Ni siquiera en 2020, un año marcado por la pandemia, las bolsas mundiales cayeron tanto. El índice estadounidense S&P 500, principal referencia para la renta variable, se asoma a su peor semestre en medio siglo a falta de una sesión para cerrar junio. Sin embargo, igual que no todas las plazas bursátiles rebotaron igual en 2021, un ejercicio de récords acumulados, ahora no todas caen con la misma fuerza. Y entre las salvadas, con menores pérdidas, se encuentra el Ibex 35, que 'apenas' cae cerca de un 7% frente al 20% que se desploma la principal referencia de EEUU.
La inflación desbocada y el cambio de ciclo de política monetaria mantienen la atención de los inversores, que huyen de los activos de riesgo tras años de 'dinero fácil', con tipos de interés hasta negativos. La actitud más decidida de la Reserva Federal de EEUU (Fed), que ya ha elevado en 150 puntos básicos los tipos de interés desde marzo, ha pesado más sobre las acciones del país. Sin embargo, el crecimiento de los precios en la eurozona obliga al Banco Central Europeo (BCE) a actuar y subirá tipos ya en julio, con el riesgo añadido para las bolsas de la desaceleración de la economía en la Eurozona, más expuesta a Rusia, y la fragmentación de las deudas públicas.
En este contexto, el principal selectivo español logra evitar la 'sangría' bursátil beneficiado, precisamente, por el cambio de ciclo monetario que impulsa a la banca. El Ibex 35 cotiza por encima de los 8.000 puntos, un nivel que ha defendido a lo largo del año 2022, salvo tras el desplome que provocó la invasión rusa en Ucrania, del que se recuperó. En mayo, en medio de la gran volatilidad que provocó el temor a una recesión, el Ibex logró situarse en positivo en el año y superar el nivel previo a la guerra. Sin embargo, cierra el mes de junio de nuevo en negativo (-7,5%) y como su peor mes desde marzo de 2020.
En el acumulado anual tres bancos y Repsol se sitúan como los valores más alcistas del Ibex, con repuntes superiores al 30%. La banca coge impulso en un contexto de subidas de tipos de interés que beneficia a su negocio. Aún así, Santander y BBVA, lastrado por su negocio en Turquía, registran pérdidas en el año. Por su parte, Repsol tiene a su favor la crisis energética agravada por la guerra de Ucrania que ha disparado los precios del petróleo.
Las caídas son mayores para otros índices europeos. Entre los principales, solo el FTSE 100 londinense (-3%) supera al selectivo español, mientras que el PSI de la Bolsa de Lisboa destaca con una subida que roza el 9% aupado por un mejor escenario económico y también por el peso bancario y energético. Por el contrario, el Dax alemán ha perdido más de un 19% desde el inicio del año, cuando marcó su máximo histórico, mientras que el Cac de París ha perdido más del 17%, ambas por la mayor exposición económica y empresarial a Rusia. La tendencia es similar para el FTSE Mib italiano, que arrastra un desplome del 22% con el riesgo añadido de la prima de riesgo del país por su elevado endeudamiento. La 'magia' de su primer ministro, Mario Draghi, que impulsó en un primer momento a los inversores, ya no basta para calmarlos.
Wall Street, en mercado bajista
El positivo inicio de año para las bolsas, sobre todo en EEUU, fue un espejismo. En los primeros días de 2022, el S&P 500 o el índice tecnológico Nasdaq acumularon máximos históricos y, por ello, la caída ahora es mayor y les arrastra a un mercado técnicamente bajista. El índice que aglutina a las 500 compañías de mayor capitalización en la Bolsa de Nueva York se deja más de un 19%. La caída se agrava las compañías tecnológicas, hasta ahora beneficiadas por la política de bajos tipos. El Nasdaq se aproxima a una caída del 30% y se coloca como a la cola de los principales índices bursátiles desde enero. Solo el MOEX ruso lo ha hecho peor.
Las caídas podrían ir a más en las próximas semanas por el temor a la recesión. Este miércoles, el Gobierno de Estados Unidos confirmó el retroceso del PIB durante el primer trimestre de 2022 (-1,6% en tasa interanual). El Departamento de Análisis de Bankinter, en su informe para el tercer trimestre, apuntaban a un "verano difícil", aún de correcciones. No obstante, creen que el ajuste en el ciclo económico tardará más en producirse porque su inercia es más lenta que la de las bolsas, que siempre anticipan los acontecimientos. Por ello, apuestan porque el final del ajuste del mercado "está muy cerca".
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