Reparten 6.700 millones

El bastión eléctrico: la fortaleza de sus dividendos contrasta con la de los bancos

Dividendos de las elétricas y gasistas
Dividendos de las elétricas y gasistas

La fortaleza de las eléctricas se explica por múltiples motivos pero hay uno que destaca por encima de todos: el marco regulatorio estable. Ese entorno ha provocado que el sector coja tamaño en los últimos años y resista no solo los envites del mercado sino también la crisis sanitaria y económica provocada por el coronavirus. El sector, un activo 'refugio' en los tiempos que corren, cuenta con el añadido de mimar a su accionista y ha ratificado dicha apuesta al confirmar sus dividendos, que han quedado y quedarán intocables tras el paso del Covid-19. 

La presentación de resultados de Enagás era buena muestra de la resistencia del sector energético. Por un lado, la fortaleza era evidente ya que "no se han identificado efectos como consecuencia del contexto actual que puedan suponer pérdidas patrimoniales para la compañía", según señalaba la gasista a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Este optimismo se veía reforzado puesto que "del mismo modo, derivado de esta situación así como la evolución de los índices del mercado de oil & gas, los ingresos de las compañías internacionales en que participa Enagás no se han visto afectados significativamente". 

Con este escenario de mercado, parecía lógico que Enagás ratificara su dividendo y así fue. "El resultado para el año 2020, así como el dividendo del ejercicio 2019, no deberían verse comprometidos". Iberdrola, que presentará resultados el próximo 29 de abril, irá en la misma línea. El pasado curso la compañía presidida por Ignacio Galán obtenía récord de beneficios e incrementaba su política de retribución para el accionista en un 14% (0,40 euros por acción) al pronosticar un aumento de los beneficios cercano a los dos dígitos en el periodo 2020-2022.  El propio Galán, en su Junta General de Accionistas celebrada a comienzos de abril era optimista al señalar que "el plan de inversiones previsto, junto con la contención de los gastos, nos llevan a esperar, con los datos que tenemos a la fecha, que en 2020 el beneficio neto pueda superar el de 2019, y que el dividendo crezca en esa misma línea"

Si tenemos en cuenta los pagos de dividendos previsto por las eléctricas y las gasistas para este curso, el montante que distribuirán entre sus accionistas, solo este curso, se ha situado alrededor de los 6.700 millones de euros. La mayor parte, con cerca de 2.600 millones, corresponde a Iberdrola. Por su parte, Endesa repartirá casi 1.700 millones que irán a parar, principalmente, a Enel. La compañía italiana tiene un 70,1% del capital y percibirá 1.185 millones. Por su parte, Naturgy desembolsará unos 1.417 millones, Red Eléctrica casi 570 millones y Enagás alrededor de 430 millones. 

Esta resistencia de las eléctricas choca, como es lógico, con la tendencia en las compañías más cíclicas o ligadas a la marcha de la economía. Este conjunto de empresas está optando por reducir e incluso suspender el pago de dividendos. Sin ir más lejos, esta semana Gestamp optaba por suspender el pago de su dividendo complementario mientras que Abertis dejaba en el aire la mitad de su retribución al accionista. Claro síntoma del impacto de la crisis sanitaria y económica en sus balances. 

Si hay un sector que ha dibujado un escenario muy negro en esta crisis sanitaria y económica ese ha sido el financiero. El Banco Central Europeo (BCE) recomendaba/obligaba a los bancos a cancelar el pago de dividendos y las recompras de acciones para que no hubiera más salidas de caja y puedan retener capital para poder prestar más. El organismo presidido por Christine Lagarde optaba también por relajar las normas de solvencia. 

Esta recomendación pilló a los bancos con el pie cambiado puesto que se producía en el momento en que las entidades tenían que retribuir a sus accionistas. Caixabank anunciaba un recorte del dividendo a la mitad pero optaba por no cancelarlo, Santander posponía su retribución de 2020 para el curso que viene, Sabadell anulaba el pago de dividendos este año, Bankia suprimía el extraordinario de 2.500 millones mientras que BBVA y Bankinter hicieron frente a los pagos del mes de abril. 

Si bien los dividendos de las eléctricas parecen confirmados y 'seguros', no hay nada descartable en el parqué. Juan José Fernández-Figares, director de Análisis de Link Securities, ha señalado que "en principio, y salvo modificación en el marco regulatorio del sector, algo que veo remoto pero no descartable, las eléctricas parece que van a ser capaces de mantener el pago de dividendo. Lo que pasa es que dada la elevada incertidumbre y el nivel de intervencionismo que están mostrando muchos gobiernos con la excusa de la crisis, en estos momentos no hay nada seguro". 

La solidez del negocio de las eléctricas y el marco regulatorio estable es lo que ha provocado que sea el sector que mejor se comporte en los últimos años, mientras que el sector financiero, debilitado por los bajos tipo de interés, es el que peor lo ha hecho. Con este escenario, parece lógico que el Ibex 35 haya sufrido un cambio en los últimos años y haya pasado de ser un índice muy bancarizado a otro en el que las eléctricas han ganado más peso. Por ejemplo, Iberdrola es la que más peso tiene de todo el selectivo y las seis energéticas (Iberdrola, Endesa, Naturgy, Red Eléctrica, Enagás y Repsol) superan en alrededor de 10 puntos a los seis bancos del selectivo. 

Sergio Ávila, analista de IG, ha destacado que "el dividendo podría ser el primer gasto del que las compañías pueden prescindir para obtener reservas de liquidez. Las utilities tienen en su gran mayoría una importante base de activos libres de riesgo, que en muchos casos están respaldados por el gobierno, lo que reduce el riesgo de no disponer de liquidez. Este es uno de los motivos por el que las compañías puramente eléctricas están siguiendo adelante con sus planes de repartir dividendos, con un total de 5.500 millones de euros pronosticados para el año". Aun así, hay cierta incertidumbre puesto que "no sería de extrañar que hubiese recortes si el confinamiento se sigue extendiendo en el tiempo. Hasta ahora parece que las eléctricas están siendo relativamente inmunes a la crisis del coronavirus al tratarse de un sector defensivo, pero es cierto que los precios de la energía están disminuyendo". 

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