Visión de mercados

¿Por qué motivos puede registrar Wall Street una corrección de hasta el 10%? 

El mayor riesgo, desde el punto de vista de estos expertos, sería probablemente una subida significativa y sostenida de los tipos de interés, la cual consideran poco esperable ahora, pero no se fían de EE UU.

Un operador de bolsa consulta las cotizaciones en su móvil.
Un operador de bolsa consulta las cotizaciones en su móvil.
DPA vía Europa Press

La renta variable está al alza desde hace algún tiempo y ha ofrecido una rentabilidad alentadora, especialmente desde principios de año. Sin embargo, muchos inversores se preguntan si es posible una inversión de la tendencia y hasta qué momento puede durar la fiesta en el corto plazo.

Hace tiempo que el optimismo ha vuelto a los mercados financieros tras la corrección que siguió al estallido mundial de la pandemia del coronavirus el año pasado. Los programas de vacunación siguen su curso, algo más rápido en Estados Unidos que en Europa. Las perspectivas han mejorado a raíz de los enormes paquetes de ayuda gubernamental y la renta variable cotiza al alza. Especialmente desde principios de año, se ha conseguido una rentabilidad respetable en los mercados bursátiles más importantes.

Sin embargo, o precisamente por ello, la desconfianza es cada vez mayor. “Nos preguntan casi a diario si esto puede continuar y qué tiene que pasar para que se produzca una corrección en los mercados bursátiles. ¿Cuáles son los factores de riesgo que hay que vigilar a largo plazo? ¿Hemos detectado señales de un cambio de tendencia en los mercados?”, reflexionan Philipp Vorndran y Thomas Lehr, estrategas de mercados de capitales de Flossbach von Storch.

El mayor riesgo, desde el punto de vista de estos expertos, sería probablemente una subida significativa y sostenida de los tipos de interés, que actualmente consideran ligeramente improbable: “estamos convencidos de que el Banco Central Europeo (BCE) no se plantea una subida de los tipos de interés en este momento, aunque Estados Unidos parece un poco indeciso”.

No obstante, también en este caso el nivel de endeudamiento es enorme, por lo que no debería esperarse una subida sostenida de los tipos de interés a largo plazo, al menos no en el tramo largo. ¿Entonces qué cabría esperar? “Una comparación del crecimiento mundial muestra que puede haber otro actor importante en este análisis que pocos han tenido en cuenta”, opinan Vorndran y Lehr.

La dinámica de crecimiento en China es la más alta a nivel comparativo mundial. A finales de 2021, China debería haber superado su nivel anterior a la crisis en un 10%. No podemos esperar tales cifras de crecimiento en Europa, pero incluso Estados Unidos, que está impulsando el crecimiento con enormes ayudas y programas estructurales, se está quedando muy atrás.

Estos catalizadores (adversos) podrían jugar a la contra para que termine por cuajar una corrección en los mercados en el corto plazo antes de que prosiga la tendencia alcista. Hay casas de análisis que lo consideran así, como es el caso de los estrategas de Stifel, tal y como han expuesto en una reciente nota.

Históricamente, Wall Street no ha tenido un buen comportamiento entre mayo y octubre y este año puede encajar perfectamente en esa tendencia. En este tramo, el S&P 500 ha promediado una caída del 1,7%, considerando datos que se remontan a 1950. De media, el índice ha ganado 5,48 puntos porcentuales menos de mayo a octubre que entre noviembre y abril, según los estrategas.

Y si bien estos son solo medias que se remontan a décadas, este año puede ser un ejemplo perfecto de una tendencia más amplia. El S&P 500 despegó un 28% entre el 1 de noviembre de 2020 y el 30 de abril, mientras que los datos históricos muestran un beneficio medio del 6,8% entre noviembre y abril, según LPL Financial.

Las miradas en la Fed

La Reserva Federal también podría tener algo que ver con por qué las acciones podrían caer pronto. Una retrospectiva puede explicarlo. Stifel señaló que cuando la Fed revierte la política para estimular la economía y los mercados financieros, puede sobrecalentar tanto el mercado que luego puede ser vulnerable a alguna corrección.

Un ejemplo sería cuando la Fed comentó que bajaría los tipos de interés a finales de 2018, después de haberlos subidos. En ese momento, el S&P 500 subió un 40% antes de su mercado bajista inducido por la pandemia del 2020.

Sin duda, no fueron los tipos más altos –algo no esperable en el corto plazo como, efectivamente, indican los expertos– lo que causó el accidente, sino la crisis sanitaria. Con todo, Bannister expuso que “los momentos clave de la flexibilización de la Fed impulsaron la burbuja de la renta variable” y que el S&P 500 ha subido un 87% desde su mínimo del pasado ejercicio.

Ahora, muchos analistas en Wall Street esperan que la institución monetaria reduzca el tamaño de su programa de compra de activos. Comprar bonos es una de las herramientas que utiliza para mantener los tipos en niveles reducidos, para mantener el crecimiento y prevenir la deflación cuando los tiempos son difíciles, porque la demanda económica y la inflación se está recuperando.

“Tal movimiento reduciría el precio de los bonos, aumentaría sus rendimientos y haría que las acciones fueran menos atractivas en comparación con los bonos”, aseguran los expertos de RBC Capital en una nota.

“El final de la primavera y el verano suponen el final de la presentación de resultados empresariales espectaculares y puede haber razones fundamentales entonces para que se cimente una corrección del 10% en el mercado”, apura Stifel.

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