Más de 1.800 dólares

¿Hay techo para el oro? La Covid alienta al 'refugio' a pulverizar sus máximos

Los ETF de oro registraron su séptimo mes consecutivo de entradas con 104 toneladas más en junio y cierran el primer semestre con ingresos netos récord de 40.000 millones de dólares.

¿Hay techo para el oro? La Covid alienta al 'refugio' a pulverizar sus máximos
¿Hay techo para el oro? La Covid alienta al 'refugio' a pulverizar sus máximos
Pixabay

A golpe de incertidumbre en los mercados mundiales, el oro es la única de las materias primas principales que registra ganancias en la primera mitad de este año. Desde enero, el metal precioso se dispara un 17,77% hasta el entorno de los 1.808 dólares por onza (ha llegado a alcanzar los 1816,35 dólares en las últimas horas). Si tomamos como referencia el 'crash' provocado el pasado mes de marzo por la pandemia, el 'rally' es aún mayor, del 22,11% desde el suelo que marcó el día 18 de ese mes en los 1.480,60 dólares por onza. Todo un carrerón que genera dudas sobre la capacidad del activo refugio de seguir acelerando.

Hay aún un pequeño espacio para las subidas si atendemos a las perspectivas que dan entidades como ABN Amro -la más moderada puesto que ve su precio en los 1900 a finales de año- a los 2.000 dólares que calculan tanto Goldman Sachs como JP Morgan y Citigroup, o a los 3.000 dólares que se aventura a estimar a medio plazo el gigante Bank of America (BofA) si la crisis arrecia. El motivo, la fragilidad de la recuperación y la posibilidad que cada vez más analistas temen de que puedan producirse nuevos brotes a partir del otoño. Desde el banco privado suizo Julius Baer consideran que la narración sobre el oro es bastante simple en estos días: "la degradación monetaria se avecina, y los temores de un colapso sistémico están emergiendo".

Ese temor está moviendo en cascada a los inversores en busca de algún tipo de seguro contra las turbulencias económicas y la posible devaluación de activos y divisas y los máximos históricos que el oro alcanzó en 2011, al borde de los 2.000 dólares, se ven cada vez más cerca. Sin embargo, hay quienes también recuerdan que la misma esencia de esta crisis puede complicar un rebote mucho más pronunciado. Porque es necesario que la demanda aumente de forma sostenida durante un periodo de tiempo para poder catapultar su valor y porque si se confirma el hundimiento de la economía que esperan los organismos y bancos centrales, las compras de oro de los inversores individuales pueden reducirse por un tiempo.

Tomás Epeldegui, director de Degussa, la empresa alemana especializada en comercializar oro físico de inversión (lingotes y monedas) y otros metales preciosos, explica en La Información que el ascenso del oro arrancó en 2018 y con motivo de la crisis de la Covid-19 eclosionó en lo que a demanda se refiere. "Nos encontramos una enorme incertidumbre en el mercado, con mensajes que alertan de una recuperación más lenta y los bancos centrales, como la Reserva Federal de EEUU, hablando de un 'estancamiento' en el crecimiento", apunta. A la vez, recuerda que las inyecciones masivas de liquidez no dejan de ser al fin y al cabo una pérdida de poder adquisitivo que se prevé vaya a más. 

"Es posible que se llegue a plantear incluso el famoso helicóptero del dinero. En riesgo está la credibilidad de las divisas y del sistema monetario", alerta a este diario. Desde su punto de vista, hay una cierta presión por parte del sector financiero para que la inversión en oro se haga vía ETFs, cuando una de las funciones que tiene el oro físico es la de cubrir los riesgos de las inversiones. De acuerdo con los datos que ha hecho públicos recientemente en su página web el World Gold Council (organización de desarrollo de mercado para la industria del oro que abarca desde la industria de la extracción hasta la inversión), los ETF de oro registraron su séptimo mes consecutivo de entradas con 104 toneladas más en junio y cierran el primer semestre con ingresos netos récord de 40.000 millones de dólares.

Los bancos centrales aumentan sus reservas

A esto se suma el movimiento de los bancos centrales, puesto que en concreto los occidentales tienen un porcentaje elevado de sus reservas en oro. Otros, como el de China o el de Rusia ya venían elevando de forma notable sus reservas de este metal precioso en los últimos tiempos para reducir la dependencia del dólar. "En 2018 se produjo un récord en la compra de oro por los bancos centrales que un año después, en 2019, se quedaron sólo a un 1% de esas cifras (...) Lo que realmente preocupa de una crisis como la actual es que no sabemos del todo cuáles son sus consecuencias", apunta el experto. l"Ls bancos centrales han sido los primeros que han ampliado sus balances incrementado sus reservas en oro, que se sitúan cerca del 24% con respecto al PIB", apunta Diego Morín, analista del bróker IG. Los metales preciosos y especialmente el oro también servirán de cobertura "si las cosas se tuercen", añaden desde la gestora holandesa Robeco.

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