Según A& G Banca Privada

¿En qué invertir en 2021? Los beneficios empresariales vuelven a marcar la pauta

Los mercados se han recuperado del varapalo del Covid-19 y mucho han tenido que ver las noticias de las vacunas. Sin embargo, ahora las dudas viran hacia en qué momento del ciclo nos encontramos.

Los beneficios por acción marcarán la pauta de las bolsas en 2021
Nerea de Bilbao (Infografía)

El entorno de las bolsas avanza en la búsqueda de los siguientes nichos de rentabilidad. Los mercados se han recuperado del varapalo del Covid-19 y mucho han tenido que ver las noticias de las vacunas. Sin embargo, ahora las dudas viran hacia en qué momento del ciclo nos encontramos y cuál es el comportamiento que puede tener la renta variable en 2021 y el futuro más inmediato. Además, de cómo se ha de construir una cartera de inversión, teniendo en cuenta el clima actual.

Todos esos aspectos son los que ha repasado Diego Fernández-Elices, director general de inversiones de A&G Banca Privada, en un encuentro telemático con los medios de comunicación. Tal y como describe, el mundo ha cambiado en los últimos 12 meses, pero lo ha hecho para parecerse al entorno anterior. “Se han implementado las suficientes medidas para llegar a eso, aunque nos preocupa la gestión de carteras”, comenta el experto.

A su modo de ver, hay una serie de retos por los que hay que pasar, ya que la vieja manera de construir carteras (con asignaciones habituales de 60% de renta fija y 40% de renta variable) ya no debería funcionar igual con las perspectivas que hay sobre el tablero. “Hay otras maneras de construir estrategias de inversión por lo que las perspectivas de rentabilidad pueden ser optimistas”, matiza.

La frontera eficiente histórica de una cartera del (60%-40%) arrastra una rentabilidad estimada del 9% con riesgo similar. Por el contrario, con los movimientos actuales siguiendo los mismos parámetros las perspectivas son más negativas (rentabilidad por debajo del 4%). “Hay que olvidarse de carteras que son solo renta fija o renta variable y esa es la razón por la que pensamos que el oro puede funcionar, al mismo tiempo que activos alternativos (...) Tenemos que hacer una gestión activa y tratar de batir al mercado”, explica.

Pero para ver cómo hacer las asignaciones es importante disgregar el escenario actual y cómo se puede ir construyendo el futuro. Fernández-Elices expone al respecto que ahora ya se puede ver luz al final de túnel y la vacuna del Covid es una de las razones principales.

“Hace dos meses hablábamos de nubes de cercanía con las elecciones de Estados Unidos, estímulos fiscales, Brexit y la pandemia (ruidos de corto plazo); y ahora pensamos que vamos hacia un nuevo ciclo alcista, aunque aún hay riesgos a la baja”, asegura.

En este sentido, en términos de mercados, opina que, tras la fase de recesión, que se dio por finalizada entre el mes de abril y mayo, se entró en la fase de reparación, que ya está concluyendo. “En esta fase de reparación los datos están aún por debajo de la tendencia y cayendo: es el final de las malas noticias y el mercado normalmente se anticipa a la etapa de crecimiento, en la que los datos ya comienzan a mejorar”, analiza.

El cambio de táctica en las carteras

El contexto, teniendo en consideración los aspectos actuales, sería de ir incrementando el riesgo en las carteras: “La falta de estímulo fiscal no va a ser el problema y con el nombramiento de Yellen, que ha sido la abanderada de políticas expansivas, se hará lo suficiente para estimular a la economía”.

A nivel global la actividad económica se podría contraer un 5%. No obstante, la suma de estímulos monetarios o fiscales posiblemente será mayor que ese porcentaje, por lo que, según el experto de A&G Banca Privada, cabría esperar observar una fase alcista, aunque menos intensa por los grandes niveles de deuda que se han alcanzado. “Vamos a un ciclo alcista en el que se empezará a pensar en los beneficios empresariales”, apuesta.

Desde su punto de vista, el ciclo bursátil no está tan desconectado de la realidad. “Hemos pasado de la fase de esperanza para dar lugar después a la de crecimiento”, comenta Fernández-Elices.

De ahí a que ahora se vuelva a poner el foco en los resultados de las compañías. El consenso de mercado espera que los beneficios empresariales crezcan a una tasa del 26% en el nivel agregado, y un 13% en el 2022. “Con esos datos y con las revisiones al alza de las ganancias hay margen para que las bolsas, que no están baratas, puedan abaratarse y subir en precio, que es lo que llamamos como contracción de múltiplos”, resalta.

En la fase de esperanza, que ya se habría dejado atrás, las bolsas tienden a subir mucho, la valoración sube más que los beneficios. En la siguiente fase del ciclo, se visualiza cómo las bolsas siguen aumentando a una tasa menor, los beneficios suben de manera muy fuerte, y los índices se abaratan notablemente. “Esto, poniéndole números, si los beneficios crecen un 20% en 2021, las bolsas se pueden abaratar un 10% y subir un 10% en precio”, prevé Fernández-Elices.

Así, el experto cree que en esta sensación de estar positivos en el largo plazo sí admiten que tácticamente el mercado está algo sobrecomprado y se encuentra en niveles de complacencia en algunos activos.

Intentamos no consumir el 100% de nuestro presupuesto de riesgo, pero en el próximo ciclo tocará arriesgarse más y sobreponderar la renta variable”, anticipa. “Hay que ser sensibles a las valoraciones y la rotación cíclica, que posiblemente continúe a un ritmo más pausado”, concluye. 

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