Incertidumbre en los mercados

La búsqueda de refugio ante la guerra en Israel frena el ascenso de tipos en la deuda

El giro de los flujos de capital inversor desde la bolsa y los fondos monetarios hacia la deuda soberana y otros activos de seguridad frena de golpe la tendencia reciente y las expectativas de los bancos centrales.

Pantallas de cotización en la Bolsa de Fráncfort.
Pantallas de cotización en la Bolsa de Fráncfort.
Gerald Schilling / Deutsche Boerse vía La Información

Medio siglo después de la guerra del Yom Kipur (octubre de 1973), los ataques de Hamas (Gaza) e Hizbulá (Líbano) y la contraofensiva del ejercito de Israel han resucitado el escenario bélico en una de las regiones más militarizadas del planeta con más de un millar de muertos en apenas unas horas. El riesgo de escalada del conflicto a otros países generó amplios movimientos en los mercados con caídas en las bolsas, subidas en los precios del oro -activo refugio-, petróleo o del oro. 

El estallido bélico se une a los conflictos de Rusia en Ucrania y de Azerbaiyán en Armenia para reforzar un cambio de escenario en los mercados. Los bonos recibieron grandes flujos de inversión en búsqueda de refugio por la incertidumbre. Temporalmente se ha interrumpido el imparable proceso bajista en la cotización de los bonos y ascenso de rentabilidades -que se mueven de forma inversa al precio- que estaba tensionando a los inversores por las expectativas de nuevas subidas de tipos de interés en EEUU por parte de la Fed y también del BCE.

Los inversores apostaron mayoritariamente por la deuda europea. La rentabilidad de los bonos a 10 años de Francia, Países Bajos y Alemania registraron descensos de 0,12 puntos en la sesión, hasta el 3,36%, 3,13% y 2,76%, respectivamente. El de Australia al mismo plazo cedía 0,11 puntos, hasta 4,44%, mientras que el de Reino Unido recortaba hasta el 4,47%. Dentro de los principales activos desarrollados, el bono de España a 10 años fue el sexto con mejor comportamiento y su rentabilidad se redujo en casi 0,1 puntos, hasta el 3,92%, según datos de Bloomberg. 

El episodio bélico pone fin a un racha alcista de los rendimientos de la deuda -y bajista en precios- que no se producía desde hace meses. El banco de inversión Barclays Capital sugería la semana pasada que solo un evento de calado como un 'crash' bursátil podría frenar el proceso de tensionamiento en los tipos de la deuda y reactivar la falta de apetito inversor con la deuda. La espiral en la que se habían embarcado los bonos hacía presagiar un escenario de tensión financiera.

"No existe un nivel mágico de rendimientos que, cuando se alcance, atraiga automáticamente suficientes compradores para provocar un repunte sostenido de los bonos. En el corto plazo, podemos pensar en un escenario en el que los bonos se recuperen materialmente si los activos de riesgo caen bruscamente en las próximas semanas", señalaban en su informe, según Bloomberg.  Una guerra, por otros motivos, también tiene el efecto de aversión al riesgo y búsqueda de seguridad.

La caída de las bolsas europeos fue, en cualquier caso, moderada con descensos que apenas oscilaron entre el -0,5% y 1% en índices como el Cac, Dax o Ibex 35. "La evolución de las próximas semanas será crucial para determinar el escenario global y mayores implicaciones en términos geopolíticos y macroeconómicos, pero hasta entonces, el mercado podría optar por el 'risk-off' como movimiento prudente, mostrando mayor aversión al riesgo y optando por valores refugio", apunta Franco Macchiavelli, analista de Admirals España.

"La escalada del conflicto en la franja de Gaza está generando en los mercados un patrón típico de movimientos de aversión al riesgo en todas las clases de activos; lo que se caracteriza por ventas en la renta variable y una revalorización del dólar al convertirse en una buen destino para quienes buscan un activo refugio", explica Maximilien Macmillan, director de inversiones en Abrdn. "La deuda pública estadounidense, considerada activo refugio, cotiza de forma lateral, señal de influencias contradictorias. Por un lado, una sacudida del sentimiento genera demanda de seguridad; por otro, la presión alcista sobre el petróleo suele ir asociada a rendimientos más elevados debido a su repercusión en la inflación", apunta.

Escenario bélico sin precedentes

El ataque masivo de Hamas en el aniversario del Yom Kipur abre un escenario sin precedentes de conflicto armado a gran escala en el país. Sin embargo, los analistas señalaban que su alcance dependerá de la implicación de otros países. Estados Unidos movilizó a su flota en el Mediterráneo en ayuda de Israel mientras que Irán se desmarcaba de las acusaciones de apoyo a Hamás después de que fuentes del Gobierno de Tel Aviv señalasen a este país, si bien Teherán negó su participación. 

"Por entrar en contexto: recordemos que medio siglo atrás, la OPEP suspendía la exportación de crudo a países que habían apoyado a Israel durante la Guerra de Yom Kipur, sin embargo, la situación actual es diferente a la ocurrida hace 50 años, ya que el conjunto de países árabes no está unido en un ataque conjunto a Israel, sino que países como Siria, Jordania, Arabia Saudí o Egipto están en modo espectador. En lo referente a Irán, su producción se ha incrementado en casi 700.000 barriles por día este año, convirtiéndose en la segunda fuente más importante de suministro adicional en 2023, después del petróleo estadounidense", apunta Macchiavelli.

De hecho, el juego de relaciones diplomáticas en torno a Israel había llevado a países como Marruecos o Emiratos Árabes (EAU) a una normalización de relaciones y un acercamiento entre sus gobiernos con  EEUU como participante activo. En la misma dirección se estaba gestando un acuerdo con Arabia Saudí, la gran potencia militar de Oriente Medio. "Es probable que la nueva guerra entre Israel y los palestinos de Gaza haya acabado con las esperanzas, al menos por ahora, de normalizar las relaciones entre Israel y Arabia Saudí, lo que podría perturbar los mercados financieros y provocar turbulencias en los mercados", añaden desde Admirals.

Tras el cruce de amenazas entre ambos países, el riesgo de un cierre del estrecho de Ormuz en caso de que Israel ataque territorio iraní estuvo detrás del ascenso de los precios del petróleo durante la jornada debido a la condición de punto neurálgico del paso del Pérsico para el transporte marítimo del crudo. Asímismo, algunos observadores mostraban su pesimismo por el gran paso atrás hacia la paz regional. En otro orden energético, el suministro del gas natural licuado desde Qatar o el comercio internacional por el Canal de Suez (Egipto), muy cerca de la zona en conflicto, puede llegar a elevar la crisis a otro nivel.

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