Por encima de lo previsto

El boom del gas y del petróleo dispara los márgenes de negocio para Repsol

Los analistas se apresuran a actualizar sus previsiones para los resultados anuales de la petrolera por la actividad en 'Upstream' (extracción y exploración) de gas natural de la empresa española.

El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz.
El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz.
Europa Press

Nadie imaginaba que lo fósil iba reverdecer con más fuerza que nunca. Que se lo digan al consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, que enterró bajo un manto de provisiones contables los negocios de 'upstream' (exploración y extracción) entre los ejercicios 2019 y 2020 bajo el 'giro verde' estratégico para cumplir con los objetivos de descarbonización de su actividad. Sin embargo, pese a que mantiene su apuesta por las renovables y tecnologías como el hidrógeno, la cuenta de resultados de la energética se va a llenar de alegrías y beneficios en 2021 con el tradicional 'oil & gas'.

Las casas de análisis que siguen la acción de la compañía española llevan semanas reelaborando sus modelos de valoración y estimaciones para recoger el gigantesco impacto que tiene el escenario de récords históricos en los precios del gas natural y el ascenso del barril de petróleo hasta sus cotizaciones más altas en siete años. Joshua Stone, de Barclays, es uno de los expertos que ha dado un volantazo a sus previsiones de resultados antes de que la petrolera publique sus cuentas el próximo 17 de febrero.

"Hemos incrementado en un 12% nuestra estimación de beneficio para el cuarto trimestre, hasta 822 millones de dólares. Y esto pese a que los indicadores de refino están siendo más débiles de lo esperado y se debe en su totalidad a una ganancia mayor de lo esperado por los precios del gas en la división ‘upstream”, señala Stone en un informe que ha visto la luz en las últimas horas. Barclays prevé que Repsol presente un beneficio ajustado de 2.400 millones de euros en 2021, un 20% más que antes de la pandemia.

Ese será el gran contraste. El resultado neto la petrolera viene de registrar la peor racha de su historia con pérdidas de 3.289 millones de euros en 2020 y 3.816 millones en 2019, cuando la multinacional comenzó a apostar en serio por las renovables y asumió "un escenario más bajo de precios de crudo y gas" por la nueva política de transición energética y objetivos climáticos a los que se adhirió el grupo. Sin embargo, lejos de hacerse realidad el fin de la energía fósil, 2021 ha demostrado la alta dependencia de las economías occidentales por seguir quemando combustible. Su ganancia neta podría elevarse hasta los 2.700 millones, récord desde los 4.693 millones de 2010.

"Los precios del petróleo han subido hacia los 90 dólares por barril a medida que el estado de ánimo del mercado se ilumina y los temores de suministro aumentan, provocados por ataques a la infraestructura y otros incidentes en los últimos días en el Oriente Medio y una creciente prima de riesgo geopolítica. Esta dinámica espumosa podría durar en las próximas semanas y los precios del petróleo siguen en riesgo de nuevos picos, con la posibilidad de moverse hacia los 100 dólares por barril solo por el hecho de hacerlo”, explica Norbert Ruecker, estratega de Julius Baer.

El gran cambio en las cotizaciones se está produciendo en el gas natural, que comenzó el 2021 sobre sus habituales 20 euros por MW/h pero terminó marcando récords en diciembre por encima de los 180 euros para moderarse en cuestión de semanas hasta los 70 euros. Para Repsol no dejan de ser buenas noticias puesto que la mayoría de las reservas de hidrocarburos son precisamente de gas y no de crudo. 

A este negocio de extracción se le une el ‘Midstream’, que en la jerga de la industria viene a agrupar todas las actividades relacionadas con el transporte energético a través de barcos o gasoductos. Por último, el 'Downstream' (refino y comercialización) viene a ser otro punto fuerte para la petrolera debido al aumento de actividad que ha registrado la entrada de gas en metaneros GNL y la necesidad de regasificar y purificar antes de su comercialización final en la red.

Como publicó este diario a finales de octubre, Repsol diseñó junto a su equipo una hoja de ruta para 2021 que se ha quedado en papel mojado. Su  escenario de 50 dólares del Brent y 2,5 dólares para el gas Henry Hub se quedó obsoleto tras el pasado verano. Con esas cotizaciones, la empresa pensaba en generar caja como para cubrir las inversiones en su negocio, remunerar al accionista y mantener un nivel de endeudamiento similar al de 2020. Pero la realidad está siendo mucho mejor de lo esperada.

El barril de petróleo de referencia en Europa se mueve ya por encima de los 80 dólares, un 60% más, mientras que el gas estadounidense cotiza un 140% por encima de su pronóstico. El gas europeo, además, se ha disparado hasta un 1.000% respecto a cualquier pronóstico, según la referencia TTF holandesa o el Mibgas ibérico, cuyos precios son con los que termina operando la petrolera a la hora de vender sus cargamentos de este fluido.

El propio Imaz destacó en su última presentación ante los analistas la amplia mejoría de los ingresos en su cuenta de resultados. El margen de refino cerró el tercer trimestre en 3,2 dólares por cada barril aunque se ha situado holgadamente por encima de los 4 dólares entre octubre y diciembre, una cifra que no se veía desde los 5,1 del primer trimestre de 2019. Con las cuentas de septiembre en la mano, el grupo anunció un aumento del 5% en su dividendo, hasta los 0,63 euros por acción, además de dar por hecha la amortización de 75 millones de acciones propias, equivalentes a un 4,9% del capital, y emprender otra recompra del equivalente al 2,2% del capital.

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