Mínimos históricos

BBVA se agita con el 'déjà vu' en Turquía ante el colapso de la lira y del turismo

La entidad financiera, dueña del Garanti turco, revive la pesadilla de los dos últimos veranos con un nuevo estallido de la tensión en los mercados financieros sobre la situación de Turquía.

El presidente de BBVA, Carlos Torres, junto al CEO, Onur Genç
El presidente de BBVA, Carlos Torres, junto al CEO, Onur Genç
EFE

Es oficial. La pandemia del Covid-19 se ha llevado por delante la temporada turística en el Mediterráneo. No solo en Francia o España sino también para otros mercados como Turquía, que verá ampliadas las consecuencias económicas de la crisis al carecer del paraguas protector de una divisa fuerte. BBVA, una de las mayores entidades del país a través del Garanti, comienza a recibir nuevas señales de alarma desde el frente turco. 

La cotización de la entidad que preside Carlos Torres y dirige el turco Onur Genç ha vuelto a acercarse a los mínimos de marzo (2,5 euros por acción) y apenas cuenta con una capitalización de 18.000 millones de euros. Es su valor más bajo desde los años 90 que le han relegado a la octava posición del Ibex 35, el peor lugar toda su historia en ese ránking.

La situación en Turquía comienza a parecer grave conforme aumentan las intervenciones de su banco central sobre la lira, que ha comenzado a notar las tensiones de los mercados capitales hacia el país emergente como ya sucediera en 2018 y 2019. El valor de la moneda marca nuevos mínimos históricos cerca de las 7 unidades frente al dólar y por encima de 8,1 ante el euro, aunque llegó a la barrera de las 9 liras por cada moneda europea.

Según Bloomberg, los swaps a un día sobre la lira llegaron a marcar un tasa de interés récord del 1.000% en el interbancario lo que ha bloqueado la posibilidad de abrir posiciones 'cortas' (bajistas) sobre esa divisa como pretenden muchos inversores. Al mismo tiempo que el banco central turco ha vendido 65.000 millones de dólares de sus reservas para fortalecer a la lira durante la última semana de julio, según Goldman Sachs.

La crisis en Turquía se reproduce no solo por la mala evolución de la pandemia del Covid-19, que ha ahuyentado el turismo como en España, sino por la inflación de dos dígitos y la inestabilidad de su moneda. En el caso de BBVA, la principal preocupación es la situación de los préstamos en divisa extranjera contratados por empresas turcas, que siguen ingresando en liras pero deben pagar sus deudas en euro o dólares.

La depreciación de la divisa turca comienza a tener efectos acelerados en el tamaño del negocio turco en el seno de BBVA. Solo en los seis primeros meses de 2020, Turquía ha pasado de representar el 9,1% del balance al 8,2%. En apenas año y medio, la filial del Garanti ha menguado su proporción en euros en dos puntos porcentuales. Esto se debe a la revalorización del euro (España) y dólar (EEUU) frente a la depreciación de la lira o el peso mexicano, otro mercado que pierde tamaño proporcional.

A raíz de la crisis Covid-19 se observó un incremento de los requerimientos de colaterales debido al riesgo de crédito de Turquía (Credit Default Swaps) que cubren las valoraciones de derivados y la financiación mayorista”, señala la entidad en sus resultados hasta junio. El seguro de impago sobre la deuda a cinco años turca vuelve a escalar y marca máximos desde mayo cuando marcó récord por encima de 640 puntos.

BBVA ha aumentado su volumen de crédito y su riesgo en moneda local a ritmos del 25%, después de que el regulador de Turquía estableciera una nueva medida de ‘asset ratio’ "para alentar a los bancos a incrementar los préstamos y a desalentar la acumulación de depósitos, lo que ha causado un aumento del gap de crédito, que ha sido cubierto con el excedente de liquidez con el que cuenta la entidad", según el banco.

No es un problema nuevo para BBVA. Hace tiempo que tomó medidas para poner en cuarentena su balance turco con el fin de evitar daños al resto del grupo. La receta es el enfoque Multiple Point of Entry (MPE), o modelo descentralizado enfocado, que le ha permitido mejorar la valoración de riesgos y crear colchones de liquidez personalizados en función de cada región. El banco prevé un crecimiento del 0% para Turquía en 2020 y del 5% en 2021 una vez se disipen las consecuencias de la pandemia.

Sin embargo, la economía del puente entre Europa y Asia acusará la visible caída del turismo. Turquía recibió 45 millones de turistas en 2019 que dejaron unos ingresos de 30.000 millones de euros. El sector pesa alrededor del 13% en su PIB, un porcentaje similar a España, pero la entrada de divisa extranjera es más relevante y oxígeno para el país por la debilidad de su moneda, asediada por la alta inflación y la inestabilidad económica.

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