasas porque "la causa principal de la inflación actual está causada por factores internacionales" y no estabilidad interna.

El BoJ tiene el objetivo de situar la inflación en un 2% de forma estable, algo que consideran que no se está dando. La inflación japonesa se situó en el 2,8% en agosto, por encima del 2 % por quinto mes consecutivo, pero la inflación subyacente, que excluye el precio de la energía y los alimentos por su volatilidad, fue del 1,6 % con respecto al mismo mes del año previo.

El BoJ considera pues que, a falta de factores internos como una subida salarial a la par que el alza de los precios (que no se está produciendo), y con la recuperación de la economía nipona del impacto de la pandemia aún sin culminar, no se cumplen los requisitos que buscan para acometer una revisión de su política monetaria

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